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Venezuela necesita reconstruir la Cancillería y recuperar su servicio exterior

La reconstrucción de la política exterior venezolana pasa por una nueva mirada y redefinición del servicio exterior adaptado a las necesidades del país, después de dos décadas de devastación del chavismo, fue la conclusión a la que llegaron los expertos del foro: “¿Hacia dónde va la política exterior de Venezuela? Una visión a futuro”.

Expertos se reunieron para definir políticas para la Cancillería de Venezuela
Texto y Foto: Manuel Tovar
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La reconstrucción de la política exterior de Venezuela pasa por una nueva mirada y redefinición del servicio exterior, este debe adaptarse a las necesidades del país tras dos décadas de devastación del chavismo. Esta fue la conclusión a la que llegaron analistas en el foro: “¿Hacia dónde va la política exterior de Venezuela? Una visión a futuro”.

El politólogo Guillermo Tell Aveledo y los internacionalistas Félix Arellano y Lisan Stredel Balliache fueron los ponentes que ofrecieron propuestas necesarias para lograr un cambio en la diplomacia y la Cancillería venezolana.

Tell Aveledo, decano de Estudios Jurídicos y Políticos de la Universidad Metropolitana, se refirió a la situación de precariedad de Venezuela como República. En su ponencia afirmó que pesar de las dificultades vividas en la historia republicana ningún momento había sido tan duro como el presente.

Agregó que el país está a la deriva, azotado por crisis de diferente índole y por la corrupción. Afirmó que las élites del país y la ciudadanía tienen una mirada localista y confinada sin perspectiva global. Este parroquialismo no favorece a una iniciativa mancomunada de Estado.

El politólogo señaló que todos los objetivos históricos del chavismo en el exterior como: la proyección antiimperialista; democratizadora; globalista; están siendo retados por el nuevo ambiente global donde el centro cede a las tentaciones autoritarias. «Estas personas llegan al poder a través de la democracia, para permanecer con fines autocráticos y dictatoriales».

Específicamente sobre Venezuela manifestó: “Si nuestro Estado es precario y no tenemos dominio efectivo de nuestro territorio y fronteras no hay perspectiva de supervivencia ni de reconocimiento como nación”.

Preocupación por la nación

Tell Aveledo dijo estar muy alarmado por la forma liviana de que se habla de intervención extranjera en Venezuela como solución a la crisis actual. No solo por las consecuencias prácticas, sino que implica que el Estado y sus ciudadanos, no pueden controlar su territorio. De ocurrir esto son los vecinos los que dominan y dirimen los conflictos.

“Es una circunstancia de alarma cuando se invita a otros Estados, a pesar de las respuestas sensatas de otros Estados, pero hay una normalización de ese lenguaje”, sentenció.

A juicio de Tell Aveledo las democracias parecen haber cesado el consenso de las grandes mayorías y ahora todas las decisiones son precarias y polarizadoras. “Específicamente en el caso venezolano debe haber una transición integral; sin embargo, no hay en la sociedad venezolana un consenso entre las élites, en momentos en que debemos volver al viejo consenso pluralista”.

Desarrollo de la sociedad civil

El internacionalista Félix Gerardo Arellano expresó que la nueva política exterior venezolana debe estar fundamentada en principio de valores. «Tienen que ver con valores como democracia; justicia; equidad; derechos humanos; respeto a la vida; libertad de expresión; derecho de propiedad, reunión y manifestación.

El analista afirmó que la legalidad, constitucionalidad junto a la legitimidad, inclusión, participación y transparencia son fundamentales para el construir la política exterior del país. Agregó que es vital la participación de todos los sectores de la sociedad, contar con la opinión de los partidos, de los gremios, universidades y personalidades con experticia.

“Uno de los pocos puntos positivos en los últimos años es el desarrollo de sociedad civil que ha crecido, madurado y ha aprendido a sobrevivir. Ese grupo es clave en la consulta, construcción, formulación y evaluación de la política proyectada hacia el primer mundo y orientada hacia la prosperidad, el crecimiento económico, con prudencia y equidad”, expresó.

Criterios claros

Arellano cuestionó la presencia de grupos irregulares como el Ejército de Liberación Nacional de Colombia y otros en Venezuela. Para afrontar estas complejas relaciones con naciones como Irán, Cuba, Rusia, Turquía y China, se deben tener criterios claros en los que intervenga la legalidad  y constitucionalidad. «Se debe definir las relaciones a revisar, reorganizar y reinventar el proyecto nacional de política exterior».

