Opinión

#VacunasParaElPersonalDeSalud

Solo incertidumbres y dudas deja el manejo que ha hecho el gobierno de Maduro de las vacunas y el plan de vacunación. No hay cuentas claras ni una estrategia concreta y razonable más allá de lo visto: la cúpula del poder y sus allegados VIP reciben la inmunización antes que los médicos y el personal de salud

Médicos Unidos de Venezuela
Daniel Hernández
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Conozco bien a los médicos venezolanos porque tengo la fortuna, el honor y el orgullo de ser hija de uno de ellos. Y me duele la situación por la que está pasando el gremio médico venezolano, al verse burlado por el régimen de Nicolás Maduro con el tema de la vacunación contra la covid-19. Cada vez que sé de un médico, un enfermero, un bioanalista, un bedel de hospital, un camillero que fallece por el virus chino, siento una rabia que se me desborda.

Es indignante, por decir lo menos, la injusticia que representa no vacunar a médicos y paramédicos venezolanos. Y clama ante los ojos del mundo la politización de la vacunación. Retumban en mis oídos las palabras de Delcy Rodríguez: “le pedimos al presidente Joe Biden que se ponga la mano al corazón, que Venezuela atraviesa una situación humanitaria derivada de la pandemia y el bloqueo. Nosotros vamos a seguir batallando para que liberen los recursos, el presidente ha propuesto petróleo por vacuna”. Las sanciones NO SON para detener el proceso de vacunación. Fue el régimen venezolano el que echó para atrás el acuerdo Covax mediante el cual ya habrían llegado las vacunas… ¿Qué pretenden? ¿Qué muera un gentío, no sólo el personal de salud?

Además, sólo con lo que han gastado en la defensa de un tipejo como el “embajador” Alex Saab, han podido comprar lotes y lotes de vacunas. Pero, ahh, para la defensa de Saab sí hay dinero… ¿de dónde lo sacan? Ahí nadie dice que no van a pagar por las sanciones. Ahí pagan y pagan, porque les aterra que Saab llegue a Estados Unidos y abra su bocota, porque la abrirá si es que llega a ser extraditado.

Ellos, los jerarcas del régimen, ya están vacunados. Y hay hospitales donde están poniendo vacunas. Sé de primera mano de un caso donde en un hospital público vacunaron a seis personas y cobraron “barato”: 380 dólares por todos. No sé qué vacuna les habrán puesto. No sé tampoco el destino de las SputnikV que llegaron, pero sí sé que la mayoría de los médicos y el personal de salud no han sido vacunados. Aquí están vacunando a militares, a sus familias y sus amantes, a quien tiene con qué pagar y a quien tiene palanca con algún alto funcionario.

Mi papá siempre nos hablaba de la «prestidigitación» que se llevaba a cabo en los hospitales públicos, pues en ellos los médicos y los estudiantes de medicina venezolanos, con sus conocimientos y su pericia, salían airosos de situaciones complicadas. Ahora están dando hasta su vida en esta lucha sin cuartel contra el coronavirus. ¿No se merecen acaso ser vacunados, sin tener que estar jalando mecate o pagando por un derecho ganado a pulso?

Otra de las falacias de Maduro y su combo se refirió a que la vacuna Astra Zeneca no funcionaba. En Europa hubo poquísimos casos de reacciones adversas, no todos, por cierto, relacionados con la vacuna. Se estudiaron y se llegó a la conclusión de que la vacuna sí servía. Ahora quieren ponernos una supuesta vacuna cubana, la Abdala, que ni siquiera es una vacuna. ¿Por qué? Si creen tanto en la Abdala, ¿por qué no se la pusieron ellos? ¡Si los mismos cubanos han mencionado la posibilidad de retirarla!

Otro asunto que no quedó aclarado fueron los 200 millones de dólares con las que pagaron las 100.000 vacunas SputnikV, cuando en realidad costaban 100 millones… ¿Aló? ¿Alguien que responda?…

En Venezuela es imposible decretar un toque de queda, como se ha hecho en otros países, porque más de 90% de nuestra población depende del trabajo del día a día para sobrevivir. Ya lo escribí una vez y lo vuelvo a repetir: aquí la escogencia es entre una certeza, morirse de hambre, y una probabilidad, morir de coronavirus. Y entre una certeza y una probabilidad, está de anteojitos que se escoge la probabilidad.

Yo me siento incapaz de vacunarme antes de que se haya vacunado nuestro personal de salud. Los héroes en esta situación aciaga, sin que me quede duda, son ellos. Tenemos que seguir exigiendo que sean vacunados con una vacuna buena… no con algo como la fulana Abdala que, como dijo alguien en Twitter, no llega ni a placebo. ¿Hasta cuándo tendremos que seguir pagándole al régimen cubano sus “favores”? ¿Cuántos muertos más contaremos antes de que se haga algo?… Por desgracia para todos, tiene la palabra –y posibilidad de acción- el régimen de Maduro.

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