Viciosidades

Los hijos de la Patria Grande

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Los ideales «socialistas» que inculcaron los autodenominados “padres de la revolución”, en sus propios hijos y descendientes son tan inconsistentes y vacíos, como el mismísimo sustrato de este disparate a donde nos pateó la historia llamada revolución bolivariana. Lo que asoma el caso de los “narco sobrinos presidenciales” es sin duda el efecto inequívoco de como la cúpula familiar del gobierno, haciendo gala del nepotismo más desmesurado que se haya visto desde los tiempos del Rey Fernando VII, se enriqueció rápida y colosalmente de dinero mal habido, de dinero fácil, de bateas llenas de dólares, de piscinas de monedas de oro, de guacales de euros que le fueron arrancados del bolsillo a cada uno de los venezolanos. De manera inmoral y profanadora, casi de la misma forma como desenterraron los restos sagrados del Libertador de América. Apenas hemos visto el estilo de vida de los “narco sobrinos” con pasaporte diplomático, y cuesta entender cómo es que esto sucede frente a los ojos de las instituciones del estado. Aviones, islas, empresas importadoras, autos deportivos (el Ferrari), pelotones de seguridad, helicópteros, kilos de cocaína, paquetes de heroína, celeulares, Ipads. Apartamentos en Miami, fiestas en Panamá, rumba en Honduras negocios en Bahamas… Un momento, ¿de quién estamos hablando? ¿De “Al Pacino en Scarface” o de los querubines de la patria socialista? Ah. ¿Se trata de los genuinos herederos de los principios altruistas del pensamiento bolivariano? Ok. Y es que de tal palo, tal astilla. ¿Cuáles fueron los valores cívicos y sociales que inculcaron – estos militares de bajo rango y dirigentes sindicales poco instruídos convertidos, accidentalmente, en monarcas de Venezuela- a sus propios hijos? ¿En qué piensa María Gabriela Chávez, todos los días, cuando se levanta a las 11 de la mañana en el Upper East Side de Manhattan?, ¿En Marx y la plusvalía?, ¿en la poética social de José Martí? O más bien quizás en decidir que se va a comprar con los 20 mil dólares de viáticos diarios – por decir una tímida cifra- que tiene para gastar en Madison Avenue? -A ver.. ¿la cartera Jimmy Choo ó los talleres de Chanel? Mejor los dos… La hija de Diosdado quiere ser como Taylor Swift. Lo más notorio que ha dejado para la opinión pública y la reivindicación de los «ideales socialistas» una de las hijas de Chávez, fue tomarse una foto con una paca de dólares y otra con Justin Bieber. Casi todo el gabinete ministerial hace su mercado mensual en Miami o Aruba. Las «pantagruélicas» fiestas de -Huguito- fueron la comidilla de la alta sociedad caraqueña durante casi una década, por los excesos de mal gusto y nuevo-riquismo que se exhibían en La Casona. Louis Vuitton, Patek Phillip, Porsche, Ferrari, Hummer, Cartier, Apple, Zegna son en realidad los mejores amigos de los hijos del chavismo. Y todas las mujeres en el poder- la mayoría son bien feas de nacimiento- ahora parecen actrices de Telemundo por tanta cirugía estética y tratamientos de belleza que llevan encima a punta de los buenos «realazos». Blanca Ibañez es una niña de pecho. ¿Y dónde quedó aquello de la austeridad social y el sacrificio por la «Patria Grande», para derrocar al monstruo devorador de la sociedad de consumo, de las grandes marcas y los conglomerados corporativos? Los principios ciudadanos de estos jóvenes herederos de “la gallardía patriota bolivariana” de sus progenitores, es tan banal y ridículo como las aspiraciones de “El príncipe del Rap”. La profundidad de sus anhelos personales y profesionales es tan frívolo como un capítulo de Keeping Up With The Kardashians y la única reflexión social que tienen claro estos líderes chavistas del 3.0 es el abuso de poder y la sinverguenzura. Sus ejemplos a seguir no son San Martín y el Ché Guevara sino más bien Vin Diesel y Pitbull. ¿Dónde están los filántropos hijos del chavismo?, ¿alguno de estos chamos, que crecieron como reyes en palacios, se preparó para algo? ¿Les importa un ápice el futuro de Venezuela? ¿Tienen alguna meta personal que no consista en lograr que sus vidas se parezcan a un videoclip de Reguetton? Y no es para extrañarse. Sus padres- solemnes precursores del “nuevo hombre socialista” y dueños de las arcas de la nación, militares corruptos, desde hace más de una década- han dedicado sus vidas a salir por televisión disfrazados de “astroboys” bolivarianos. Para echar chistes en cadena nacional, para bailar y, básicamente, echar vaina con su gente. Pura foto. Puro afiche. Pura «chaborrería». Jamás han dejado espacio a la reflexión del pensamiento político. Para, de repente, quién sabe, brindarnos un legado escrito o algún tipo de “manifiesto” sobre el socialismo del siglo XXI. Ni el mismísimo Chávez, a quien insisten en compararlo con Bolívar y más recientemente con Jesucristo o el Big-Bang, se tomó la molestia de escribir “algo”, ni siquiera en una servilleta, sobre -De que trata este pataleo gubernamental de odio, narcotráfico y corrupción que ellos insisten en llamar revolución-. La serie de tomos que componen –solamente- “las cartas” del Libertador, puede ocupar perfectamente el espacio de una biblioteca completa. Y es que como dicen las abuelas: la educación empieza por la casa. Efraín Campos Flores y Franqui Francisco Flores De Freitas, fueron criados de la mano de la pareja presidencial. Son el reflejo de sus principios y valores, de sus defectos y virtudes, de la misma esencia de sus personalidades, más allá de la verborrea patriotera. La revolución bolivariana tiene fecha de vencimiento. Y la insustancialidad intelectual de sus líderes y descendientes será la razón de su total extinción en un futuro no muy lejano.]]>

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