Venezuela

Éxodo educativo: de lo privado a lo público

En Venezuela, estudiar se ha convertido en un lujo muy difícil de costear, no sólo para los sectores populares del país, sino también para la clase media, situación que llevó -en el inicio del presente año escolar- a muchos progenitores a endeudarse y a rebuscarse para poder cubrir los gastos escolares.

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POR: PIERINA SORA

Cada vez es más común conseguir a padres desesperados, con deudas, con  las tarjetas de créditos hasta los “tequeteques” y algunos vendiendo sus pertenencias personales. El éxodo en los planteles privados se sintió este año debido a los altos costos.

A propósito de las cifras de la Federación Venezolana de Maestros (Cendas-FVM), algunas mujeres que cumplen el doble rol de ser madre y padre al mismo tiempo pegaron el grito al cielo, a otras solo les tocó callar y salir a la calle para empeñar algunas de sus joyas cuando se enteraron que el costo de la Canasta Básica Escolar se movió de 216.262,7 a 561.983,95 bolívares con relación al período del año 2015, pues si a esto se le añade que para las familias se pone cuesta arriba cubrir los gastos de alimentación, vivienda, medicinas, entre otros, los egresos del proceso formativo de los niños, adolescentes y jóvenes cada vez más se ve afectado negativamente.

Un caso para cancelar los costos escolares es el de Katiuska Mora. Una mañana, en el Metro de Caracas, un hombre intentó despojarle sus zarcillos de oro. Mora, al ver esta situación y que a la fecha no había podido completar la deuda escolar de sus dos hijos decidió empeñar sus joyas. “Yo dije que desde ese momento no podía usar mis prendas y por eso las vendí. Por mis aros y mi collar me dieron 150 mil bolívares. Ahí mismo salí corriendo a comprarle las listas a mis chamos y cancelar el colegio”, relata.

Para el presente año, —de acuerdo a los números del Cendas-FVM —, una familia de cinco personas, con un hijo estudiando en preescolar, otro en primaria y otro en bachillerato, necesitan por lo menos 1.064.865,29 bolívares para poder cubrir la canasta básica familiar y la escolar. La gran pregunta de esta parte: ¿cómo se salda esto con un salario mínimo? Según los cálculos de Cendas-FVM cubrir la canasta, los padres y representantes necesitan al menos 24.9 salarios mínimos.

Parece ser que el mes de septiembre les trajo a los progenitores venezolanos varios dolores de cabeza. Ejemplo de esto es Kristi Escalona, mujer de 35 años quien es madre soltera. Es de profesión docente, y tiene  tres hijos- 15 años, 12 y 11-  todos estudiantes en el colegio privado Pablo Sexto, ubicado en Catia.

Escalona suspira al decir que aún no los ha podido inscribir porque las matrículas “están muy caras”, y comenta que siempre hace un esfuerzo mayor para que sigan allí porque a su juicio “la educación privada es mejor que la pública”. “Debo pagar por mis tres niños 60 mil bolívares de inscripción y la mensualidad son 30 mil. La directora del plantel ha sido flexible conmigo porque sabe la situación en la que me encuentro. Para rebuscarme doy tareas dirigidas en las tardes en mi casa, pero tampoco hay muchos niños. Ahorita la cosa está apretada y se entiende. A veces también vendo productos por catálogos. Siempre me rebusco con algo”, señala.

Según un estudio realizado por More Consulting y presentado ante la Asamblea Nacional (AN) en el mes de agosto por el diputado Miguel Pizarro, de un total de 767 representantes encuestados, el 17.5 % declaró creer que tendrá que cambiar a sus hijos a una institución pública por no poder seguir pagando, mientras que el 5.5% señaló que piensa que tendrá que sacarlos de la educación formal, mientras que 54,8% de los padres mantendrían a sus niños en escuelas privadas o subvencionadas, así la decisión implique “sacrificar otros gastos o sacrificios como pedir préstamos y rebuscarse para asumir el costo”.

Inevitablemente el incremento de la inflación, el nuevo aumento del salario mínimo y del bono de alimentación decretado por el presidente de la República, Nicolás Maduro obligaron a las directivas de los planteles a subir las mensualidades para cubrir los sueldos del personal docente, administrativo y obrero.

A Haydee De López, directora del preescolar Mi ABCD, comenta que estuvo a punto de cerrar este año el plantel debido al aumento del bono de alimentación. La docente que posee  más de 30 años de servicio, comenta que este lapso debió aumentar la matrícula de seis mil bolívares a 10 mil para poder pagarles a los empleados. “Yo solo a las maestras les ofrezco su sueldo mínimo y cestas tickets. Aquí están seis maestras de aula, dos auxiliares, más dos personas de administración y la coordinadora. Yo al terminar la jornada me pongo a limpiar y a recoger las aulas. Las demás profesoras a veces me ayudan. Si meto personal de limpieza es caótico porque es otro sueldo más”, manifiesta.

