Venezuela

Un Juguete una Buena Noticia: los reporteros que llevan alegría a niños en Navidad

La iniciativa Un Juguete Una buena Noticia, impulsada hoy por unos 40 voluntarios, nació de un pequeño grupo de periodistas hace cinco años. En esta Navidad de 2021 se convierten en el Niño Jesús, o el Santa, de otros 250 niños para llevarles alegría, ilusión y sueños de tiempos mejores.

Un JUguete Una buena Noticia
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El muchacho parapléjico tenía la mirada centrada en encontrar el motivo de aquella visita. La emoción por lo que estaba a punto de ocurrir era más fuerte que el cuerpo de su abuela empujando la maltrecha silla de ruedas, y por momentos más fuerte que su condición física. Él era uno de los niños que recibieron una gota de alegría en esa Navidad de 2020, gracias a la iniciativa de un grupo de periodistas «Un Juguete Una Buena Noticia».

La emoción aquella mujer, de cabello canoso y pliegues bajo sus ojos, también destellaba. Pero no tanto por ver a su nieto recibir el juguete, sino al recibir ella misma una inesperada bolsa con alimentos. El niño en la silla de ruedas desbordaba ilusión por el regalo que le correspondía y conmovió a los presentes en el lugar.

También llenó a todos de más motivos para darle continuidad a la idea que surgió de un grupo de periodistas años antes, en la sala de redacción de uno de los acosados medios de comunicación de Venezuela.

Esa tarde, una abuela y su nieto parapléjico volvieron con comida a su casa, ubicada en una de las empinadas zonas de Petare, un complejo de barriadas del este de Caracas considerado «la favela más grande de Latinoamérica». Esa misma tarde los voluntarios de Un Juguete Una Buena Noticia también regresaron a sus hogares con el corazón a punto de salirse del pecho.

Juguetes y periodistas
Un Juguete una Buena Noticia…la ilusión de atender a niños más pobres en una Venezuela en crisis

A la sombra de la crisis

Cuando nació este proyecto en 2017, en Venezuela ya se agudizaba la crisis económica y social que comenzó en 2016.

Por aquellos meses se desencadenó la escasez de artículos de primera necesidad, alimentos y medicinas. El desempleo se ubicaba en 25,3 %, después solo superado históricamente por el 35 % medido en 2018, según el registro que el Fondo Monetario Internacional tiene sobre este índice en el país desde 1990.

De acuerdo a la Encuesta Nacional de Condiciones de Vida (Encovi) 2017, el 70,8 % de los venezolanos consideraba que los alimentos no eran suficientes y/o no tenían dinero para comprar más desde junio de 2016. Para 2017 el 79,8 % de las personas había comido menos a causa de la insuficiencia de alimentos. La inseguridad alimentaria se hizo presente en 80 % de los hogares venezolanos.

La Encovi (levantada por las principales universidades del país  y convertida en principal referencia para medir la crisis venezolana) también recogió que 87 % de los hogares estaban en la línea de pobreza, ubicándose 61,2 % en el umbral de la pobreza extrema.

Según el Banco Mundial, la pobreza en países de ingreso mediano se determina cuando una persona vive con menos de $3,20 al día. Vivir con menos de $1,90 diarios representa la línea pobreza extrema.

El año que vivimos la amargura

En julio de 2017, el gobierno de Nicolás Maduro aumentó por tercera vez el salario mínimo, en 50 %, para ubicarlo en 12 dólares por mes en el mercado paralelo o 37 dólares en la tasa oficial más alta. Es decir, $0,40 al día y $1,20 al día, respectivamente.

Las Navidades se perfilaban sombrías, luego de cinco meses de continuas  y sostenidas protestas civiles de miles de venezolanos que salieron a las calles a oponerse al régimen chavista encabezado por Maduro. En todo el país había marchas  y concentraciones contra las sentencias 155 y 156 del también chavista Tribunal Supremo de Justicia que despojó de sus funciones y liquidó a la Asamblea Nacional opositora para entregárselos al propio poder judicial.

Las manifestaciones antigubernamentales dejaron más de 130 muertos. En su mayoría fueron jóvenes estudiantes, abatidos con certeros disparos a la cabeza o al torso, con armas disparadas por soldados de la Guardia Nacional, policías o por bandas civiles parapoliciales vinculadas al chavismo, los tenebrosos «Colectivos».

