Mamá Lis, el ángel de los presos políticos
Lisbeth Añez es puntual en la visita, el día que toque ir, el día que pueda entrar. No se amilana ante armas, uniformes o calabozos, porque la guía la solidaridad y la entrega. A tres años de la sangre derramada por la juventud, su compromiso con quienes siguen entrando a las celdas se mantiene intacto y con la fuerza para convocar a otros a ayudar