Venezuela

Vinotinto: los vientos por fin soplan a favor

Llega en el momento más necesario ante la escasez de volantes ofensivos y, en caso de una posible clasificación a cuartos de final, será vital contar con los que estaban apartados por la covid-19. Legó el momento de competir de verdad ante Perú y todo lo que sume será vital

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Acostumbro pasar la mañana de trabajo en casa con el programa Sportia de TyC Sports sintonizado en la TV. Si bien las cuentas que sacan ahí sobre la clasificación de Argentina a los cuartos de final emparejan a la albiceleste con Venezuela (y celebran esa posibilidad), me saca una sonrisa que cada vez que se refieran a la Vinotinto, lo hagan con admiración. Elogian todo lo que ha logrado el equipo en medio de tantas circunstancias adversas para llegar con opciones hasta el último partido de la fase de grupos.

Ese sentimiento, que creo no es de lástima, acá lo trasladamos a aspiración. El panorama ha cambiado, las adversidades han comenzado a superarse y el viento a favor comienza a soplar en el rostro de la selección. La primera es la incorporación a los entrenamientos de siete futbolistas tras superar la covid-19 de manera satisfactoria. Luego de purgar un encierro de 10 días, ese grupo que resultó positivo en el contagio comenzó a trabajar una semana previa antes del choque. Si bien solo José Peseiro podrá comprobar el estado físico de ese grupo, el solo hecho de saber que puede contar con futbolistas de alto nivel, es para celebrar.

Otra noticia invita al optimismo: Conmebol ha asegurado que no testeará a esos futbolistas recuperados del virus, entendiendo que al cumplir el plazo de tiempo en reposo y de aislamiento, sin manifestar ningún síntoma, basta el alta médica para poder estar habilitados para jugar ante Perú. Eso es algo extraordinario porque no habrá ninguna sorpresa que pueda frustrar a última hora la posibilidad de contar con ellos para el decisivo duelo del domingo.

La serie de despropósitos pudo haber terminado en la lesión de Yangel Herrera. Parecía que Venezuela hubiera recibido una maldición vudú, pero de a poco, lo negativo ha comenzado a dejar paso a lo positivo. Yeferson Soteldo ha tenido el alta médica y le han autorizado incorporarse a los entrenamientos. Una estimación que había hecho Peseiro cuando hizo la convocatoria a Copa América que estoy seguro no va a desaprovechar. Llega en el momento más necesario ante la escasez de volantes ofensivos y, en caso de una posible clasificación a cuartos de final, será vital contar con él desde el vamos.

Sin embargo, el aspecto que más invita al optimismo es el buen ambiente que se vive en la concentración de la selección. El papel épico hecho por quienes tuvieron que paliar en la emergencia ha sido un plus para disparar la motivación de todos. La vara ha quedado muy alta y el ánimo de todos está por las nubes: de los que han jugado y saben que su papel ha sido relevante y el de los que ya están habilitados para jugar, que saben que tienen que “currarse” el puesto ante lo hecho por sus compañeros en los tres partidos de la Copa.

Por eso, la posición de menospreciar el valor de lo que pueden aportar los recuperados, no es más que un despropósito. Esa idea que algunos ventilan de que se debe seguir adelante con los que hasta ahora han defendido la camiseta en estos tres choques, está fuera de lugar: llegó el momento de competir de verdad ante Perú y todo lo que sume será vital. Contar con hombres del talante de Josef Martínez, Rómulo Otero, Yeferson Soteldo y Jefferson Savarino es un plus extraordinario para poder zafarse de la exclusiva defensa a ultranza e ir a buscar al rival, una Perú tan impredecible como favorita para pasar de fase.

Ese optimismo que se vive a lo interno, es un envión anímico azuzado por el mensaje tan motivador como exigente que ha brindado Peseiro: ya advirtió que la gesta de sus muchachos ha dejado la vara muy alta para los que se han incorporado. Y no es un mensaje para nada excluyente, porque necesita que todos estén al 100% en el choque decisivo. Es el speach más indicado para que todos estén conscientes de lo que está en juego.

Ha sido hasta el último partido de la fase de grupos que Peseiro ha podido aprovechar para trabajar con tiempo y con un grupo amplio sus ideas, el objetivo primario de la Copa América antes de tantas lesiones y contagios. Ha sido esta última semana la más “normal” que ha tenido desde que asumió en febrero de 2020 y el mayor deseo de todos es que no se termine en domingo en Brasilia ante Perú. Trascender no solo será la épica y la alegría, será la posibilidad de tener más tiempo para seguir trabajando la idea que quiere plasmar el portugués en el campo.

Siéntase optimista. “¡Somos nosotros, nojoda!”, gritó Edson Castillo cuando celebró su gol. Lo futbolístico es vital, pero lo anímico pesa tanto como lo que se juega en el campo.

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