Los acosados medios de comunicación reseñaron y documentaron muchos de esos casos, que hoy forman parte del expediente que llegó a la Corte Penal Internacional (CPI), para juzgar al régimen chavista por crímenes de lesa humanidad.

En busca de otras pautas

Sin dinero para adquirir productos básicos, que además estaban escasos, con una hiperinflación de más de 1.200 % y la tristeza dejada por las protestas y el aumento del éxodo venezolano a más de cuatro millones de personas, otros anhelos quedaron a un lado.

Los propios periodistas que cubrieron estas protestas sufrieron ataques físicos y verbales, atropellos, golpes, agresiones, encarcelamientos y persecución.

En medio de este panorama, Dayimar Ayala, periodista y madre de un niño que en ese entonces tenía cuatro de edad, llegó preocupada un día por los más desfavorecidos a la sala de redacción del medio para el que trabajaba. Había que hacer algo, Navidad ya venía y el Niño Jesús no visitaría muchas casas.

La mejor noticia es la solidaridad

Génesis Carrero es colega de Dayimar y, para 2017, eran compañeras de trabajo en dos medios de comunicación digitales con sede en Caracas.

Al igual que Dayimar, Génesis compartía la preocupación por las personas más afectadas por la crisis y crearon junto al fotorreportero Rayner Peña y su pareja, la periodista Wanda López, la iniciativa Un Juguete Una Buena Noticia. A ellos se les han sumado a lo largo de cinco años al menos 40 voluntarios-colegas.

En la primera jornada se recolectaron 100 juguetes que serían repartidos entre niños en situación de calle encontrados desde Petare hasta Chacaíto. Las siguientes ocasiones llevarían más organización al proyecto. Así, los beneficiados serían seleccionados durante las pautas y coberturas cumplidas a lo largo del año. Era una forma de evitar que los juguetes tomaran otros rumbos.

“A veces nos contaban que a los niños de las calles les quitaban los juguetes o los revendían, queríamos que se quedaran con ellos y por eso decidimos ir a lugares focalizados”.

“Esa primera jornada fue importante porque fue un choque mucho más profundo con esa emocionalidad de ver lo que un niño se impacta al abrir un juguete, al saber que es para él”, comentó Génesis. En ese momento asentaron el objetivo de Un Juguete Una Buena Noticia.

Con San Nicolás y todo

Génesis recordó con emoción una actividad realizada en Turgua, una zona rural del municipio mirandino El Hatillo. Santa llegó montado en un camión y los niños corrían detrás de él.

El momento más duro, relató, fue visitar a niños con VIH en la casa hogar El Buen Samaritano, perteneciente a la Red Madre Teresa de Calcuta, en San Bernardino, centro de Caracas. Ese lugar es el único dedicado a niños con VIH, que no tienen hogar debido al abandono familiar, a la orfandad o a pertenecer a familias en condiciones precarias que no pueden cuidarlos.

En 2018, Un Juguete Una Buena Noticia pasó a ser durante unos días Un Cuaderno Una Buena Noticia, con el fin de ayudar a los casi 300 niños de los comedores de Alimenta La Solidaridad en su regreso a clases.

Cecodap, una ONG dedicada a fomentar el bienestar de los niños, destacó en un informe que en el año escolar 2018-2019 en Venezuela se inscribieron poco más de 7,6 millones de alumnos, muy por debajo de los 7.878.578 de 2013 -el año con la mayor matrícula de la historia venezolana- y muy similar a los 7.664.869 de 2017-2018.

La crisis provocó la salida de miles de familias del país, mientras que los que permanecieron debían sortear las dificultades para mantener a sus hijos escolarizados.

Los niños de la calle son algunos de abrazados por esta iniciativa de estos periodistas duendes de la Navidad.

Con la pandemia a cuestas

En 2020, a la crisis estructural venezolana se le sumaba la pandemia de covid-19. Pese al confinamiento y las medidas de bioseguridad, la correspondiente jornada se llevó a cabo con un aliciente: la entrega de alimentos para las familias de los niños.

Ahí, una mujer y su nieto parapléjico, protagonizaron el momento que, para Génesis, ha sido el más emotivo desde que se formó la iniciativa.

