Salud

Ultratherapy: una sesión para borrar las líneas de expresión

La propuesta me llegó a los 50 años y quise aprovechar la oportunidad. Sin ningún tratamiento previo y menos intervenciones quirúrgicas, decidí probar una técnica que no te lleva al quirófano y que solo requiere de una sola sesión: Ultratherapy facial.

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Se trata de un método que utiliza el ultrasonido para penetrar las capas más profundas de la piel y suavizar las arrugas, sin dejar rastros en la epidermis. No se necesita de una preparación especial para someterse al procedimiento, aunque después se recomienda no ingerir alcohol ni tomar sol y aplicar un protector solar en los días siguientes. Aunque no se solicitan exámenes médicos para someterse al tratamiento, es bueno informar al doctor si se padece alguna patología.
La sesión comienza con una limpieza superficial del cutis para luego colocar una loción anestésica. A continuación, el especialista, en este caso el doctor Larry Devoe, de Medical Laser Spa, hace las marcas en el rostro por donde pasará el dispositivo que dispone de un cartucho. Te advierten que más que dolor, el procedimiento causará molestias.
La sesión dura poco más de una hora, aunque ello dependerá de cuán profundas sean las líneas de expresión. Al comienzo la sensación es desagradable y aunque sentí dolor e incomodidad en algún momento, no llegué a comunicárselo al doctor. Confiaba en que todo saldría bien.
El tratamiento cubre cara y cuello. No tengo papada, por lo que el trabajo en esa zona del cuerpo fue menos intenso que en el rostro. Desde muy joven tengo líneas muy pronunciadas en el rostro, lo que sumado al continuo estrés, poca ejercitación y una alimentación inadecuada no ha contribuido a la mejor apariencia.
El equipo tiene distintos cabezales con intensidades diferentes y que el especialista usa según la condición del paciente.
Ultratherapy cuenta con la aprobación para lifting no invasivo de la FDA, la agencia del gobierno de Estados Unidos encargada de regular la salida al mercado de alimentos, medicamentos y equipos médicos, entre otros.
La energía que imprime el ultrasonido es lo que estimula la formación del colágeno, proteína que se va perdiendo con el paso de los años.
Al trabajar en áreas sobre la dentadura, la sensación es como si las piezas dentales fueran a desprenderse por la intensidad con la que actúa el ultrasonido. Por dos semanas sentí molestias en la zona de la mandíbula. Creí que el cualquier momento perdería alguno de los dientes, pero luego pasó.
Si bien al concluir la sesión, quienes te acompañan notan un cambio incipiente, los resultados se ven al término de seis meses, cuando se observa una mejor tonificación de la piel. No obstante, en casa, a la semana mi familia comenzó a ver los primeros cambios.
Se recomienda repetir el procedimiento a los dos años.
Para notar la diferencia es recomendable tomarse fotos y hacer seguimiento a la evolución. Yo lo hice por los cinco meses siguientes:
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