Venezuela

Venezuela apuesta su futuro entre negociaciones y amenazas militares

Mientras Juan Guaidó hace gestiones ante el Pentágono y EEUU anuncia nuevas sanciones, el gobierno de Noruega inicia un proceso exploratorio para una negociación entre la oposición y el gobierno venezolano. Los analistas Geoff Ramsey y Carlos Romero insisten en resaltar la posibilidad de alcanzar una salida pacífica y evitar una catastrófica intervención armada.

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Texto: José Luis Carrillo | Fotografía: Archivo

La situación política de Venezuela parece haber llegado a un callejón sin salida luego del fiasco de la “Operación Libertad” anunciada por el presidente de la Asamblea Nacional (AN), Juan Guaidó, y practicada sin éxito el 30 de abril, así como por las acciones judiciales emprendidas contra los diputados Édgar Zambrano, primer vicepresidente del Parlamento; Richard Blanco, Manuela Magallanes y Américo De Grazzia, entre otros, quienes tuvieron que refugiarse en embajadas de diferentes países ante las órdenes de captura giradas en su contra.

Mientras tanto, el representante diplomático de Juan Guaidó en EEUU, Carlos Vecchio, sostuvo el lunes 20 de mayo una reunión con el subsecretario del Departamento de Estado de ese país, Sergio de la Peña, en la búsqueda de una cooperación militar, un encuentro que según había sido anunciado sería con el jefe del Comando Sur de EEUU, y que mantiene sobre la mesa la opción de una intervención extranjera contra Venezuela. En este contexto se conoció sobre las gestiones que realiza el gobierno de Noruega con representantes de la oposición y del gobierno de Nicolás Maduro para avanzar en la negociación de una salida pacífica a la crisis política, lo que deja abierta una ventana para exorcizar el fantasma de la acción armada y permitir de esa manera que sea el pueblo soberano el que pueda decidir el rumbo que siga la nación.

No obstante, las informaciones sobre las reuniones entre la misión de Noruega y los emisarios de Juan Guaidó (Gerardo Blyde y Fernando Martínez Móttola) y los de Nicolás Maduro (Jorge y Héctor Rodríguez), han sido recibidas con escepticismo por parte de una población que ya ha visto cómo han naufragado las rondas de conversaciones que suceden a los intentos fracasados en Caracas (2016) y República Dominicana (2017).

Después de tales iniciativas, el gobierno ha salido más fortalecido y ha dejado con menor capacidad de maniobra a la oposición, como cuando Nicolás Maduro convocó a una asamblea constituyente que se proclamó plenipotenciaria y supraconstitucional, asumiendo facultades que corresponden al Poder Legislativo. Es por ello que la nueva iniciativa ha sido recibida al menos con tibieza, pero hay que tener en cuenta que en las condiciones actuales, con un Ejecutivo asfixiado por las sanciones económicas, el desplome de la producción petrolera (principal fuente de divisas del país) y las consecuencias de un desmedido endeudamiento, así como la experiencia que se le reconoce a los noruegos en materia de resolución de conflictos, hacen pensar que se está ante una posibilidad real de lograr acuerdos.

En este sentido, El Estímulo conversó con los analistas internacionales Carlos Romero, politólogo y profesor universitario, y con Geoff Ramsey, director asistente del programa sobre Venezuela de la Oficina de Washington para asuntos de América Latina (WOLA por sus siglas en inglés), para conocer sus puntos de vista sobre la realidad de una amenaza bélica y las expectativas ante la gestión de los nórdicos. Ambos coincidieron en la necesidad de agotar las posibilidades para una solución pacífica a la crisis política venezolana y advirtieron sobre el desastre que podría significar una acción bélica unilateral por parte de EEUU.

Presión

Para Ramsey, la reunión de Vecchio con representantes del Departamento de Defensa de EEUU consiste en una estrategia de amenaza y de presión más que de una acción real con miras a una intervención.

“Primero hay que destacar que es muy irregular que un diplomático solicite una reunión con el general del Comando Sur. En todas esas reuniones con funcionarios estadounidenses queda muy claro que no hay un interés real de que haya una intervención militar en Venezuela”, expresó el analista.

Resaltó que la idea de un ataque quirúrgico, como se ha venido hablando, de misiles o drones para atacar locaciones específicas o a personas determinadas es “pura fantasía”. Insistió en asegurar que en términos de real politik, en el Pentágono saben que una intervención significaría más problemas que soluciones para Venezuela.

Romero, por su parte, advirtió que “sería terrible” el que el emisario de Guaidó estuviera realmente gestionando un ataque militar contra Venezuela.

“Me preocupa que la oposición venezolana, o por lo menos un sector de la misma, se amarre a una solución de carácter militar a la crisis. La experiencia nos dice que una acción militar trae más problemas que soluciones y que las transiciones exitosas son aquellas que han sido negociadas en un clima pacífico en primer lugar. y en segundo lugar en un clima de entendimiento y compromiso. Yo no sé si esta acción de la oposición venezolana a través del representante de Guaidó en EEUU y reconocido como embajador por parte del gobierno de Donald Trump se convierte en una amenaza o es una sesión exploratoria de las posibilidades de una invasión que sea liderizada por EEUU”, indicó el analista.

¿Sanciones inofensivas?

La respuesta de EEUU luego de conocerse las acciones contra los diputados a la AN fue anunciar más sanciones contra Venezuela. En principio contra buques navieros que intenten entregar petróleo a Cuba, pero luego se anunció que habría medidas contra funcionarios y empresas que comercien con Venezuela los productos que el gobierno de Nicolás Maduro entrega a través del programa de los Comités Locales de Abastecimiento y Producción (CLAP) que la administración Trump considera es utilizada para el lavado de dólares.

