Venezuela

Leopoldo López: una cronología (+INFOGRAFÍA)

El 23 de enero de 2014, Leopoldo López junto a María Corina Machado y otros miembros de la oposición, como el diputado por Proyecto Venezuela Carlos Berrizbeitia, pronunció un discurso con motivo del día en que cayó la dictadura en nuestro país en el año 1958.

Publicidad

Siendo diáfano y enfático, el dirigente de Voluntad Popular comenzó diciéndole a los venezolanos «que saben que Venezuela necesita un cambio, que tenemos que transitar hacia un cambio de sistema no sólo un cambio de gobierno, un cambio de modelo, hoy es 23 de enero, todos los 23 de enero celebramos algo que hoy queremos recordar la esencia de la rebelión de un pueblo, la esencia de que los pueblos se pueden levantar ante la opresión, la esencia de que los pueblos tienen el derecho ante un gobierno que busca la imposición, el autoritarismo, la antidemocracia, la corrupción y la ineficiencia como forma de gobierno”. Así inició la llamada “Salida”.

Arrancó en el país una serie de movilizaciones que duraron aproximadamente seis meses, siendo los estados Táchira, Mérida, Maracaibo, Carabobo, Lara y Distrito Capital, donde se produjo la mayor cantidad de muertos, detenidos y heridos. Esta pareciera ser la génesis de la cárcel de Leopoldo López.

El 10 de febrero de 2014, Leopoldo López hizo un nuevo llamado a marchar hasta la Fiscalía General de la República, para solicitar a la titular de ese despacho, liberaran a los jóvenes detenidos por protestar: “Este 12 de febrero a salir a protestar, a salir a las calles, de manera no violenta pero, sí irreverente, firme con convicción, sin cantos ni pitos pero, si con un corazón grande por amor a Venezuela”, señaló López.

48 horas después al llegar a la Fiscalía, en la avenida Universidad frente a la plaza Parque Carabobo, el cometido de hablar y entregar un comunicado a la Fiscal General no fue posible, al menos en persona; Luego la Fiscal General, Luisa Ortega Díaz, diría que por motivos de seguridad no salió de su despacho.

Megáfono en mano, López pidió a sus seguidores que se retiraran de forma pacífica. Minutos después, pasadas las 2 de la tarde, la confusión reinó en los alrededores del Ministerio Público. Algunos encapuchados, comenzaron a lanzar piedras contra la fachada de la Fiscalía, rompieron los bancos de la plaza para convertirlos en objetos contundentes (peñones de piedra) para aventarlos. Se escucharon los primeros fogonazos percutidos por las escopetas de la Policía Nacional. Hubo gases lacrimógenos, perdigones, carreras y gritos.

En el otro extremo de la plaza Parque Carabobo, se avizoró humo negro, un incendio. Varias patrullas de la policía científica (CICPC), fueron quemadas con algún combustible. En juicio fue revelado que fue utilizado benzol para tal acto delictivo. Un pote de este inflamable fue colectado en el sitio de suceso. Este no tenía huellas, ni rastros del autor.

La policía política apareció en la esquina Tracabordo, en La Candelaria, a dos cuadras del recinto fiscal. Los nombres de los dos primeros muertos salieron a la luz pasadas las 3 de la tarde de ese 12 de febrero: Juancho Montoya, miembro de un colectivo afín al gobierno y Bassil Dacosta, un joven trabajador y quien iniciaría estudios universitarios.

Ese mismo día Diosdado Cabello pedía que a los responsables les cayera todo el peso de la ley. Más adelante ese 12 de febrero, cerca de las 6 de la tarde, el Alcalde de Caracas Jorge Rodríguez junto a la Fiscal Ortega Díaz, hablan por los medios de comunicación, “Denuncio públicamente al señor Leopoldo López, que es el responsable directo de la siembra de violencia que han intentado hacer en el país”, afirmó Rodríguez.

Al día siguiente 13 de febrero, se confirman los rumores que circulaban desde la noche anterior: orden de aprehensión N 007-14 contra el ciudadano Leopoldo López Mendoza, por presuntamente ser responsable de los delitos asociación para delinquir, instigación a delinquir, intimidación pública, incendio a edificio público, daños a la propiedad, lesiones graves y homicidio intencional.

