Venezuela

Petkoff: Conceptualización del chavismo

El reciente fallecimiento de Teodoro Petkoff origino la revisión de sus escritos, libros, entrevistas y foros para analizar su pensamiento. Dos facetas coincide en señalarse: Político: en la subversión, oposición, gobierno y retiro.

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TEXTO: LUIS E. FIDHEL | FOTOGRAFÍA: ARCHIVO EL ESTÍMULO

Intelectual: en las últimas dos décadas de su vida en el periodismo como director del diario Tal Cual. Las observaciones y elucubraciones generaban polémica y debate independientemente se compartan considerándose un diagnostico sensato, inteligente, original incluso crudo de la política venezolana.
La polémica inicial generada en defensa del cincuentenario acontecimiento de la Primavera de Praga -1968- cuyos postulados compartía y coincidía en la necesidad de crear un “nuevo modelo económico socialista” y “apertura democrática socialista” en el campo ideológico comunista para ese momento militante activo; origino la disidencia contra la “codificación stalinista” parámetro de los partidos comunistas pro-soviéticos negando la posibilidad que la “democracia” sea la “piedra angular” del socialismo. Acotando para Petkoff y los líderes de Praga la democracia no era la liberal o parlamentaria del ámbito capitalista.
Arturo Uslar Pietri en la reedición del libro Checoslovaquia: El Socialismo como Problema, veinte años después -1990- califico por actitud “valiente y temprano despertar del sueño comunista” y “atrevido gesto de protesta” para la época.
Bajo este antecedente en pleno siglo XXI, esbozaría y profundizaría la teoría de las “Dos Izquierdas” desarrolladas por Joaquín Villalobos, Jorge Castañeda y Álvaro Vargas Llosa ante la emergencia y toma del poder por vías democráticas de partidos no tradicionales en América Latina. Consideraba al término “izquierda” de genérico, deliberadamente simplificador y esquemático en virtud que tenían matices y diferencias entre ellos bastante marcadas incluso podría “encubrir mucho más de lo que revela” y aplicado indiscriminadamente pudiera conducir a “gruesos errores de apreciación”.
Podrían considerarse estos nuevos gobiernos superficialmente como una misma “familia” porque alguna vez fueron pro soviético y/o pro fidelistas, no ajenos al mito guevarista y compartieron el marxismo-leninismo. Observa la desaparición de la URSS pareciera crear las condiciones para restablecer la autonomía ideológica y política de la izquierda porque fue “el tronco” que articulaba hasta a sus adversarios dejándola huérfana.
Discriminaba “Dos Izquierdas”: De un “reformismo de avanzada” producto de la reflexión sobre su propia e intensa práctica política y sobre el “socialismo real” había llevado a dejar atrás los “infantilismos de izquierda” e internalizar valores democráticos como componentes sine qua non de los proyectos de cambio social; en el campo económico internalizando la experiencia del modelo soviético observando que puede “tomarse terribles venganzas sociales” cuando se maneja con “desaprensión e irresponsabilidad”. Los calificaba por “gobiernos de avanzada social en el continente”.
La “izquierda borbónica” metafóricamente la señala “que no olvida ni aprende” reivindica “los restos fosilizados del viejo comunismo” y la “paleorevolución fidelista” y discurso anti-imperialista, anti-capitalista y anti-neoliberal e intervencionismo del Estado en la economía. En este sector ubica a la revolución cubana, el chavismo, el Movimiento al Socialismo de Evo Morales en Bolivia”, el sandinismo en Nicaragua y el Frente Farabundo Martí de Liberación Nacional en El Salvador. La relación de Fidel Castro con Chávez no la observó “con un sustrato de ideas” sino de un proveedor de petróleo que necesitaba.
Contrapone en estas categorías la “izquierda democrática moderna” e “izquierda más atrasada”. Abiertamente no reivindica la democracia liberal y el libre mercado.
El primer acercamiento conceptual de Petkoff al chavismo lo realiza cuando el Movimiento al Socialismo (MAS) decide apoyar al teniente coronel Hugo Chávez en su primera candidatura presidencial en 1998, produce su retiro y renuncia para no volver jamás al partido que fundó a raíz de los acontecimientos de Praga. Lo consideraba “amigo” desde hace tiempo; afirmaba su “temperamento autoritario”, desconocimiento del país, elementalismo de sus concepciones políticas fundamentales; diagnosticando una mezcolanza de “autoritarismo militar con el izquierdismo más primitivo” no pudiera sino producir un “desastre”.
La categoría “proceso” que invocaba Chávez “no significa nada” porque el movimiento conformado alrededor de él difícilmente podría calificarse proyecto – el Movimiento V República, la izquierda paleolítica y otros de AD y Copei – sin un programa, sin formación, sin conocimiento del País y problemas; destacando estaba claro su “carácter autoritario”. Es “utopista” aplica sus ideas que van fracasando permitiéndose experimentos “sin ser sanguinario ni meter preso a nadie” porque tiene dinero proveniente de las exportaciones petroleras pudiendo alimentar todas sus fantasías.
El caso de la “izquierda” venezolana – aunque consideraba inicialmente un término no apropiado para calificar al chavismo – era atípico porque no había accedido al poder como las otras del continente consecuencia o fruto de las luchas de los movimientos de izquierda de décadas con toda la mezcolanza de marxismo, leninismo, trotkismo, peronismo y fidelismo.
Reconocía si bien la izquierda democrática en América Latina – inclusive la no democrática – es civilista y no le debía nada a los militares; por el contrario el “eje articulador del poder” en Venezuela son las fuerzas armadas, no un partido político. Chávez a pesar de haber emprendido “distintos experimentos organizativos de su partido” lo limitó a una máquina para procesos electorales.
Reivindica que Chávez llega al poder – y la izquierda – por medio de una conspiración militar fracasada y un “anchísimo vacío institucional partidista” que existía en Venezuela pero no a la cabeza de las fuerzas de izquierda por el contrario gana la elección presidencial acompañado de los sectores “dominantes” del País cabalgando en “la ola mediática” que le proporcionaron los más importantes medios de televisión. En Miraflores reunió a los sectores empresariales y les dijo que “no les debía nada” aunque en realidad les debía todo – apoyo mediático, financiero, logístico -. Esto podía ocurrir en las circunstancias históricas de un País.

