La acción solo aplica, según vecinos de la zona, para pacientes crónicos y estudiantes que hacen vida escolar en Colombia.
El pasado 23 de febrero, Nicolás Maduro decidió cortar relaciones diplomáticas con el vecino país en medio del caos generado por la represión contra el intento de paso de la ayuda humanitaria organizada por la Asamblea Nacional y la comunidad internacional para atender la crisis venezolana.
La planificación tenía prevista el ingreso de asistencia por las fronteras con Brasil y Colombia, pero los cuerpos de seguridad de Maduro rechazaron la dinámica, acción que dejó al menos siete muertos por los focos violentos de la jornada.
Desde entonces, el cierre de los límites entre los países hermanos interrumpió la dinámica educativa de miles de niños habitantes de Táchira, así como el día a día de quienes cruzan de un lugar a otro para adquirir alimentos y medicinas además de trabajar.