El 14 de febrero, Ramón Guillermo Aveledo, aún fungiendo como Secretario Ejecutivo de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD), en rueda de prensa llevada a cabo en la sede Copei, le dice al país que Leopoldo López no se ha ido, que continuaba en Venezuela.

Un día después, el presidente de la República Nicolás Maduro, habla de la orden de aprehensión contra el dirigente y afirma que los cuerpos de seguridad lo estaban buscando. “Entrégate cobarde, el pueblo quiere justicia cobarde”, fustigó el mandatario nacional.

El 17 de febrero, el Ministro del Interior Miguel Rodríguez Torres, manifiesta que López tiene todos sus derechos garantizados. Horas más tarde, aparece en un video grabado en un sitio desconocido, el Coordinador Nacional de Voluntad Popular haciendo un llamado a sus partidarios y a la ciudadanía en general a que lo acompañaran a entregarse. “Caminemos juntos desde plaza Venezuela, donde el pasado 12 de febrero despertó una llama de esperanza para el cambio a favor de todos los venezolanos, y que desde allí vayamos hasta el Ministerio de Interior y Justicia”, expresó el para entonces político clandestino.

17 horas después aproximadamente, 18 de febrero, López, su esposa y otras personalidades de la oposición ni siquiera pudieron ingresar al Municipio Libertador. Funcionarios de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB) y la Policía Nacional Bolivariana (PNB) con tanquetas blancas y tambores de bombas lacrimógenas trancaron el camino que pretendía recorrer el exalcalde de Chacao, a la altura de Chacaito. López subió al pedestal donde se encuentra la estatua de José Martí y desde allí con un megáfono se dirigió a sus seguidores. Posteriormente, besó a su esposa, bajó de la estructura y pasó la barrera de la Policía Nacional y se metió entre empujones en un rinoceronte de la GNB. Adentro lo esperaba María Mercedes Berté, directora en ese momento de Derechos Fundamentales del Ministerio Público, el general Antonio Benavides y el comandante para entonces de la Guardia Nacional Justo Noguera Pietri.

Leopoldo López fue llevado junto a su abogado Juan Carlos Gutiérrez, primero a la base aérea La Carlota y posteriormente al Palacio de Justicia de Caracas. La sorpresa para todo el país fue que Diosdado Cabello ingresaba a tribunales junto al dirigente opositor, no se sabe cumpliendo qué funciones pues, Cabello es presidente del parlamento venezolano, no de ningún órgano de justicia.

Leopoldo López fue imputado finalmente por nueve delitos y enviado al Cenapromil, Centro Nacional de Procesados Militares ubicado en el sector Ramo Verde, en los altos mirandinos. Estando en esta prisión militar se llevó a cabo su audiencia de presentación, allí mismo, violando su derecho a ser presentado ante su juez natural, es decir, en la ciudad de Caracas, donde tiene su residencia. Finalmente, ese 4 de julio la juez Adriana López Orellana le imputó cuatro delitos: asociación para delinquir, instigación para delinquir, incendio y daños.

El 4 de junio, se llevó a cabo la audiencia preliminar, donde se determinó que Leopoldo López y otros cuatro jóvenes: Marco Coello, Cristian Holdack, Damián Martín y Ángel González irían a juicio. Fue ratificado su arresto preventivo y 142 órganos de prueba en contra.

El juicio en el tribunal 28 a cargo de la Juez Susana Barreiro, dio comienzo el 23 de julio. Inmediatamente los abogados del dirigente, entre ellos Juan Carlos Gutiérrez, hicieron una apelación, pues en la instancia de control les habían permitido una sola prueba para demostrar la inocencia de Leopoldo López. Inclusive acudieron al Tribunal Supremo de Justicia, pero nadie se pronunció. Quienes sí lo hicieron fueron el comité contra la tortura y resguardo de los derechos humanos de Naciones Unidas, Human Right Watch, Amnistía Internacional entre otros organismos del hemisferio.

