Desde la llegada del año 2000 millones de personas han dejado sus países creando movimientos masivos de población que huían de conflictos bélicos, la pobreza y de persecuciones.
Estas grandes movilizaciones han causado un gran impacto en al menos tres continentes del planeta en lo que va de siglo, algunos ya cesaron pero otros como es el caso venezolano no parecen tener un fin próximo. Estos son algunos de los casos que se han presentado desde el 2000.
El conflicto en Siria, que comenzó con la represión de las manifestaciones prodemocracia, dejó más de 360.000 muertos desde marzo de 2011. En este país de 23 millones de habitantes antes de la guerra, más de la mitad de la población se vio obligada a huir de sus hogares debido a los combates. En el interior del país hay alrededor de 6,6 millones de sirios desplazados.
Los demás, más de 5,6 millones, huyeron al extranjero, la mayoría a países vecinos, según las últimas cifras de la Agencia de la ONU para los refugiados.
Turquía es el país que acoge a más sirios registrados por Acnur, más de 3,6 millones. Le siguen Líbano (menos de un millón, 1,5 millones según Beirut) y Jordania (673.000, 1,3 millones según Ammán).
Cientos de miles de sirios se refugiaron también en Europa, sobre todo en Alemania.
Sudán del Sur, que logró su independencia en 2011, fue escenario de una guerra civil durante casi cinco años, caracterizada por las atrocidades de carácter étnico. El conflicto entre diciembre de 2013 y septiembre de 2018 dejó más de 380.000 muertos y obligó a unos 4,2 millones de personas, un tercio de la población, a huir.
Según Acnur, casi 2,2 millones de ellos dejaron el país para ir a Uganda (785.000), Sudán (764.000) y Etiopía (422.000). Se trata de una de las peores crisis humanitarias del mundo.
La llegada masiva y continuada de migrantes provocó una grave crisis migratoria y política en Europa, donde los gobiernos endurecieron sus condiciones de acogida y, en algunos casos, restablecieron los controles fronterizos.
Después del máximo de más de un millón de migrantes en 2015, el número de llegadas a través del mar Mediterráneo, de origen sirio, iraquí, afgano y del África subsahariana, cayó. En 2016 fueron más de 362.000, y un año después, 172.000. Desde inicios de 2018, 132.500 migrantes llegaron a Europa, 108.400 de ellos por mar, según la Organización Internacional para las Migraciones. Unas 2.130 personas fallecieron en el intento.
A medida que se cerraron las rutas migratorias en el Mediterráneo oriental (Turquía y Grecia) y central (a través de Libia o Túnez hacia Italia), la presión se fue acentuó en la ruta occidental, sobre todo en Marruecos. Las redes de tráfico de migrantes aumentaron sus actividades rumbo a España que, con casi la mitad de las llegadas, se convirtió este año en la principal puerta de entrada de la inmigración clandestina en Europa.
Según la Organización de Naciones Unidas, unos tres millones de venezolanos viven en el extranjero, aunque probablemente la cifra es mayor pues este dato se basa en los tres millones que emigraron desde 2015, huyendo de la grave crisis económica, política y social que atraviesa la nación suramericana. Colombia, que comparte 2.200 kilómetros de frontera con Venezuela, acoge más de un millón de ciudadanos; Perú, por lo menos 550.000 venezolanos; y Ecuador, tiene alrededor de 300.000.
Acnur, la agencia para los refugiados de las Naciones Unidas, considera que el éxodo de venezolanos que escapan de la hiperinflación, la escasez, la inseguridad y los problemas graves de infraestructura es el desplazamiento de personas más masivo de la historia de América Latina.
El éxodo venezolano tiene en particular que no parece tener un fin próximo, pues el Ejecutivo de Nicolás Maduro no ha tomado las medidas necesarias para evitar una emigración de esta categoría, y es el mayor en Suramérica, sin embargo la presencia de venezolanos se ha extendido a lo largo del continente y a lugares tan lejanos como Asia, África y Oceanía.
Una caravana de miles de migrantes, principalmente hondureños que salieron de su país escapando de la violencia y la pobreza, alcanzó a mediados de noviembre de este año la frontera con Estados Unidos.
Le siguieron otras caravanas procedentes de Centroamérica, en las que los migrantes recorrieron miles de kilómetros a pie, en autobús o en vehículos que los ayudaban, con la esperanza de obtener el estatuto de refugiados en Estados Unidos.
Unas 6.000 personas se congregaron en la ciudad mexicana de Tijuana. Pero al no poder cruzar la frontera, donde el presidente Donald Trump desplegó miles de soldados, la caravana migrante empezó a disolverse.
El ministro de la Juventud y Deportes, Mervin Maldonado, dio la noticia. "Ha cambiado de paisaje nuestro Francisco «Morochito» Rodríguez” y añadió: "Siempre estaremos orgullosos por tantas alegrías que le regaló a la patria, nuestro primer medallista de Oro Olímpico"
Que las personas en la frontera colombo venezolana cuenten con ciudadanía fronteriza, que usen la misma moneda y que la frontera esté abierta 24 horas son solo algunas de las propuestas iniciales de la Cátedra de Frontera, una iniciativa en la que participan universidades y organizaciones de ambos países
Camradio agrupa a 160 emisoras de todo el país y las asesora para actualizar su estatus ante Conatel, además de fomentar innovaciones y nuevas prácticas
