Cultura

Wynton Marsalis: Jazz es música integradora que puede combatir racismo

El jazz "es una música de integración que puede combatir el racismo", dijo el músico estadounidense Wynton Marsalis, considerado el trompetista más brillante del último cuarto de siglo, quien canceló la semana pasada una visita que tenía pautada a Venezuela para presentarse en el Teresa Carreño 

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A juicio del artista, que aterrizó hoy en Chile junto a Jazz at Lincoln Center Orchesta para ofrecer dos conciertos en Santiago, el jazz ha cumplido esa función integradora en la historia estadounidense. Así lo aseguró al ser preguntado sobre los disturbios en Ferguson (Misuri) y en otras ciudades tras la muerte de un joven negro por disparos de policías blancos.

«El racismo y el tribalismo están muy arraigados en Estados Unidos, y de hecho, hasta se enseña en las escuelas», comentó el legendario jazzista, quien añadió que la discriminación de los afroamericanos no es un problema exclusivo del Estado de Misuri, sino de «los tribunales estadounidenses».

En ese contexto, puntualizó que el jazz puede ser una herramienta para combatir el racismo, pues este género musical de mediados del siglo XIX «nació integrando los suburbios» estadounidenses a partir de las tradiciones de África occidental, Europa y Norteamérica.

«La música que interpretaban grandes músicos como Benny Goodman, Charlie Parker o John Birks, conocido como Dizzy, tenía que ver con la integración y el respeto por la gente de todo el mundo»

Un legado que, a su parecer ha quedado plasmado en la idiosincrasia del jazz, donde «no importa si la persona con la que tocas es de Inglaterra o de otro color, porque todos provienen de la misma tradición».

Marsalis dará inicio este viernes a la temporada 2015 del Teatro Municipal de Santiago de Chile. La semana pasada, el trompetista decidió por cuenta propia cancelar su visita a Venezuela por la «situación país». Tenía pautadas varias presentaciones en Caracas.

Aunque en Santiago actuará delante más de un millar de espectadores en cada función, el ovacionado director y arreglista de jazz aseguró que lo que más satisfacción le produce es «tocar delante de 10 o 15 personas a las dos de la madrugada, en un pequeño club de jazz».

Respecto de la composición de los temas, el músico, manifestó su interés actual por desarrollar «música profunda y complicada, con muchos guiños a la historia».

Una obsesión que, entre los músicos coetáneos, le ha hecho merecedor del título de «purista», algo que no parece importar a uno de los trompetistas más prodigiosos de la historia, pues, tras más de tres décadas, asegura seguir pasándolo «muy bien» y sintiéndose «libre» sobre los escenarios

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