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Vinotinto vs. Chile: La fórmula tarda en aparecer

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Después del empate a dos goles en Maturín contra Perú, cuerpo técnico y jugadores de la Selección Nacional de Venezuela comenzaron a hacer referencia sobre Qatar 2022 como el próximo objetivo. Con cinco fechas todavía por cumplir y competitivamente fuera de carrera del Mundial de Rusia, la sinceridad del sentido se reveló de una vez: a trabajar con visión de futuro. Las pruebas, las caras nuevas y la búsqueda del juego, algo que se venía haciendo hace rato ya en plena competencia, seguirían dándose, ahora de manera “oficial”. Chile sería un oponente temible y algunas cosas había que cambiar para enfrentarlos.

La Selección de Juan Antonio Pizzi apabulló a Venezuela por 60 minutos y le bastaron apenas 22 para cerrar el partido. Los golpes tempraneros, uno tras otro, desnudaron el funcionamiento de la joven defensa criolla; pero también se sabía que eso iba a pasar. Fuera de los puestos que clasifican al Mundial y ante la última de la tabla, era lógico pensar, saber y plantear que Chile saldría a tragarse vivo a la Vinotinto y el guion predicho no varió, a pesar de las lagunas mostradas en el segundo tiempo ante los peruanos, un par de caras distintas en el once y Salomón de nuevo como delantero centro, fue el ajuste hecho por Dudamel para enfrentar a una exigida selección chilena.

La comprensión de la opinión pública de que en adelante hay que encontrar los hombres y el fútbol para encarar lo que venga en adelante ha dado licencias para que los ensayos tengan espacio en la selección, más allá que no se debe descuidar la competitividad en los partidos que quedan porque ya suficientes varapalos ha recibido la Vinotinto en esta tortuosa campaña rusa. Sin embargo, el cambio y la nueva Selección se está tardando en encontrar el juego que se requiere. Es necesario tiempo, pero también mucho trabajo. Hay que arrancar todo desde cero.

Chile anduvo a sus anchas. Hizo lo que sabe hacer, lo que este mismo grupo viene practicando desde tiempos de Bielsa y Sampaoli. La facilidad de interpretar lo que quieren con fútbol se mezcló con la liviandad del rival que, desorientado de entrada, fue presa fácil del aluvión austral. Implacables, precisos, aniquiladores de cara al arco contrario, Sánchez y Paredes ya tenían resuelto el partido en el primer cuarto del mismo. Facilidades brindadas por Venezuela propias de la inexperiencia de un combinado muy joven que con la hipoteca del prestigio, ve sumar otra derrota más en el conteo con un juego muy tímido.

Usted o cualquiera dira: “Pero se tuvieron muchas oportunidades de recortar el marcador en el segundo tiempo”, y sí, es cierto, se hicieron las cosas bien y el árbitro Andrés Cunha colaboró inmensamente en impedir que el resultado fuera diferente (ese resultado que puede ser negativo siempre y cuando el ejercicio de las pruebas sea satisfactorio) pero justo cuando el contrario había levantado el pie del acelerador luego de un intenso bombardeo que sitió durante una hora las inmediaciones del arco que, dignamente, custodió un verdadero crack, Fariñez, es que apareció el tanto de Salomón, el penal no cobrado a Otero y el golazo que Rincón marcó pero que ninguna autoridad quiso ver. En igualdad de propuestas, en igualdad de marcador, Chile encontró cómodamente las debilidades de Venezuela.

El juego que tanto se anhela necesita ubicar a sus intérpretes. La confianza brindada a Alexander González no fue retribuida por el lateral durante esta doble fecha FIFA. El riesgo de dejar al futbolista venezolano con mayor continuidad en Europa fuera de la convocatoria, aumenta la exposición negativa de lo que pueda hacer cualquier otro jugador que se ubique en ese lugar. Víctor García desde el banco controló la autopista que había encontrado Beausejour ante el indefenso jugador del Huesca, quien en su haber, nunca tuvo respaldo de nadie para detener el aluvión chileno sobre su zona.

De igual forma, mientras más partidos se juegan, más dudas se amplían sobre quién debe acompañar a Tomás Rincón en la primera línea de volantes. Primero Guerra contra Perú en un planteamiento ofensivo, Zambrano contra Bolivia y Chile en circunstancias disímiles, Seijas en su momento, Figuera en la Copa América Centenario, Yangel Herrera como el futurible sin tener suficientes minutos como para evaluarlo… nada queda claro. Y aún hay otros que no han sido probados como Francisco Flores o Aristóteles Romero, los otros de esa zona presentes en esta convocatoria. Solo alguien que pueda demostrar estar en mejor forma y nivel de juego que el propio Rincón, postrado en el banquillo de la Juventus, seguramente servirá para dar definitivamente con el “5” que tanto se está buscando.

Y eso no solo pasa ahí, pasa con el resto del equipo. Hoy solo se van confirmando como fundamentales en el juego nacional Wuilker Fariñez (el acierto más destacado de Dudamel en esta doble fecha), Tomás Rincón, Rómulo Otero, Josef Martínez y en mediana monta, Salomón Rondón. De resto, hay seis puestos en los que no hay convicción ni claridad total acerca de quién debe ubicarse en ellos. Solo el tiempo, los minutos y las pruebas permitirán que el seleccionador, una vez termine este infierno eliminatorio, saque sus conclusiones y defina quiénes serán los intérpretes de lo que quiera llevar a cabo.

De juego, las dudas siguen, pero debe depositarse la confianza en que la fórmula que permita recuperar el prestigio y la competitividad, debe aparecer. Ojalá sea pronto.

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