Las sanciones a funcionarios venezolanos, que se remontan a 2014, no han servido para ejercer presión sobre el gobierno de Nicolás Maduro y en cambio, han sido señaladas por estudiosos del acontecer nacional de afectar a la población, especialmente a la de menos recursos económicos.

A este respecto, Geoff Ramsey considera que no es totalmente cierto que las sanciones de EEUU no han logrado presionar al régimen. “Maduro tiene todos los incentivos del mundo de participar en una transición. Ahora, creo que se trata de darle las garantías necesarias para que sus costos de salida puedan bajar. Es la única cosa sosteniendo el régimen, (el temor a) salir y encontrarse frente a la justicia no solo venezolana sino de EEUU”, aseguró el experto.

Cuestionó asimismo que si bien Guaidó ha hablado de una amnistía para los funcionarios que faciliten la transición, la AN no ha aprobado el proyecto de ley y que al preguntarle a los principales dirigentes de la oposición cuál sería el alcance de la ley de amnistía dan respuestas distintas, lo que para él no constituye un uso inteligente de las herramientas de ese proyecto.

“Creo que las garantías, ofertas para producir un cambio de régimen deben ser públicas, en voz alta para que sean creíbles”, indicó.

Carlos Romero hizo énfasis en que existen medidas más allá de las sanciones pero alejadas de una intervención militar, que podrían ejercer mayor presión al gobierno de Maduro.

“Hay un conjunto de sanciones que están entre las actuales y las de carácter bélico, como un embargo naviero, aéreo, o conjunto, ya no en cuanto al territorio norteamericano porque ya de hecho está funcionando, sino en la región venezolana, en la frontera terrestre con la colaboración de Colombia, Brasil y Guyana y la frontera marítima con Trinidad y Tobago, Aruba, Curazao. Esa sería una posibilidad, explicó el analista.

Recalcó que no están agotadas las posibilidades para llegar a una solución pacífica, pero señaló que ni el gobierno ni la oposición se han tomado este objetivo con la seriedad que amerita.

Explicó que ambos factores se sienten confiados: “La oposición piensa que tiene respaldo internacional, particularmente de EEUU y fíjese que no ha podido sacarle provecho a la relación militar. Mientras tanto, el gobierno se siente confiado en el apoyo de China y Rusia pero tampoco ha logrado detener la bola de fuego. En el medio de los dos están la comunidad internacional, Naciones Unidas, la Comunidad Europea y el Grupo de Lima que están observando con mucho temor que se vaya a poner de castaño oscuro la situación. ¿Qué nos dice la experiencia de las invasiones militares? Que lo que hacen es dividir y traer más problemas. ¿Qué es hoy Libia, Irak, Afganistán, Somalia, Sudán?”, preguntó.

Superpotencias

Ramsey se refirió además al rol que cumplen las superpotencias en el conflicto venezolano y subrayó que la solución también pasa por la atención a los intereses de Rusia y China, no solo en Venezuela sino en la región suramericana.

“Es muy difícil pensar que se podría lograr una transición en Venezuela si no reflejan los intereses de los superpoderes involucrados en Venezuela ahora. Eso incluye a los estadounidenses, a los rusos y a los chinos también. Es una jugada muy inteligente de Guaidó reconocer la importancia de China y al mismo tiempo mostrar una apertura al trabajo del grupo de contacto (de la Unión Europea). China es un actor fundamental y el hecho de que ahora un superpoder internacional ha mostrado interés en apoyar el grupo de contacto internacional es una muestra clara de que esa es la ruta a seguir”, apuntó.

Sobre el rol de Rusia precisó que se trata de intereses geopolíticos. “Para ellos (los rusos) se trata de buscar algo en su patio trasero a cambio de su salida de Venezuela. Así que creo que Rusia sin duda está buscando algún tipo de acuerdo con EEUU para que pueda disminuir la presencia de la OTAN en Ucrania o Europa del Este.

Romero discrepa en este sentido de Ramsey y descarta que los rusos estén cambiando, por ejemplo, posiciones en Crimea por salir de Venezuela. “Lo que les interesa (a los rusos) en América Latina y el Caribe es tener buenas relaciones con países como Argentina, Brasil, México. Rusia no quiere problemas en la región, sabe muy bien que una invasión militar sería catastrófica para la relación”, aseveró.

Sobre China, sostuvo que es la misma posición de Rusia al no querer problemas en América Latina y el Caribe. “Una situación bélica, de conflicto militar, retrocedería la confianza y buena fe de sus posiciones, que son pacíficas, en la región. Una invasión estadounidense vuelve a tocar el tema del lago americano y el patio trasero y pondría en duda la visión multipolar que tienen estos países”, precisó.

Negociación

Tanto Ramsey como Romero vuelven a coincidir en la necesidad de negociar una salida para dar fin a la confrontación.

En opinión de Ramsey, la pregunta clave no es si Maduro podría participar en unas elecciones o no, sino cómo asegurar que dichos comicios se realicen en condiciones libres y justas y con la observación de la comunidad internacional. “Para garantizar que eso suceda, hay que hablar sobre reestructurar y depurar el Consejo Nacional Electoral, el Tribunal Supremo de Justicia, y toda la maquinaria electoral en el país”.

Romero finalizó manifestando su firme deseo de que se concrete la negociación. “Debemos evitar la catástrofe que significa una invasión militar. No sé sinceramente los puntos de la agenda (de las conversaciones con Noruega). El común denominador es que mientras haya negociación, acercamiento, intercambio, en esa medida se frena la posibilidad de un ataque militar de EEUU a Venezuela”, puntualizó.

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