Ambigüedades y confusiones

En razón del proceso refrendario revocatorio del 2004, un sector representativo de la oposición sostenía que el gobierno había ganado a través del fraude; al contrario y contracorriente Petkoff manifestó que no resultaba imposible que las haya ganado prestando argumentos lógicos y racionales al respecto.
Sostendría que una política opositora requeriría una definición correcta de la “naturaleza del régimen” manteniendo un “diagnostico equivocado” sobre el “carácter del chavismo” definiéndolo por una “dictadura totalitaria” la política que derivo de ello fue golpista e inmediatista y condujo “costosas derrotas”.
La fuerte “propensión autoritaria del chavismo” acentuada por el “temperamento autocrático” de su líder no significa se pueda definir lo que existe como una dictadura y mucho menos como un régimen totalitario. El margen de democracia y legalidad no habían desaparecido y los “rasgos formales” de la vida democrática por lesionados que estuviesen han sobrevivido pero encontrándose permanentemente en el peligro que el chavismo los reduzca cada vez mas; sin embargo daba un significativo margen para la acción política.
La oposición calificaba el procedimiento electoral automatizado por fraudulento no participaría en las elecciones regionales de octubre del 2004 y parlamentarias del 2005; Petkoff mantuvo lo contrario, lo llevaría a estimular la candidatura única opositora para las elecciones presidenciales del 2006, inclusive se postula por pre-candidato frente gobernador del Estado Zulia Manuel Rosales. Manifestaba el Gobierno luce muy fuerte más por la debilidad de quienes lo adversan que por su propia fortaleza; tiene muchas fragilidades en lo económico y político.
En el año 2010, en razón al pedimento de Hugo Chávez de una Ley Habilitante cuya vigencia seria de más de un año a la saliente Asamblea Nacional de mayoría oficialista cuya estrategia respondía de bloquear la función legislativa de los nuevos diputados elegidos en las elecciones parlamentarias del 2010, contando con una significativa representación opositora; señalaría que Venezuela ha comenzado a transitar el camino hacia un régimen que podría ser calificado como de “dictadura”, a lo largo de 12 años de gobierno de Chávez advierte que se había “cuidado mucho de calificarlo así” porque no se podría utilizar el concepto de “dictadura” para definir la naturaleza del régimen. En virtud de la iniciativa habilitante se está transitando hacia la creación de un régimen que reduciría los espacios democráticos del País en “áreas muy pequeñas”.
Sostuvo se puede observar una suerte de “golpe continuado desde el Estado” acotando que en América Latina se va a tener que estudiar ese asunto porque la Clausula Democrática de la OEA y Unasur no prevé nada con relación al particular. Se preguntaba qué pasa cuando un gobierno democráticamente elegido se aprovecha de su poder de origen democrático para desmantelar el Estado que recibió y gano democráticamente.
En el año 2015, Petkoff gana el premio Ortega y Gasset por su trayectoria periodística pero impedido de recibirlo en Madrid – lo haría en su nombre el ex presidente español Felipe González – por las demandas judiciales impulsadas por el dirigente oficialista Diosdado Cabello contra Tal Cual calificado por “el diario más crítico de Chávez” prohibiéndosele la salida de Venezuela. Una situación en contra del ejercicio del periodismo había sufrido en diciembre de 1999, en vista de las “tremendas presiones” sobre la familia Capriles- López que tenían que ver con su condición de director del vespertino El Mundo acordándose la separación del cargo.
En aquella ocasión sostuvo el gobierno de Nicolás Maduro es autoritario, pero no dictatorial; que las libertades democráticas se respeten a medias en Venezuela no significa estemos en dictadura. En la dictadura de Pérez Jiménez que se vivió por 10 años fue militar y criminal “hubo miles de presos y unas cuantas decenas de muertos”. “Esta vez las instituciones democráticas han resistido al gobierno y el desenlace de esta situación será democrático”. Si la oposición logra una mayoría en la Asamblea Nacional, tendrá un espacio muy amplio que pueda dar con una transición. Nicolás Maduro puede terminar su periodo en el 2019 y el chavismo ser derrotado.
Concluye: Chávez, por mucho que tuviera una visión militarista de la política, tenía un “sentido democrático” de su relación con el País; se movía bien en ese País que dirigía; no rehuía el debate. Nicolás Maduro tiene otra personalidad: tiene entrenamiento político sin talante ni talento. Si Chávez se sentía la necesidad de hacer una política impopular, la hacía. Maduro no tiene el espíritu.]]>

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