La directora comenta que su estadística siempre ha sido de 80 niños inscritos, pero actualmente solo tiene 70. El resto está en lista de espera porque los padres les han comentado que no poseen los recursos suficientes.

En un recorrido, por San Bernardino, realizado por el equipo de El Estímulo, se constató que cinco preescolares de la zona varían sus mensualidades entre 18 y 20 mil bolívares. Si establecemos como criterio para el cálculo del poder adquisitivo de una familia venezolana compuesta por el padre, la madre  y un hijo en educación inicial, quienes perciben un ingreso mensual de al menos un salario mínimo representaría unos 45.153,46 bolívares, esto quiere decir que aproximadamente un 40% de salario del ingreso familiar estaría destinado al pago de la educación, sin contar con los gastos necesarios para cubrir otras necesidades como alimentación, salud o vestimenta que requiera el núcleo familiar.

Colegios “desamparados” por morosidad

La Superintendencia de Precios Justos (Sundde), a través de William Contreras, informó que a partir del mes de septiembre instalaron 500 centros de atención al ciudadano, para que puedan efectuar sus denuncias sobre las diferentes irregularidades que se puedan presentar en el cobro de la matrícula en centros de educación inicial, primaria y secundaria del sector privado, correspondiente a este año escolar 2016-2017.
El organismo parece no estar al tanto al tanto de cómo la morosidad también afecta la operación de los centros educativos. En el preescolar Mi ABCD, por ejemplo, la directora afirma que hay representantes que tienen hasta tres meses de retraso. “También está la pérdida. Hay representantes que no cancelan como es. Termina el año y no pagan. Yo no suspendo al niño ni lo retiro. Yo trabajo aquí porque me gusta, no porque de esto pueda vivir”, añade De López.

Cifras que alarman

 

En una entrevista para El Estímulo, el secretario de educación  del estado  Miranda, Juan Maragall, luego de estudiar las razones de la inasistencia a las aulas de las escuelas regionales, asegura que en el inicio del año escolar -octubre- hubo 10% menos de estudiantes en las escuelas con relación al mes de junio. “Esto es una señal de alerta  muy importante porque estamos hablando de 15 mil estudiantes menos en las escuelas”.

Maragall afirma que los padres se han visto obligados a no enviar a sus hijos a los planteles por el impacto de la crisis económica. El costo de ir a las aulas, el incremento del transporte, el poder adquisitivo y los problemas de la alimentación son algunas de las causas que suman para desanimar a las familias.

Los niños venezolanos no están exentos a la búsqueda de alimentos y, lejos de quedarse en casa, algunos acompañan a sus padres a hacer las colas en los comercios, según cifras de las estadísticas por parte del estado Miranda, 36% reportó que falta a clases por esta situación.

La falta de sustentos también pasa lista en las escuelas, es por ello que la gobernación del estado Miranda realizó, en el mes de octubre, una encuesta para saber con más detalle el tema alimenticio en 400 casas de estudio y con una muestra de 3200 alumnos en todo el estado. Allí, pudieron determinar que  23% de los alumnos comen dos veces al día, mientras que 4% come solo una vez diariamente.

Los comedores también tienen crisis

El Programa de Alimentación Escolar (PAE) perteneciente a la gestión de ese estado, atiende un total de 400 escuelas y beneficia a los estudiantes todos los días, pero pese a ello reciben desde hace varios meses reportes de que la situación con la comida está afectando a las academias. Ante este panorama, en el mes de septiembre del presente año, el gobernador del estado Miranda, Henrique Capriles Radonski, decretó crisis alimentaria en su jurisdicción. En dicho momento, indicó que los niños y los profesores, en su mayoría, no comen ni dos veces al día.

En declaraciones para este trabajo, Maragall asegura que Miranda es la única gobernación del país que mantiene el programa funcionando y que han realizado un trabajo grande para dar un buen desayuno o una merienda nutritiva, para así tratar de palear las carencias en los hogares. Además, en los resultados se refleja que 21% de los encuestados respondieron que solo habían digerido en sus estómagos la comida por parte del comedor de la escuela

Hasta los momentos, es lamentable que el Ministerio de Educación no se haya pronunciado sobre esta situación que afecta a los padres, colegios, directivos y al estudiantado.

Mientras la inflación galope cada día y  el presidente aumente el sueldo, y estos  no estén acompañados de otras medidas, los padres y representantes les tocarán estar en el juego de cómo rendir la plata y puedan seguir con los egresos. Algunos, seguirán por estos meses “matando tigritos” porque no completaron la lista de útiles, además, harán el doble de esfuerzo para que sus retoños puedan rendir en los planteles ante la mala alimentación que llevan algunos. Otros, simplemente no irán a clases porque sus padres cuentan con tan solo unos billetes para cubrir el pasaje urbano. En otro caso, los padres tendrán que ir a hacer colas para comprar algo. Y habrán quienes, con más edad, quizá, desertarán de los pupitres para salir a la calle y ayudar a quienes les dieron la vida.

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