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Vinotinto: Conclusiones de un 2018 recortado

298 días sin reunirse tenían que pasar factura y así fue. En seis partidos de preparación, apenas Venezuela pudo encontrar cierto equilibrio en su juego en los choques ante Japón e Irán, en los que se mostró algo más de juego asociado, de ideas. El largo parón desde noviembre de 2017 hizo mella en una selección que prácticamente comenzó de cero en el esfuerzo para recuperar el equilibrio que tan duramente le costó alcanzar en esos últimos cuatro partidos de la eliminatoria a Rusia. No vimos 90 minutos continuos de solvencia. Estas son las conclusiones de un 2018 Vinotinto que se concentró en solo seis meses.

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FOTOGRAFÍA: CORTESÍA

1. El seleccionador no insistió con un solo planteamiento de juego ni la construcción de once definido en estos seis choques. Prefirió ver distintos esquemas y probar jugadores, darle roce internacional a nuevas caras, aunque la respuesta de los mismos no fue la esperada. El desempeño de los de poco rodaje, salvo contadísimas excepciones, no ha estado a la altura y preocupa que la actitud de estos sea tan flemática ante el mal funcionamiento grupal. De esta conclusión se extrae que la internacionalización del futbolista venezolano no siempre significa el aumento del nivel de juego al servicio de la selección. Los llamados “caballos”, los de la vieja guardia, son los que siempre terminan dando la cara. Si hay once futbolistas de nivel para armar la formación es mucho. Fariñez (a pesar de su edad es un peso pesado), Rosales (su vuelta fue la mejor noticia demostrando que se perdió mucho sin tenerlo), Rincón, Yangel Herrera, Josef Martínez, Otero y Rondón. Son muy pocos los que siempre terminan salvando (si se puede calificar así) los muebles.
2. El eterno caso del lateral izquierdo: Luis Mago fue ganando enteros como lateral izquierdo titular de la selección. Luego que Rubert Quijada terminó la eliminatoria a Rusia como titular en esa posición con desempeños correctos, llamó la atención que en este nuevo proceso Dudamel no cuente con el capitán del Caracas. Inició con Rolf Feltscher, un jugador cuya posición natural no es la de marcador de punta izquierdo y terminó con el joven del Carabobo, quien cumplió en su trabajo. Fue positivo entonces que Mago viera suficientes minutos en este periplo si se quiere que él asuma el puesto para lo que viene.
3. ¿Incompatibilidad en ataque? Salomón Rondón y Josef Martínez parecen no ser compatibles en este proceso. Contra Colombia arrancaron juntos desde el vamos y el desempeño no fue el óptimo. Ambos serán utilizados como punta de lanza en esquemas donde habrá un solo hombre de área, los cuales parecen ser los del agrado de Dudamel (4-2-3-1 y 4-1-4-1). Una apuesta bastante controversial, entendiendo que los dos atacantes son lo mejor que pueda tener Venezuela entre sus activos.
4. El necesario enganche y los creativos: Independientemente de la idea táctica, el fútbol de Venezuela parece pedir siempre un futbolista creativo: un Otero, un Savarino, un Soteldo, alguien que la recoja por el medio y distribuya. Dudamel probó hasta tres esquemas distintos en planteos iniciales durante los seis partidos y en ese ejercicio parece que en el de tres volantes ofensivos el volumen de fútbol ofensivo es mayor con un futbolista que sirva de enganche y tenga libertad de movimientos. Si bien con el 4-1-4-1 se ganó algo de mayor presencia en el área rival, los riesgos son extremos. Savarino, Otero, Machís, Cariaco, Soteldo, Bello…Los pequeños “jugones” siguen aumentando en cantidad y calidad como alternativas, lo que refuerza la convicción de que juntando a tres de ellos por detrás de un punta se mantiene el equilibrio y se es más punzante.
5. Poder desaprovechado: Venezuela tiene individualidades que la hacen fuerte en pelota parada, pero en ningún momento se apreció que esa pueda ser un arma que ofrezca la Vinotinto como su carta de presentación. Parece que se desaprovecha la pegada de futbolistas como Rómulo Otero (una incógnita su continuidad), Soteldo (ni se pudo ver) o Junior Moreno. Tampoco se ha mostrado fuerte por vía aérea con buenos cabeceadores como Wilker Ángel o Jhon Chancellor, porque los mejores en esa faceta (Villanueva y Quijada) poco cuentan para Dudamel.
6. Lo mejor: El primer tiempo contra Japón fue lo que mejor se vio de Venezuela. En faceta ofensiva, tuvo más espacios y fue más vertiginosa. La propuesta de un único punta puso a batallar al gigante Salomón Rondón contra una baja defensa nipona, que fue capaz de controlar el envío de pelotas al área al atacante del Newcastle. Llegar al área rival y rematar al arco era asignatura pendiente y en Oita se vio de nuevo una Vinotinto con mucho mordiente en el contragolpe, con llegada de muchos volantes y el paso continuo de los laterales al ataque. Tirados por el liderazgo de Rincón, Venezuela se vio distinta en los dos últimos partidos, donde recuperó el hambre, la competitividad y el protagonismo exhibido en esos últimos cuatro partidos del premundial anterior.
7. Otro guardián: Rafa Romo con tres partidos como titular, se consolidó como el sustituto de garantías de Fariñez en la puerta. Lejos del proceso Vinotinto, la recuperación del gigante de Turén ha sido una muy buena nueva ante alguna emergencia (que se espera que no exista) en el arco nacional.
Habrá más tiempo de seguir experimentando durante el primer semestre de 2019 pero llegan ya las competiciones y la disputa de puntos, donde ya no habrá espacio para los ensayos. Las mejores conclusiones (y más acertadas) será las que saque Dudamel.]]>

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