Venezuela

Venezuela y el consuelo es que se puede estar peor, en un libro de William Neuman

Un nuevo libro sobre el colapso de la economía venezolana, y los cambios desde 2019, acaba de salir al mercado editorial en inglés, escrito por el periodista estadounidense William Neuman, excorresponsal del New York Times en Venezuela y testigo de episodios que bien describen al largo régimen populista del chavismo

William Neuman le dedica a Petare parte de su libro
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Con un inmediato éxito de crítica, «Things Are Never So Bad That They Can’t Get Worse: Inside the Collapse of Venezuela» (Las cosas nunca están tan mal que no puedan ir peor: dentro del colapso de Venezuela, en traducción libre), el libro de William Neuman pone por estos días en círculos internacionales el debate sobre este país que vive un experimento populista a gran escala.

Neuman vivió en Venezuela como testigo de estos años más duros y relata su testimonio incluyendo el punto de vista de personas comunes que conoció aquí.

«Establecí una conexión con el país. Pensaba mucho en buscar una forma como contar la historia de esta años que yo había atestiguado en Venezuela», dice en entrevista con El Estímulo desde Nueva York.

«Espero haber tenido un poco de éxito de tratar con fidelidad el carácter y la experiencia de los venezolanos. Esa es mi esperanza”, agrega.

Cercano y personal

Las historias reunidas incluyen la de una señora pobre de Petare (un complejo de favelas entre colinas y laberintos de viviendas precarias, donde viven unas 500.00 personas); de otra mujer que fue secuestrada por la FAES (la tenebrosa Fuerza de Acciones Especiales de la Policía Nacional, señalada hasta por la ONU de ejecutar centenares de asesinatos extrajudiciales y otros crímenes de lesa humanidad); de otra mujer que vivió y  sufrió los apagones en Maracaibo, la colapsada ciudad del occidente que un día fue la pujante capital petrolera de América Latina.

«He estado varias veces en Venezuela y la idea era retratar a un país. No quería escribir otro libro sobre Chávez, de esos hay muchos. Yo quería escribir sobre lo que pasó después de Chávez y para hacerlo también tenía que contar la historia de Chávez y del país, de Bolívar, el petróleo, las características únicas de Venezuela y de los venezolanos. Realmente es un intento de retratar al país más que nada a través de las historias personales de su gente», resume.

Tren a ninguna parte

«Hay mucha más gente, es un intento con mucho cariño, porque le tengo mucho cariño al país, de hablar de todo ese conjunto de cosas», dice Neuman.

También ilustra los desvaríos de la megalomanía, el culto a la personalidad, la corrupción, el populismo y la adulancia en el episodio de un tren que no va a ninguna parte, «construido» e «inaugurado» en Petare. La corte chavista y su ministro de Obras Públicas, Haiman El Troudy, lo pusieron a rodar brevemente un día de la campaña electoral de 2012, solo para que el caudillo Hugo Chávez pudiera subirse en un vagón remolcado (a un costo adicional de un millón de dólares).

¿Cuáles son los cambios más notables que ha percibido en Venezuela en los últimos años, desde su primera visita?

«Esa primera visita fue en 2012, hace 10 años… este es hoy otro país. En 2012 el petróleo estaba sobre los 100 dólares el barril, el gobierno estaba gastando dinero en la última campaña de Chávez y había una prosperidad, no generalizada, pero marcada, en ese momento para mucha gente. Era otra energía, porque después viene la crisis. Más interesante tal vez son  los cambios de 2019 y el año pasado para acá», dice.

Entre 2018 y 2019, cuando estaba escribiendo el libro, no había productos en las tiendas, no había dinero, recapitula Neuman sobre esos años de profunda escasez y largas filas a las puertas de comercios grandes y pequeños.

Hoy los bodegones, como se llaman las tiendas abarrotadas de productos importados, la mayoría desde Estados Unidos, incluyendo alimentos y golosinas de todo tipo, están por todos lados en Caracas. No hay restricciones en la importación, los estantes están llenos de productos.

«Lo que yo decía es que todo era distinto pero nada había cambiado. Aunque haya productos en los estantes, si la gente no tiene dinero para comprarlo, ¿para qué sirve? Lo que yo veía era eso, el año pasado en noviembre escribí sobre lo que la gente ahí llama la burbuja. En la burbuja hay de todo y hay gente que puede comprar, pero fuera de esa burbuja en los barrios y en la provincia fuera de la capital, no hay», señala.

William Neuman, periodista. Foto Micheal McLaughlin
William Neuman, corresponsal internacional, periodista. Foto Micheal McLaughlin

¿Es un país de contrastes?

«Lo que yo he visto es que antes de la crisis lo que tenías en Venezuela era una capa de los ricos que siempre había estado allá y después de eso la clase media alta; después una clase media muy grande. Esa clase media contenía gente que vive en el este de Caracas y gente que vivía en los barrios y se consideraba de clase media. En los años después del 2000 cuando empiezan a subir los precios del petróleo, mucha gente veía su nivel de vida subir».