Empezaron a transcurrir las audiencias todos los lunes y miércoles, y la fiscalía hacía desfilar por el estrado a expertos y peritos del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (CICPC), a expertos y peritos de la unidad Criminalística del Ministerio Público. Preguntas de los fiscales y repreguntas de la defensa. Al segundo mes de audiencias, Leopoldo López decidió no asistir más a tribunales hasta que la corte de apelaciones se pronunciara. Luego de varios diferimientos, la titular del despacho 28 de juicio lo declaró en estado contumaz o de rebeldía, apegándose a una sentencia del TSJ y continuó con el juicio.

Llegó un momento clave del juicio. Los fiscales de la causa, presentarían a sus testigos fuertes, de peso. Se trataba de la profesora de la Universidad de Los Andes (ULA) doctora en lingüística Rosa Amelia Azuaje y Mariano Alí.

Azuaje calificó a Leopoldo López como un orador colérico en su informe pericial, frente a la juez del tribunal 28 de juicio de Caracas Susana Barreiro, se contradijo y aseguró que el líder de Voluntad Popular no influyó en el estado de ánimo de sus seguidores para que cometieran los actos posteriores a la marcha del 12 de febrero. A juicio de la defensa del político opositor, ninguno de los dos testigos, lograron concluir que López con su discurso llamara a la violencia.

En todos este tiempo de audiencias y suspensiones, la esposa de López, Lilian Tintori, se dedicó a viajar por diferentes países de América y Europa, para hablar de las violaciones que según su opinión, venían ocurriendo en el proceso penal de su esposo y en general de los derechos humanos en el país. Expresidentes de otras naciones, Colombia, Chile, España y otras personalidades internacionales trataron de visitar al líder venezolano en su celda de Ramo Verde, pero no fue posible. El Estado lo impidió.

A mediados de 2015, con una Venezuela convulsionada, entre desabastecimiento y alta inflación, continuó el proceso judicial en contra de Leopoldo López. Cuando aún no se conocía la fecha de las elecciones parlamentarias, el dirigente inició una huelga de hambre, junto a Daniel Ceballos, también preso por las manifestaciones ocurridas en Táchira durante el mes de febrero de 2014. Ceballos, tachirense y ex alcalde del municipio de San Cristobal, fue trasladado a la Penitenciaria General de Venezuela (PGV) en San Juan de los Morros, Guárico, mientras que López permanecía en la cárcel militar del estado Miranda. Con su huelga exigían que el Consejo Nacional Electoral (CNE) fijara fecha para las elecciones de diputados a la Asamblea Nacional y que liberaran a jóvenes considerados presos políticos.

Un mes después, el CNE convocó a elecciones legislativas para el 6 de diciembre. Ceballos fue trasladado al Helicoide y luego se le otorgó la medida de arresto domiciliario. Entonces, López y el exalcalde de San Cristóbal levantaron la huelga de hambre.

Este lunes, la Fiscalía dio sus alegatos. Insistió en los argumentos de los lingüistas, quienes determinan que lo ocurrido el 12 de febrero de 2014 en los alrededores del Ministerio Público fue producto de un llamado a la violencia que hizo el dirigente de oposición.

La defensa de López aseguró que no existió concordancia entre las pruebas que se presentaron en la sala de audiencia, lo que sucedió y los delitos que le imputaron a su defendido. Sobre los expertos lingüistas que analizaron los discursos de Leopoldo López, el abogado Juan Carlos Gutiérrez manifestó que cuando tuvo la oportunidad de preguntarles en juicio, estos dijeron expresamente que “Leopoldo López no había emitido ningún mensaje de violencia, que no había hecho un llamado a quemar la Fiscalía, ni había hecho un llamado a dañar las patrullas del CICPC. La experta fue muy categórica en decir que ella presentó todos sus argumentos utilizando verbos de potencialidad, eso quiere decir: pudo, es posible, a mi criterio”, dijo Gutiérrez quien agregó que, no se trató de un peritaje con carácter científico sino, de una interpretación particular.

Leopoldo-infografia

Infografía de AFP

Publicidad
Publicidad