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¿Qué Vinotinto se verá en Barranquilla?

En esta columna, Carlos Domingues hace un ejercicio de deducción sobre cómo podría pararse Venezuela ante Colombia, en el inicio de las eliminatorias. La labor es ardua, pues José Peseiro no ha tenido ni un amistoso para probar sus ideas

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Ocho meses de confinamiento, de enfrentar la realidad de un mundo contagiado por un virus para, de golpe, comenzar un nuevo camino mundialista. Este inicio es muy diferente para cada selección, aunque para Venezuela el reto es mayor. Nos comenzamos a jugar el sueño de siempre, el de la primera vez, con la rampa muy inclinada.

A pesar de ello, como todo comienzo, la ilusión arranca por las nubes. Peseiro ha dejado de ser el «portugués desconocido» para encabezar una cruzada que ahora cuenta con el respeto de todos: jugadores, periodismo y afición. Los últimos días, en los que la aventura y el compromiso de los involucrados por llegar y aportar, han servido para que la comunión con la selección nacional se estreche.

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Sin embargo, el análisis deportivo previo sigue siendo limitado y solo los supuestos pueden ser ofrecidos a partir de lo que haya podido dejar ver en su palabra Peseiro. Cualquier otra conjetura será una gran irresponsabilidad: el nuevo técnico apenas ha tenido dos trabajos de campo con sus dirigidos (y ni siquiera con el grupo entero). Hablar de la idea futbolística sobre lo que haga Venezuela en Barranquilla solo puede hacerse desde lo que ha dicho el portugués en estos ocho meses de lives, Zoom y entrevistas remotas, amén del “interrogatorio” con tintes de ruedas de prensa que ofreció junto con Tomás Rincón en un sillón del hotel de concentración el pasado martes.

Hay algo muy claro: Peseiro desde el primer día ha pregonado que Venezuela estaba jugando buen fútbol al momento de asumir el cargo, por lo que no es momento de hacer muchos cambios. Yo coincido. Los últimos días de Rafael Dudamel al frente del combinado patrio fueron los mejores. Venezuela había encontrado los nombres y la propuesta futbolística, que tardó en aparecer con cuatro años del ex arquero al mando. «Lo que bien está, hay que dejarlo como está», parece ser la máxima del ex técnico de Porto, Sporting, Braga, entre otros.

Entonces, sin trabajo previo, la propuesta poco cambiará, incluso en el nombre de los protagonistas, salvo casos forzados. La convocatoria ha reflejado que no hay mucho que cambiar y solo la incorporación de ciertos nombres que han tenido actualidad destacada en este accidentado 2020, se han colado entre los habituales.

En Barranquilla, Peseiro tendrá la oportunidad de estrenarse con tres bajas de futbolistas que venían siendo protagonistas en el proceso anterior. Salomón Rondón como centro atacante, Junior Moreno como volante central cuando había que enfrentar escenarios donde el rival tuviera mayor posesión y Yordan Osorio como uno de los centrales más utilizados.

Entendiendo que Colombia saldrá con la pelota a llamar a Venezuela, la prudencia y los antecedentes recientes nos invitan a ver a tres volantes de marca en el equipo de Peseiro en el Metropolitano, aunque la ausencia de Moreno dificulta conseguir el nombre del medio centro. Por minutos jugados, Arquímedes Figuera, que llegará finalmente, pudiera ser el elegido para acompañar a Rincón y Herrera. «Brujo» Martínez ha hecho todo para estar y debutar, pero más allá de su buen momento en la MLS habrá que ver cuán arriesgado puede ser el nuevo seleccionador en ponerlo desde el vamos.

Con tres volantes, partirían tres arriba, con dos extremos y un delantero.  No sería descabellado aspirar a la agilidad de un tridente Jefferson Savarino – Yeferson Soteldo – Darwin Machís, volviendo a darle al de Tucupita la responsabilidad de ejercer de falso nueve. Es probable, sin embargo, que Sergio Córdova pudiera asumir ese rol para fijar centrales y quedar por detrás Machís y Soteldo, más allá que el del Arminia Bielefield es más extremo que ariete (puede cumplir función de centro atacante también, con la misma alternancia que el primer tridente descrito).

En la defensa y no por continuidad sino por su desempeño vestido de Vinotinto, la única duda estaría en saber quién acompañaría a Mikel Villanueva en el centro de la zaga. Ángel y Chancellor se alternaron en los últimos compromisos y la actualidad es similar en sus clubes. Wuilker Fariñez, lo dejó claro Peseiro en rueda de prensa, ha sido el arquero titular de la selección en los últimos dos años y no variaría, más allá que Joel Graterol pueda tener más actualidad que el meta del Lens. Roberto Rosales será el lateral izquierdo (no es su puesto natural pero no hay quien lo haga mejor que él ahí) y Ronald Hernández sería el lateral derecho, aunque el nuevo llamado a Alexander González pondrá más difícil la decisión del portugués.

Así venía jugando Venezuela con Dudamel y así se presentó en Japón, el último amistoso dirigido por el exportero. Tres medios volantes, cuando enfrentaba a rivales que tendrían la iniciativa. Entonces se espera que la idea se sostenga en el debut ante Colombia. Dependiendo de lo que suceda en Barranquilla, se sabrá qué podría verse en Mérida contra Paraguay. La lógica indica, no obstante, que en casa se jugará con dos medios volantes y tres ofensivos detrás de un punta, entendiendo que en el papel es un partido para ir por los tres puntos.

Son solo conjeturas. La ilusión sigue creciendo independientemente de las circunstancias y las ausencias. Hay ganas y compromiso. Comienza otra vez el camino por el sueño de todos.

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