El internacionalista cree que se debe hacer un trabajo en equipo para la reconstrucción de país, sobre todo respecto al aspecto económico a la recuperación macroeconómica. «El papel del Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial, los donantes y el apoyo de la sociedad democrática que hoy nos brinda un aporte político a través de declaraciones, sanciones y presión de la comunidad internacional».

Añadió que se deben formar alianzas para construir gobernabilidad, con esquemas de inversión, recursos humanos, técnicos y financiamiento. “Sería muy importante en el trabajo una agencia de cooperación que coadyuve con el proceso de reconstrucción del país”.

Destacó además la necesidad de un servicio exterior dedicado a la diáspora venezolana con un servicio consular que aporte a nuestras comunidades en el exterior. Agregó que la experiencia venezolana puede servir de experiencia para llenar vacíos legales en el futuro y el perfeccionamiento de normativas en el ámbito de derechos humanos e institucionalidad democrática en el continente y el planeta.

Manifestó que es de vital importancia el mantenimiento de las fronteras, en especial de caso de Guyana. Venezuela está en crisis y la nación vecina aprovecha la coyuntura ante el secretario de Naciones Unidas.

“Es fundamental reconstruir las comisiones nacionales de frontera con toda la sociedad”.

Economía fosilizada

En materia comercial, Venezuela no ha hecho mayores avances desde 1999.

“Hemos salido de casi todas las zonas de libre comercio en las que participábamos: la Comunidad Andina; el Grupo de los 3; solo tenemos una economía fosilizada que es el acuerdo de libre comercio con Chile, estancado en 1999-2000”, dijo.

Para la recuperación económica el país debe buscar reinsertarse eficientemente en la economía mundial y para apuntalar la recuperación económica, debe reconstruir los sectores productivos. Es un país con enormes potencialidades naturales abandonadas como agricultura, turismo, industria, en la que se debe trabajar con inversión privada, sindicatos y la academia.

Recuperación del servicio exterior

La internacionalista y embajadora de carrera Lissan Stredel Balliache aseguró que en el pasado reciente la Cancillería fue respetada, tanto en foros internacionales como en vínculos bilaterales con países de la región y el mundo.

La diplomática manifestó: “Al llegar los ‘revolucionarios’ a la cancillería en 1999 se encontraron con un ministerio pequeño, profesional, muy eficiente y  capacitado con personas muy preparadas. El desmantelamiento no fue inmediato. Ellos se preocuparon de impregnarse de los conocimientos que había y posteriormente sí empezó la destrucción del servicio exterior y de la carrera”.

La embajadora consideró vital la profesionalización de la Cancillería y que es necesario la vuelta de los concursos de oposición y una transformación del Instituto Pedro Gual, formador del recurso humano necesario para la discusión de fenómenos globales. “Este debe ser un centro de discusión orientado a la construcción y promoción de inteligencia, del conocimiento en la formulación, revisión y evaluación de la política exterior”.

A su juicio, la Cancillería fue una víctima de la desprofesionalización por las modificaciones de la Ley del Servicio Exterior realizadas en 2005, 2011 y 2015. En ellas se impuso el libre nombramiento y remoción y de un solo golpe se acabó con la carrera diplomática.

Afirmó que ahora el gobierno de Venezuela es percibido de forma negativa, excluyente, personalista e ideologizada.

La Clave

Stredel Balliache considera clave la reestructuración del Instituto diplomático Pedro Gual. En él reside un pilar importante para construir una política exterior de Estado para recuperar la defensa de la democracia el multilateralismo, el desarrollo sustentable, cooperación y fortalecer la presencia venezolana en estos foros  internacionales.

“Venezuela debe replantearse sus relaciones con Latinoamérica y el Caribe y con países fronterizos como Colombia, Brasil y Guyana. Es prioritario delimitar las áreas marinas y submarinas con el Caribe Oriental, y plantear un giro en las relaciones con el Caricom, menos dependiente del petróleo. Debemos buscar más apoyo del Grupo de Lima y Estados Unidos y revisar y replantear los acuerdos con China y Rusia. Reexaminar nuestra participación en organismos multilaterales como la Alba, Unasur y Petrocaribe”.

La experta cree que un relanzamiento de la Cancillería debe hacerse con el apoyo del sistema interamericano, la OEA y la ONU, esta reestructuración debe ser con una estructura funcional y dinámica como las habidas en 1999.

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