Viciosidades

Ni Tupperware, ni Herbalife: lo de ellas es la marihuana

Medio siglo después del éxito de las famosas reuniones Tupperware, mujeres estadounidenses se lanzan ahora a comercializar productos derivados de la marihuana, pero no lo hacen ya en el salón de su hogar, sino en las redes sociales

TEXTO: Jorge Mederos/EFE
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El aceite de cannabis se ha convertido en uno de los productos de mayor demanda de la venta directa realizada por mujeres emprendedoras que usan Facebook y otras redes sociales para llamar la atención de sus posibles clientes.

Durante décadas, los productos más populares de la venta directa de estas amas de casa eran los envases de plástico Tupperware, artículos de belleza Avon, joyas y hierbas medicinales de Herbalife, entre otros.

La primera gran revolución llegó con la venta de juguetes sexuales y lencería picante por parte de estas mujeres, que se reunían para comprar y vender estos novedosos productos a amigas y vecinas.

Y ahora, las amas de casa que buscan un ingreso extra venden y reclutan por internet a más vendedoras para colocar los productos elaborados a base de cannabidiol (CBD), uno de los dos componentes más importantes de la marihuana.

Y es que el nuevo producto estrella es el aceite de cannabis, que entre sus propiedades medicinales aliviaría las convulsiones de la epilepsia, náuseas, artritis, migraña, inflamaciones, falta de sueño o depresión.

En la mayoría de los Estados Unidos, fumar marihuana todavía es ilegal, pero la prohibición de su uso recreativo no impidió que en 2018 se vendieran productos derivados del cannabis por 11.000 millones de dólares, incluyendo medicinales y comestibles.

«La industria de la marihuana es un gran negocio, que en 2017 vendió 9.000 millones, llegó a 11.000 millones el año pasado y proyecta una facturación de 21.000 millones en 2021», dice Tom Adams, director de BDS Analytics, empresa da seguimiento a la comercialización del cannabis.

En su análisis del mercado y sus tendencias para 2019, al que Efe tuvo acceso, Adams pronostica que la utilización de tecnología de avanzada permitirá volcar al consumo «una nueva variedad de productos».

Entre ellos, polvos para disolver en alimentos o bebidas, inhaladores, tiras que se disuelven en la boca o inclusive supositorios.

Estos se sumarán a las formas más populares actuales de consumir cannabis sin fumarlo, que van desde las flores tradicionales a productos procesados, como aceite para goteros aromáticos y vaporizadores.

También hay suplementos alimenticios, productos horneados, barras achocolatadas, dulces y gomitas de fruta, además de lociones, exfoliantes, bálsamos, cápsulas de aceite de cáñamo, desodorantes y cristales.

Adams también destacó en su análisis que el negocio de la marihuana es sostenido por más de 120.000 personas que trabajan alrededor del cannabis en los EE.UU, incluyendo a cultivadores, fabricantes, minoristas, dispensarios, distribuidores y laboratorios de pruebas.

De mantenerse esta trayectoria de crecimiento, esos puestos de trabajo podrían llegar a 292.000 en 2021, según BDS Analytics.

El uso recreativo de la marihuana solamente es autorizado en el Distrito de Columbia, donde está la capital del país, además de Alaska, Colorado, Michigan, Nevada, Oregón, Washington, Vermont, Maine, Massachusetts y California.

En otros 30 estados es legal la marihuana medicinal, entre ellos Illinois, donde el nuevo gobernador, el demócrata J.B. Pritzker, tiene en sus planes autorizar el uso recreativo para canalizar los ingresos tributarios a la educación y la infraestructura.

Según la publicación Cannabiz Media, hay 9.397 licencias activas para los negocios de marihuana, que además de la venta en dispensarios usan internet y las redes sociales para llegar al consumidor con productos que no se fuman.

Las propiedades curativas del Cannabidiol (CBD) no han sido refrendadas todavía por la Administración de Alimentos y Fármacos (FDA), la agencia que controla los alimentos y medicamentos en EE.UU.

Pero se sabe que es un químico cannabinoide activo que se encuentra en el cáñamo industrial, y a diferencia del cannabinoide psicoactivo principal en la marihuana (THC), no produce euforia ni intoxicación.

El CBD, cuyos productos crecieron el año pasado más del 80 %, sería la nueva frontera para las ventas directas, con un total de 591 millones de dólares.

Steven Thompson, fundador de la empresa Zilis, con sede en Texas, que elabora productos con CBD, declaró al diario Chicago Tribune que su empresa creció más del 500 % en los últimos dos años y en la actualidad cuenta con 30.000 «embajadores de marca» o vendedores, y que el 70 % de ellos son mujeres.

Ahora solo resta saber si esta nueva moda es más lucrativa que la de la multinacional Herbalife, que tuvo que indemnizar a miles de vendedores después de que la Comisión Federal de Comercio (FTC) asegurase en 2016 que «la abrumadora mayoría de distribuidores» ganaron «poco o nada de dinero».

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