Venezuela

Andrés Guinand: moverse, pero no sentir ni odio

Nadie notaría que Andrés Guinand sobrevivió al impacto de una bomba lacrimógena directo en la cabeza. Una cicatriz y un caminar lento dan leves indicios. A casi tres meses del malhadado suceso, Guinand habla desde la serenidad sobre una de las jornadas más violentas de estos 100 días de protestas

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PORTADA: FELIPE ROTJES | FOTOGRAFÍAS DENTRO DEL TEXTO: FELIPE ROTJES, CRISTIAN HERNÁNDEZ Y CORTESÍA

Una cicatriz en forma de ye, definida y un poco torcida, recorre la cabeza de Andrés Guinand. Su pelo, marrón oscuro y de corte bajo, la camufla con relativo éxito. Solo si se le mira desde arriba se percibe el recorrido de una herida que pudo ser fatal. Suturas de metal mantuvieron unidos los pliegues del cuero cabelludo que ahora forman la penúltima letra del abecedario. Cerraron un hueco circular de siete centímetros aproximadamente —el equivalente a una pelota de golf. También el del extremo de una bomba lacrimógena cilíndrica. El proyectil le impactó la zona parietal el 19 de abril durante una manifestación en Caracas.

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