Venezuela

Venezuela arranca a media máquina tras otro apagón nacional

Venezuela comenzó a recuperar paulatinamente la luz este martes, unas 7 horas después de que un apagón dejara a oscuras, al menos, 16 de los 24 estados. Unos minutos antes de la medianoche se empezó a restablecer parcialmente el suministro eléctrico en Caracas, así como en los estados de Nueva Esparta, Bolívar, Táchira, Lara y Anzoátegui, informó el Gobierno.

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Foto: EFE/ Henry Chirinos

El ministro de Energía Eléctrica, Freddy Brito, afirmó que el régimen de Nicolás Maduro «tiene activado el Estado Mayor Eléctrico y todos los ministerios e instituciones para atender las necesidades de nuestro pueblo» mientras dure la situación.

El Gobierno de Maduro suspendió «las actividades laborales y educativas regulares», el martes para ayudar al restablecimiento del suministro en todos los estados.

El sistema de transporte masivo Metro de Caracas fue reactivado parcialmente y algunas estaciones eran conectadas por autobuses de la empresa estatal. En ciudades  donde el transporte público superficial vive su propio colapso diario y donde hay escasez de efectivo, centenares de personas caminaban en la mañana del martes para dirigirse a sus destinos diarios.

«Atención!! Para coadyuvar en el proceso de reconexión que se está realizando del servicio eléctrico nacional, se suspenden las actividades laborales y educativas regulares el día martes 23 de julio. A menos que algo urgente lo requiera, recomendamos mantenerse en sus casas», publicó el ministro de Comunicación, Jorge Rodríguez, en su cuenta de Twitter.

Millones de venezolanos permanecieron sin luz desde que a las 16:40 hora local (20:40 GMT), corte que se debió, según Rodríguez, a «ataque electromagnético» a la principal hidroeléctrica del país, que ha afectado a casi todas las regiones.

«Los primeros indicios recibidos de la investigación (…) orientan a la existencia de un ataque de carácter electromagnético que buscó afectar el sistema de generación hidroeléctrica de Guayana, principal proveedor de este servicio en el país», dijo el ministro.

Por su parte, el presidente del Parlamento, Juan Guaidó, reconocido como presidente interino del país por más de 50 gobiernos del mundo hasta tanto haya elecciones libres, responsabilizó al Ejecutivo por el «fracaso» en la administración de la electricidad, un área que está controlada por militares desde hace una década, cuando los apagones empezaron a hacerse frecuentes.

«Intentaron esconder la tragedia con racionamientos en todo el país, pero el fracaso es evidente: destruyeron el sistema eléctrico y no tienen respuestas», apuntó en la red social Twitter el líder opositor.

El país con las mayores reservas probadas de petróleo del mundo no registraba un apagón de esta magnitud desde el pasado marzo, aunque los fallos del servicio se viven a diario en varias regiones, sobre todo en el oeste y en las zonas fronterizas. Una vez más, la falta de luz ha traído consigo problemas como la caída de la telefonía móvil, la interrupción en el suministro de agua potable, la paralización de transacciones comerciales en algunos comercios y la desconexión del internet que, según estimaciones, llegó a 94 %.

En Caracas, al no haber electricidad se suspendieron las operaciones del Metro, razón por la que miles de usuarios se vieron obligados a salir de las estaciones y caminar largas distancias en calles y avenidas abarrotadas. En marzo pasado Venezuela acumuló 11 días a oscuras tras dos apagones que paralizaron el país y por los que el Gobierno de Nicolás Maduro responsabilizó a la oposición local y a la Administración estadounidense de Donald Trump.

Estos fallos dejaron pérdidas superiores a los 100 millones de dólares, según estimaciones de empresarios. La oposición, por su parte, asegura que la corrupción en el ministerio de Energía Eléctrica y malos manejos de miles de millones de dólares destinados al sector son los responsables de la crisis actual.

En la noche del lunes Caracas era una boca de lobo.

Según la versión oficial se trata de un nuevo «ataque electromagnético».

«Aunque siempre está latente, uno nunca está preparado», dice a EFE sobre el apagón Harrison Santiago, profesor universitario, desde una parada en el este de Caracas donde espera junto a cientos de personas conseguir algún lugar en las pocas unidades de transporte que están operativas en la capital venezolana.

El joven docente explicó que en una situación «normal» tarda 35 minutos en llegar a casa en un autobús, pero tras dos horas de espera y conforme la ciudad se pierde en la oscuridad dice que en esta ocasión no sabe cuánto demorará.

En medio de la escasez recurrente de efectivo, otro signo de la crisis económica que vive Venezuela desde hace años, los pocos que pueden pagar el monto del boleto lo hacen a regañadientes y las unidades parten con personas abarrotando el pasillo y hasta colgadas de la puerta. Otros miles de ciudadanos no pueden o simplemente no quieren esperar por un autobús y emprenden sus retornos a pie. Así, la funcionaria pública Ana Marcián hace los 12 kilómetros a su casa junto a un vecino y, mientras camina, señala que al momento del corte eléctrico estaba en su oficina.

«Es inconcebible que en un país como el nuestro pasen estas cosas», opina Marcián, quien relata que en su casa tienen velas y «la comida preparada» para resistir apagones prolongados como los que registró el país en marzo pasado. Su compañero, que responde al nombre Freddy Arraiz, asegura que llevan más de dos horas caminando, y esperan tener mañana «la suerte» de contar con el servicio del Metro, que fue interrumpido con el apagón, lo que los obligó a ellos y a otras decenas de miles de venezolanos a caminar por las avenidas de la capital.

El país con las mayores reservas probadas de petróleo no registraba un apagón de esta magnitud desde el pasado marzo, aunque los fallos del servicio se registran a diario en varias regiones, sobre todo en los estados del oeste y en las zonas fronterizas. Una vez más, la falta de luz ha traído consigo problemas como la caída de la telefonía móvil, la interrupción en el suministro de agua potable, la paralización de transacciones comerciales en algunos comercios y la desconexión del internet que, según estimaciones, llegó a 94 %. Aunque la estatal Corpoelec, que controla el servicio en todo el país, no ha explicado el asunto, el Ejecutivo de Nicolás Maduro salió al paso dos horas y media después de ocurrida la falla para denunciar un ataque a la principal hidroeléctrica del país, ubicada en el sureño estado de Bolívar, limítrofe con Brasil.

El ministro de Comunicación, Jorge Rodríguez, informó de la activación de protocolos de «protección y seguridad» propios de un proceso de reconexión «para restituir el servicio de energía eléctrica en el menor lapso posible». Además, informó de planes de contingencia para el suministro de agua potable, que es interrumpido cada vez que ocurre un apagón; para la prestación del servicio de transporte público; para mantener el funcionamiento en los hospitales y para reforzar la seguridad en las calles con más vigilancia.Por su parte, el presidente del Parlamento, Juan Guaidó, responsabilizó al Ejecutivo por el «fracaso» en la administración de la electricidad, un área que está controlada por militares desde hace una década, cuando los apagones empezaron a hacerse frecuentes en el país.

«Intentaron esconder la tragedia con racionamientos en todo el país, pero el fracaso es evidente: destruyeron el sistema eléctrico y no tienen respuestas», apuntó en Twitter el líder opositor, quien es reconocido como presidente interino de Venezuela por más de 50 países. La oposición siempre ha asegurado que la corrupción en el ministerio de Energía Eléctrica y malos manejos de miles de millones de dólares destinados al sector son los responsables de la crisis actual.

sb/cav

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