Viciosidades

Se descubre la farsa de las pastillas para adelgazar

El periodista Oscar Medina nos revela el escándalo tras la investigación que inició el gobierno colombiano contra el nutricionaista y "gurú" Jorge Hané, luego de que la superintendencia de comercio de ese país descubriera que las famosas pastillas que promociona por TV no sirven ni para quitarse medio kilo

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Estas cosas deberían suceder más a menudo. Y si ocurren deberían tener mayor difusión porque siempre resulta esperanzador saber que todavía hay instituciones por ahí dispuestas a desenmascarar a farsantes. Jorge Hané: ¿lo recuerdas? El tipo canoso, de frente despejada, delgado, vestido de negro, voz de locutor, convincente, explicándote en la pantalla de televisión con su extraño acento que él tiene el producto que –ahora sí- te ayudará a bajar de peso.

Estamos en el siglo XXI y todavía la ciencia no ha dado con la pastilla mágica que te haga perder los kilos que sobran sin ocasionar otras consecuencias. Eso, querida, no existe. Si te tomas, por ejemplo, esas que ayudan a “quitarte” el hambre y que circulan alegremente entre misses y modelos, terminas con los nervios alterados y lloriqueando cada vez que escuchas pasar al heladero. Hasta ahora la receta es una. Y es dura: controlar lo que comes y mover el cuerpo. No hay más. Porque incluso si te operas, tu cerebro de comelona debe ser reprogramado.

otro

Jorge Hané recibió –o se autogestionó- el título de “gurú internacional de la pérdida de peso”. Ha invertido fortunas en comerciales de televisión publicitando su producto estrella: Reduce Fat Fast, una mezcla de te, hierbas e ingredientes secretos que combinados te ayudan a alcanzar rápido el cielo de la gente delgada. Con ese cuento le ha ido muy bien. Hané es un tipo exitoso, adinerado. Su supuesta “formación” la recibió en lugares remotos, en China, Tailandia, India: para ser gurú de estas cosas hay que alejarse de los centros mundiales de la ciencia.

El Reduce Fat Fast se comercializa en al menos 100 países y –según una nota de Kienyke.com- en ninguno le habían puesto en duda. No había habido hasta ahora una institución, un organismo oficial que se detuviera a examinar este milagro ofrecido al público. Y le viene a pasar esto justamente en su país de nacimiento. La Superintendencia de Industria y Comercio de Colombia –SIC- acaba de multar a la firma Jorge Hané Laboratories Colombia por publicidad engañosa y le ordenó retirar los comerciales del producto (sí, Hané es de Barranquilla aunque ha pasado media vida en Miami).

Y le ordenó también decir la verdad. Los envases de estas cápsulas deben indicar claramente que se trata de un “suplemento dietario, no un producto para bajar de peso”.

La SIC encontró que el Reduce Fat Fast “no cuenta con estudios médicos o científicos contundentes para demostrar que sirve para eliminar grasa, reducir peso o disminuir medidas corporales”. No hay nada, insistió la Superintendencia, que demuestre tales propiedades. Lo único que tiene el Reduce Fat Fast es a Jorge Hané y a su poder de convencimiento. Pero resulta que este caballero ha estado engañando a la gente. De hecho, el producto está registrado en Colombia como suplemento dietario justamente porque no tiene con qué respaldar sus propiedades.

Hané, por supuesto, seguramente intentará lavar su imagen. Algo se le ocurrirá. Estos negocios son también un poder. Como la Medicina Sistémica, otra industria que promete milagros. Tienen recursos. Tienen dinero. Y cuentan con una masa de gente que es capaz de creer que hasta el bicarbonato de sodio puede curar el cáncer si lo tomas con agua y limón.

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