“Creo que es una de las jornadas y una de las energías recientes más importantes que hemos vivido”, relató.

Los voluntarios recuerdan que en 2020, aún en medio de la cautela mundial en torno al virus y contra todo pronóstico, se recolectaron muchos juguetes y alimentos.

En 2020 consideraron que era importante ayudar con comida, ya que por la pandemia se había profundizado la desigualdad en el país y quienes antes necesitaban, ahora necesitaban mucho más.

Génesis reflexionó, a manera de resumen de todas las jornadas, que en Venezuela existe una desigualdad marcada.

“En los rostros de los adultos veo agradecimiento y a veces hasta sorpresa, muchas veces no esperan amabilidad de los otros”, señaló.

Según la Encovi, entre 2019 y 2020 Venezuela se convirtió en el país más pobre de América Latina y el segundo más desigual, después de Brasil. Al menos 74 % de los hogares presentaba inseguridad alimentaria moderada y severa, apuntando su realidad nutricional más hacia Centroamérica y el Caribe que a Suramérica. Para entonces, 8 % de los niños menores de 5 años de edad calificó como desnutrido desde el indicador peso-edad. Desde la talla-edad, se estimó la desnutrición crónica en este grupo etario en 30 %.

La ilusión se reparte

La dinámica este año irá dirigida a dos comedores en Macarao y Caricuao, en el municipio Libertador de Caracas, así como a dos casas hogares en el sector Las Tunitas, en el estado Vargas. Son 250 niños en total, por lo que los duendes-reporteros afinan los detalles y aceleran los motores para los últimos días antes de la entrega, el próximo 17 de diciembre en la capital y el 20 de diciembre en Vargas.

El pasado 10 de diciembre recolectaron juguetes en la Plaza Altamira de Caracas. En comparación con el año anterior, algunos voluntarios consideraron que había más donativos, mientras que otros aseguraron que se tenía una cantidad similar.

Navidad
La Plaza Altamira de Chacao, Caracas, uno de los puntos de recolección en esta emotiva campaña.

Lo que no ha variado es la emoción con cada entrega. “Gracias a ustedes por la iniciativa”, “qué bonita labor hacen”, son algunas de las expresiones de las personas que se acercaron a donar. Unos llegaban con grandes cajas con juguetes nuevos que tenían guardados, otros con bolsas de juguetes usados pero en perfecto estado, mientras que algunos daban cosas que compraron específicamente para Un Juguete Una Buena Noticia.

Entre los voluntarios se escuchaban sorpresas al detallar los regalos. Sin duda, una de las virtudes de este tipo de iniciativas es que cada persona involucrada conecta con su niño interno, aún más de cara a la “época más bonita del año”.

Ver con ojos de marciano

Son las 12 y ella salió corriendo. Mamá y papá ya escondieron los regalos y los niños saben que, en cualquier momento, El Niño Jesús, o Santa, va a dejar lo que pidieron y se irá. Luego saldrán a despedirlo, aunque no lo vean, como cada año.

Génesis va al pasado y recuerda con nostalgia la Navidad de su infancia, principalmente porque este es el primer año de su vida sin su padre, fallecido este año.

“Eran increíbles, esta será la primera Navidad sin mi papá y va a ser complejo, tengo la fortuna de tener una familia increíble, que siempre estuvimos todos juntos, mis recuerdos de Navidad son maravillosos, por eso es importante para mí que los niños tengan ese recuerdo”, dijo Génesis, a la vez que recopila anécdotas de aquella niña que aún no pierde la ilusión.

Decidió ser periodista y está segura de que no se imagina haciendo otra cosa. Para ella, contar historias y los efectos de la realidad, de lo que se vive en la parte más vulnerable de la población, es “importantísimo” y señaló que nunca se cansará de mostrar las consecuencias de la crisis.

Lo que pide es “ver con ojos de marciano, que me siga sorprendiendo, que me siga abismando, que me sigan haciendo llorar, que me sigan haciendo comprender cómo es la vida en realidad para podérsela contar a otros”, concluyó Génesis Carrero, periodista, profesional, ser humano.

Periodistas
Los periodistas Daniel Hernández, Ronald Peña, Génesis Salazar
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