Venezuela

Frenar protestas: disparar al corazón e invadir la casa del opositor

Para la Policía y Guardia Nacional lanzar bombas y perseguir manifestantes no son suficientes a la hora de detener el clamor del cambio. Van por más. Desde abril hasta hoy han perfeccionado su saña: el blanco son la cabeza y el pecho para que el opositor a Maduro no sobreviva. Accionan armas de fuego, arrojan lacrimógenas para destrozar órganos vitales, arrollan, entre otras inmisericordias. Ellos disparan a matar

Publicidad
TEXTO: NATALIA MATAMOROS | FOTOGRAFÍA DE PORTADA: EFE | FOTOGRAFÍA DE PORTADA: EFE Y AFP

Pese a que Jairo Ortiz vivía en Montañalta, una urbanización del Municipio Carrizal, considerada una zona de guerra y blanco de la represión por las manifestaciones contra el régimen de Maduro, no le llamaba la atención unirse a las convocatorias. Cuando se las topaba, las evadía. Era apático a las actividades políticas, aunque estaba consciente de la crisis del país. Se dedicaba a la poesía, a sus estudios y a tramitar su viaje a Colombia. Planeaba emigrar en mayo para huir de la inseguridad y de la crisis económica y social estancan al país. Su pasaje no lo usó. El viaje se canceló por una razón mayor: lo asesinaron en una de las protestas que tanto rehuyó.

]]>

Publicidad
Publicidad