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Un miembro de Hezbollah, culpable del asesinato del exprimer ministro libanés Rafik Hariri

El veredicto llega 15 años después del asesinato de Hariri, uno de los políticos musulmanes sunitas más destacados del Líbano, y en un momento de profunda crisis política en el país. El espectacular atentado contra el ex primer ministro Rafic Hariri es para muchos libaneses el equivalente al asesinato de Kennedy para los estadounidenses: todos recuerdan qué estaban haciendo ese fatídico 14 de febrero de 2005.

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Hezbollah en la palestra. Los jueces del Tribunal Especial para el Líbano, que cuenta con el respaldo de Naciones Unidas, dictaron sentencia por el atentado que acabó con la vida del exprimer ministro libanés Rafic Hariri y de otras 21 personas en 2005. Los jueces hallaron culpable a Salim Jamil Ayyash, presunto miembro del grupo islamista chií Hezbollah, aunque absolvió a otros tres miembros de la organización, que negó cualquier participación y no fue acusado como grupo formalmente.

El veredicto llega 15 años después del asesinato de Hariri, uno de los políticos musulmanes sunitas más destacados del Líbano, y en un momento de profunda crisis política en el país. El espectacular atentado contra el ex primer ministro Rafic Hariri es para muchos libaneses el equivalente al asesinato de Kennedy para los estadounidenses: todos recuerdan qué estaban haciendo ese fatídico 14 de febrero de 2005.

Los jueces del Tribunal Especial para el Líbano consideraron «probados los cargos» contra Salim Jamil Ayyash en la preparación del ataque «con intención homicida» contra Rafic Hariri. En cuanto a los otros tres acusados -Hussein Hassan Oneissi, Assad Hassan Sabra y Hassan Habib Merhi-, la Justicia los absolvió de su responsabilidad en «la conspiración» para la preparación del ataque terrorista de febrero de 2005 porque no se puede probar que conocieran la intención última de matar al exprimer ministro libanés.

Los cuatro miembros de Hezbollah fueron juzgados en ausencia porque la organización se negó a revelar su paradero.

El multimillonario sunita Rafik Hariri, que encarnaba la era de la reconstrucción después de la guerra civil (1975-1990), fue asesinado el día de San Valentín por el estallido de una camioneta llena de explosivos al paso de su convoy blindado.

La explosión provocó una verdadera bola de fuego en el céntrico barrio de los hoteles de Beirut. Las llamas alcanzaron varios metros de altura y muchas ventanas de los edificios quedaron hechas añicos en un radio de medio kilómetro.

Con esta partida, Hezbollah  aprovechó para hacerse un hueco en la escena política. Esta milicia apoyada por Irán es la única facción que no ha abandonado el arsenal militar después de la guerra civil.

Cuando Hariri falleció, su hijo Saad Hariri entró en política. Él también fue varias veces primer ministro de Líbano, pero nunca llegó a tener la estatura política de su padre.

Este artículo fue publicado originalmente, con apoyo de agencias de noticias, en The Objective.

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