Un terreno en Marte

En agosto de 2018, un exultante Nicolás Maduro anunció que “el petro va a anclar el precio del bolívar soberano”. Cada petro tendría el valor de BsS. 3600 (el resultado aproximado de multiplicar el precio del barril de petróleo para aquel momento ($60), por el precio del dólar Dicom, que rondaba los BsS. 61). “Será la unidad de cuenta fluctuante que servirá para fijar el valor del trabajo y el precio de los bienes de consumo”, añadió. El petro pasó de valer BsS. 3600 a valer BsS. 9000 la semana pasada. Y aunque el barril de petróleo bajó de $61,84 en agosto a $54,04 en noviembre, por lo que vemos Maduro siguió multiplicando el dólar Dicom (BsS. 150 hoy) por $60. Entonces es un respaldo inflado, cuyo precio no corresponde con el precio real. También puede pasar que sea Maduro quien fije a su leal saber y entender (que en materia de economía parece ser nulo) el precio del petro (¡y que Dios nos agarre confesados!).

El asunto del petro hay que verlo con lupa, porque puede resultar en algo tan simple como una soberana estafa. En febrero de 2018 el gobierno venezolano emitió 38,2 millones de petros de un total de 100 millones. Supuestamente se podían comprar en línea. Pero para comprarlos hay que entrar en www.elpetro.gob.ve y la página no abre. Yo misma traté muchas veces de abrirla y nunca abrió. Tampoco la www.telesur.elpetro.gob.ve. Para el petro se ha creado la Superintendencia de Criptoactivos de Venezuela “un servicio desconcentrado sin personalidad jurídica, administrado, supervisado e integrado a la Vicepresidencia de la República”, y coordinará gestiones financieras y presupuestarias con el Ministerio de Economía y Finanzas. Es decir, que la ventaja principal de una criptomoneda -que es la de estar libre del control de cualquier estado o banco central- no sucede aquí, porque todos sus aspectos están siendo supervisados por el gobierno venezolano. ¿Y quién en su sano juicio confía en el gobierno venezolano?…

Otro soberanísimo aspecto del petro es que la cifra mínima de inversión en su compra es de 1000 euros. ¿Qué venezolano tiene 1000 euros, cuando el sueldo mínimo son $30 mensuales a la tasa Dicom) a la que sólo el alto gobierno tiene acceso) y $9,50 al dólar paralelo al día que escribo este artículo?

Según el Superintendente de Criptomonedas venezolano, Carlos Vargas, Venezuela pagaría las importaciones desde Brasil utilizando la criptomoneda petro. Pero pocas compañías brasileñas acordaron vender alimentos en Venezuela a cambio de petros a partir del 20 de febrero y las que lo hicieron no sabemos qué otros respaldos exigieron. Nadie arriesga su dinero así como así.

El economista Orlando Ochoa, uno de los economistas más críticos de la política financiera del régimen, asegura que “la utilización de este instrumento chimbo es para esconder la verdad de la devaluación”. Y tiene razón: esta incertidumbre con respecto al petro lo que hace es incrementar la devaluación.

En 2017 pusieron presos a varios mineros de criptomonedas y sus máquinas fueron confiscadas. Cuando se legalizó la creación del petro, fueron puestos en libertad y devueltas sus máquinas. Ahora supuestamente se puede minar el petro. Pero para eso se requiere energía y todos sabemos cómo las iguanas han destrozado nuestro sistema eléctrico. Además, para poder minar petros hay que inscribirse en la página Blockchain de Venezuela, que tampoco abre…

Como si todo esto fuera poco, el departamento del Tesoro de Estados Unidos advirtió a los inversionistas que comprar petros puede conllevar a penas legales, pues piensan que Maduro lanzó el petro para burlar las sanciones. Toda la información oficial de las inversiones en petros viene del gobierno venezolano y sus portales afiliados. Dicen ellos que 127 países han mostrado interés en comprarlos, pero no hay data independiente disponible. La calificadora de riesgos Moody´s considera que el petro depende de la estabilidad del gobierno venezolano y todos conocemos lo inestable, improvisador y desconcertante que éste es. Steve Hanke, profesor de economía en la Universidad Johns Hopkins, dijo en su cuenta de Twitter @steve_hank el 18 de febrero de 2018: «Cualquiera que desperdicie dinero en una farsa tan obvia es un tonto. El «petro» de Maduro es simplemente otro esquema elaborado de “pump and dump” (un esquema de inflar fraudulentamente los precios de una acción barata, para luego venderlas caras). Me imagino quiénes podrán hacerse ricos con los petros. No precisamente los trabajadores o los pensionados.

En fin, que los “trabajadores y trabajadoras”, los “queridos pensionados” y las “queridas pensionadas” de Maduro están fregados por dondequiera que se le mire: que les paguen los sueldos y los aguinaldos en petros es lo mismo que si les regalaran un terreno en Marte.