Venezuela

El tiempo imperfecto que nos tocó vivir

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Voy a tomarme el “tupé” -como decía una gran amiga- de ser realista en este momento. En esta patria “preñada de soñadores” como leí hace poco por ahí. Voy a tomarme un respiro para no dejarme embriagar nuevamente por la esperanza tortuosa e infinita a la que me he aferrado creo que al menos diez veces en los últimos 17 años de la tragedia que le ocurrió a mi pobre país. Voy a tomarme un momento para dejarme llevar por los pájaros de mal agüero. Nuevamente escucho consignas, declaraciones y afirmaciones totalmente extemporáneas por parte de los dirigentes opositores y líderes de opinión de siempre. Cuando Julio Borges dice: “esperemos que el gobierno sea sensato y reconozca los resultados” me siento como si estuviera cayendo por el árbol hueco de “Alicia en el país de las maravillas”. Me resulta totalmente inaudito que el principal representante de la tolda opositora aún espere “algo” de un gobierno que lleva cuatro meses masacrando niños en las calles de Venezuela, frente a la mirada de las instancias internacionales, de la prensa mundial, de la ciudadanía y de Dios también. Un gobierno que incluso humilló a este sujeto, públicamente, cuando fue “ninguneado” y “sometido” por un gorila armado en el Palacio Federal Legislativo que él mismo preside. No quiero sumarme a las voces que escudriñan en análisis estériles, opiniones narcisistas y entrevistas capciosas que no ayudan en nada en este momento tan complicado de nuestra historia. Y claro, es oportuno reconocer la descomunal demostración democrática que han dado los venezolanos con los resultados de la consulta popular del 16 de julio. Pero es imperante también que estos líderes -realmente dimensionen- la naturaleza criminal y primitiva del régimen de Nicolás Maduro. Algo que los jóvenes de la Resistencia parecen entender mucho mejor al emprender el camino de la protesta indefinida y la desobediencia civil “hasta que caiga la dictadura” como ellos mismos han dicho. Me resulta inexplicable que -nuevamente- la dirigencia opositora no da lectura a lo que demanda de manera inmediata la enorme mayoría del pueblo venezolano. Otra vez existe un parsimonioso anacronismo entre las acciones-reacciones del bloque opositor y el acelerado proceso de destrucción hacia donde nos enrumba el gobierno dentro de apenas diez días. Señores, ¿es que todavía nos queda duda de la calaña sádica y genocida a la que nos enfrentamos? Ha quedado demostrado, confirmado y sepultado que el ejecutivo nacional desconoce cualquier principio de derechos humanos fundamentales y pisotea la Constitución a su antojo a través del brazo armado, la represión y el Terrorismo de Estado más rudimentario que hemos visto en el mundo desde hace mucho tiempo atrás en el siglo XX. Mi teoría es simple: el gobierno de Maduro es solo la “puesta en escena” de una descomunal operación de narcotráfico encubierto. Todo lo demás es pan y circo. Distracción. Mockup. El llamado Narco-Estado es una realidad que se queda corta frente a lo que realmente sucede en las profundidades más oscuras del poder en Venezuela, en donde incluso me atrevería a decir, que funciona una jerarquía diferente a la que “en apariencia” conocemos del aparato gubernamental. De hecho, más parecida a la morfología organizacional de los grandes carteles de la droga que a la de un gobierno legítimo. Una genuina banda delictiva que – por primera vez en la historia- tomó el control de un País completo para operar a sus anchas nacional e internacionalmente. Y hasta quién sabe, quizás en “El Palito” o “Amuay” no se procesa -crudo- sino que en realidad se trata de las más grandes refinerías de cocaína que existen en el planeta. Todo es posible en este punto. Hablamos de un episodio inédito del crimen organizado en la civilización moderna y del que no se conocen antídotos ni antecedentes de ningún tipo. En estos lamentables momentos, no hay dudas de que Venezuela se enrumba hacia una feroz dictadura que hace rato dio las primeras señales del carácter violento que la define. Ha quedado abiertamente demostrado que la cúpula “madurista” está dispuesta incluso a hundirnos aún más en la miseria, la desolación, la muerte y el retraso económico con tal de permanecer en el poder. ¿Alguien lo duda? Mientras el Papa «pide», la OEA «reflexiona», HRW «urge», la ONU «recomienda», Almagro «solicita» y los ex presidentes “subrayan”, la juventud venezolana sigue muriendo asesinada por funcionarios uniformados en las calles de Venezuela y nada indica que exista una manera de revertir -la monstruosa maquinaria de muerte- que ha instaurado el aciago gobierno: tortura, persecuciones, detenciones, ajusticiamientos, allanamientos, destrozos, robos y salvajismo militar “africanizado”. Frente a la barbarie que ya hemos visto solo hace falta dejar a un lado la inocencia cándida y evasiva para asumir que es muy probable que nuestras peores pesadillas sean realidad: Venezuela es gobernada por el G2 cubano desde La Habana, Nicolás Maduro es colombiano, están sacando a los peores asesinos de las cárceles para matar a civiles, la PNB y la GN está sembrada con agentes bolivianos, cubanos y sirios, no hay ninguna grieta ni inconformismo en la FANB en estos momentos, el Hezbolá y las FARC siguen operando en Venezuela y por ahí nos vamos. Pare usted de contar. Una auténtica confabulación del mal en contra de ciudadanos incautos. El lado más oscuro y siniestro de la fuerza de este planeta. El que me conoce sabe que llevo veinte años escribiendo en diferentes medios de comunicación nacionales y que no pertenezco a ningún laboratorio mediático del gobierno que busca “desmovilizar” a nadie. Y creo que esto lo escribo -la política no es mi fuente- para tratar de explicármelo incluso a mí mismo. Poner las ideas claras para no dejarme llevar por tanto arrebato patriotero. Tampoco trabajo en la oficina de prensa de Manuel Rosales. Por si acaso. Soy un pájaro de mal agüero entre tanta “paloma mensajera de la paz” que anda alimentando espejismos y desorientando aún más a la opinión pública frente al sombrío futuro que desgraciadamente, creo que se avecina para mi querido país. Señores. No hay discursillo “constitucionalista” que aguante el “malandreo” virulento de esta neo-dictadura y la única forma en que van a salir del poder es por la fuerza. Solo por la fuerza y “con las patas por delante”, como decía mi abuela. Todo lo demás es arar en el mar y perder este tiempo valioso que se agota a cada minuto. Este tiempo imperfecto que nos ha tocado vivir.]]>

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