Economía

Venezuela se compromete a acabar con sus "diamantes de sangre"

El gobierno de Venezuela se ha comprometido con emisarios internacionales a que el país adopte buenas prácticas en la explotación de sus enorme reservas de diamantes, de acuerdo con normas auspiciadas por la ONU.

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Según un despacho de prensa del Ministerio de Petróleo y Minería funcionarios de este despacho se reunieron con delegados del Proceso Kimberley «con el objetivo de fomentar la reincorporación de Venezuela a este sistema de certificación de diamantes en bruto».

El Proceso Kimberley fue instaurado en 2002 con apoyo de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), por iniciativa de países productores africanos, importadores, exportadores, sociedad civil y la industria para hacer frente al comercio internacional de diamantes en bruto para financiar conflictos bélicos, recuerda la nota de la agencia oficial de noticias AVN.

Mediante este sistema «los países productores controlarán la producción y el transporte de los diamantes en bruto desde la mina hasta el lugar de exportación», agrega la información oficial.

«En la reunión en la sede del ministerio, en Caracas, los representantes del Estado venezolano acordaron con el presidente del sistema Kimberley, Wei Chu, afianzar y fortalecer las políticas públicas en el sector diamantero; garantizar que la explotación del mineral no genere ni financie guerras. Además de comprometerse a incorporar y exportar sólo a países adheridos a este mecanismo», agrega.

La directora de Planificación y Economía del Viceministerio de Minas, Alba Castillo, destacó que el ingreso al Proceso Kimberley «es muy importante para el desarrollo de Venezuela, ya que como contempla el Plan de la Patria 2013-2019, el incremento de las reservas de oro y diamante deber servir para fortalecer las reservas internacionales, mediante la certificación de yacimientos ubicados en la región Guayana, del estado Bolívar».

La funcionaria afirmó que dentro de los planes «de reimpulso económico» propuestos por el presidente Nicolás Maduro, figura el «cuantificar y certificar reservas de diamantes en la Región de Guayana», crear empresas mixtas para el rubro diamantífero y reactivar la producción de diamantes del país.

Al Proceso Kimberley se han adherido hasta ahora 76 países que representan el 99,8 % de la producción global de diamantes.

En el mundo hay un movimiento de defensores de derechos humanos para hacer que los países, especialmente los africanos, y las naciones ricas, acaben con sus «diamantes de sangre». La explotación de yacimientos y tráficos de gemas han servido para financiar guerras, actividades terroristas y grupos irregulares.

El trabajo esclavo y condiciones extremas está a menudo detrás de esta industria que causa una enorme degradación del ambiente y violencia y deterioro de las condiciones sociales.

La zaga de los diamantes de sangre fue contada por Hollywood en una exitosa película protagonizada por Leonardo Di Caprio y ayudó a crear conciencia en el mundo acerca de este problema que involucra además a la industria de la joyería y a las personas que a veces compran gemas sin conocer su origen violento.

En los últimos seis meses, más de 41 personas han muerto en enfrentamientos por el control de las minas del sur del estado Bolívar.

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