«Mucha gente en La Vega o en Petare ahora tenía su lavadora y otros aparatos, podía salir con los niños a comer en Wendy’s y podía ir el fin de semana a la playa. Esa gente se consideraba de clase media. Por debajo de eso había una todavía grande clase de gente en extrema pobreza».

«Lo que ha pasado con la crisis es que está todavía esa capa de los ricos y la alta media alta, pero el tamaño de la clase media se ha encogido, se ve muy reducida y mucha gente ha caído en la pobreza y en la extrema pobreza. La pirámide social del país ha cambiado sus relaciones proporcionales», describe.

En su libro, Neuman usa el término «showcialismo» para definir el régimen chavista que se define como socialista. También señala que este proceso no creo ciudadanos sino clientes.

“Discrepo con mucha gente en que digo que Venezuela nunca ha sido un país socialista. Ni Chávez ni Maduro son socialistas».

«Chávez era un populista y la idea del populismo es llegar al poder y mantenerte en el poder y la forma de hacerlo es la polarización de la población, y una identificación muy fuerte del líder, el caudillo, con su pueblo. Chávez siempre hablaba del pueblo, «Chávez corazón del pueblo» era el eslogan de su última campaña. Pero en el populismo la clave es que el pueblo no es el pueblo entero. El pueblo es el que apoye al líder y lo demás, la población fuera de ese pueblo, es el enemigo y además aliado con un enemigo afuera», explica.

«El populismo requiere esa enemistad, esa polarización para mantenerse».

El caudillo populista

«La gente dice que Chávez tenía carisma, y sí lo tenía, pero también tenía mucho dinero y el petróleo sobre 100 dólares el barril. Más importante es el dinero que el carisma, o son idénticos en cierto sentido. Chávez tenía para gastar y gastaba pero el país estaba repleto de proyectos que se empezaron y nunca se terminaron».

Entre esos proyectos está el cable tren de Petare, que no va a ninguna parte, como lo relata en un capítulo del libro.

«La historia del tren era parte del show… El cable tren bolivariano va de Petare a Petare. La idea original era construir un tren que iba a conectar la última estación del metro de Petare con una nueva línea del Metro y del tren que iba a Guarenas (una ciudad dormitorio hacia el este). Nada de eso se construyó, solo una parte, tres estaciones de la línea del cable tren», recuerda.

Cuando la campaña de 2012 esa obra estaba en construcción, en contratos con la brasileña Odebrecht y la austríaca Doppelmayr Cable Car. Eventualmente sería inaugurada por Maduro en 2013.

Una investigación de la ONG Transparencia Internacional recuerda que solo tres de las cinco estaciones del Cabletren  comenzaron a funcionar en agosto de 2013, a un costo de $440 millones para mover a 3.000 personas por hora a través de 2,7 kilómetros dentro de Petare.

Un síntoma del poder

Neuman relata que El Troudi le pagó a Odebrecht y a Doppelmayr un millón de dólares para montar en un mes una pantalla, «poner un tren en el riel y hacerlo mover de una estación a otra, aunque todo era una estafa, era falso».

«Era una demostración muy clara de la forma en que un sistema populista busca mostrar que está gobernando. Aparenta estar gobernando pero realmente es un show», dice Neuman sobre esta anécdota que ilustra una gestión pública que consumió miles de millones de dólares en obras nunca acabadas.

«En Venezuela llovía dinero y después dejó de llover, mientras tanto gastaron y robaron todo el dinero y al final no había nada. Gastaron mucho dinero en muchos proyectos, en las misiones (programas sociales del gobierno con fines electorales). La cuestión es si gastaron bien o mal… si había planificación, seguimiento, si las misiones eran sostenibles. No lo eran, eso se ve ahora en el país. Aparte de ese gasto enorme, que mucho fue desperdicio, había el desfalco que también conocemos de miles de millones de dólares. De todo eso escribo en el libro«, relata.

¿Cómo perciben a Venezuela hoy en el exterior?

«Venezuela es una tragedia en América latina. Era un referente y ahora ¿qué se puede decir?… Visto desde afuera últimamente suena mucho por lo que ha pasado con la guerra en Ucrania y el cambio de los suministros de petróleo. Maduro sale apoyando fuertemente a Putin, llegan los enviados de la Casa Blanca… En este momento la percepción internacional tiene que ver con eso…pero da tristeza ver la horrible crisis que está pasando en Venezuela».

«La  crisis ha tenido distintas fases. Ahora esta en una nueva: la economía está creciendo finalmente después de ocho años de contracción, en algún momento tenía que pasar. La crisis tiene otro color en este momento el color es verde, la dolarización en cierto sentido fue una forma de estabilizar la economía el barrio también hay una penetración de dólares y había gente que antes no tenía para comprar su comida y ahora tienen fuentes de trabajo (cobra en dólares y tiene un poco para comprar comida para su familia».

«Son cambios, no digo que son soluciones pero es un paso y uno puede espera que hay que buscar la forma de seguir con el crecimiento económico para darle a la gente alguna forma de trabajo. Me parece que es muy difícil, hay muchísima gente en la extrema pobreza», advierte.

Join @ASCOA for an event with @willieneuman, the author of Things Are Never So Bad That They Can’t Get Worse: Inside the Collapse of Venezuela.

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