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Ya Lionel Messi se levanta como el nuevo monumento de París

París tiene su Torre Eiffel, el Arco del Triunfo, el museo del Louvre... y a Leo Messi: el chico de Rosario, convertido en emblema del FC Barcelona, se dispone a escribir en el París SG un nuevo capítulo de su leyenda. (Actualiza información)

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Lionel Messi está en París Foto AFP

El avión que llevó a L:ionel Messi llegó a París tras despegar de Barcelona a primera hora de la tarde, en el momento en que era retirada la imagen gigante del argentino en el Camp Nou.

Trabajadores retiran la imagen de Lionel Messi de las paredes del estadio Camp Nou, en Barcelona, este 10 de agosto. Foto Pau BARRENA / AFP

En el París Saint Germain Messi se encontrará, además de Neymar con Ángel Di María, con el que acaba de conquistar la Copa América.

Y su principal reto será conquistar la Liga de Campeones, el objetivo supremo de los propietarios del PSG.

Para Messi y para el Barça es el final de un matrimonio de 21 años. El jugador se despidió el domingo en un conferencia de prensa que comenzó con lágrimas, en la que recordó que sus tres hijos eran tan catalanes como argentinos.

Mientras que su ídolo Diego Maradona lo era todo tanto en Nápoles como en Buenos Aires, Messi era antes que todo un ícono azulgrana, mucho más que albiceleste.

Expectantes parisinos esperan a las afueras del hotel Royal Monceau Palace, en Paris, este 10 de agosto, para ver llegar al argentino Lionel Messi, nueva ficha del fútbol francés con el Paris Saint Germain. Foto: Sameer Al-DOUMY / AFP

Luna de miel en París

A su llegada al aeropuerto de Le Bourget, el jugador, vestido con una camiseta con el lema ‘Ici, c’est Paris’ (Aqui es París), saludó desde la ventana a los aficionados que lo aclamaban.

En ese momento, el PSG publicó en sus redes sociales un corto video de 13 segundos pleno de referencias a la carrera del delantero, como sus seis Balones de Oro y la bandera de Argentina, situada entre las camisetas de Neymar y Kylian Mbappé. Ese detalle no es anodino, ya que el francés se halla en negociaciones para prolongar su contrato.

Messi, de 34 años, firmará con el PSG una vez supere el reconocimiento médico en el Hospital Americano de Neuilly, donde acudió por la tarde.

«Esto sólo pasa una vez en la vida. Es uno de los mayores fichajes de la historia», cuenta Johlan Slama, un estudiante llegado junto a un amigo al estadio del PSG.

La ‘Messimania’ se desató en París cuando el domingo reconoció que su firma por el PSG era una «posibilidad».

La prensa francesa habla de un acuerdo entre ambas partes en torno a un contrato de al menos dos años, con un salario anual neto de unos 40 millones de euros (47 millones de dólares).

«De nuevo juntos», escribió en Instagram Neymar, quien coincidió con Messi en el Barça entre 2013 y 2017.

Adiós a una historia

Entre 2013 y 2017, los dos jugadores formaron junto al uruguayo Luis Suárez, una de las mejores delanteras de la historia del fútbol. Esta temporada estarán asociados en un tridente también temible… si el francés Kylian Mbappé, otra estrella planetaria, sigue en el PSG.

Si con el FC Barcelona conquistó 35 títulos, su primer título con Argentina, la Copa América-2021, no llegó hasta sus 34 años… Y durante mucho tiempo estuvo asociado a los fracasos de la selección, especialmente en la final del Mundial-2014.

Messi hizo crecer al Barça al mismo tiempo que se volvía inmenso. Tanto que el pequeño atacante ganador de seis Balones de Oro, al que muchos consideran el mejor de la historia, se hizo demasiado grande para una institución muy endeudada, incapaz de asumir el salario de la estrella planetaria, a pesar de que él afirmó que había aceptado rebajarlo a la mitad.

«El matrimonio de Messi con el Barça dio mucho a los dos (al club y al jugador), mucha alegría a nuestros aficionados», reconocía el año pasado el director deportivo culé Ramon Planes.

«Hay que tener un respeto enorme por lo que es Messi y por su historia».

Una nueva atracción turística

Quizá sólo el neerlandés Johan Cruyff, otro Balón de Oro, acumuló un aura planetaria parecida así como una vinculación con Cataluña. Pero antes de regresar al Camp Nou como técnico de éxito, el neerlandés tampoco acabó su carrera de jugador con la elástica azulgrana.

«Será difícil verlo con otra camiseta que no sea la del Barça, pero a veces se dan estas circunstancias», admitió en una entrevista a la AFP su antiguo compañero Andrés Iniesta.

A sus 34 años, Messi quizá ya no posee la chispa que le hacía gambetear rivales como si fuesen conos por las canchas de España y Europa, como en su antológico eslalon contra el Getafe el 18 de abril de 2007, elegido hace dos años por los socios como el gol más hermoso de la historia del club.

Pero el argentino sigue siendo una máquina de jugar, marcar y establecer récords, además de una atracción para turistas en la ciudad.

Más que un futbolista

El argentino es, con diferencia, el máximo goleador de la historia del Barça (672 goles en 778 partidos), de LaLiga, el máximo goleador en el fútbol profesional en un año natural (91 en 2012) o el jugador más laureado con el Barça, donde levantó cuatro Ligas de Campeones (2006, 2009, 2011, 2015).

Messi atesora asimismo seis Balones de Oro, más que Cristiano Ronaldo (5), Cruyff, Michel Platini o Marco Van Basten (3).

Pero más allá de las cifras, el argentino deja un recuerdo imborrable en el aficionado culé, sobre todo por sus actuaciones en los clásicos contra el Real Madrid, desde su triplete en 2007 a aquel 6-2 en el Bernabéu en 2009, pasando por la ‘manita’ (5-0) lograda un año después en el Camp Nou.

Y es que el Barcelona se ha sustentado en gran medida en el prodigio llegado en 2000, profesional desde 2004, aun cuando fue rodeado de inmensos jugadores como Samuel Eto’o, Luis Suárez, Xavi, Andrés Iniesta o Neymar.

A lo largo de los años, el Barça, que se autodefine como «más que un club», quedó ensombrecido por este delantero convertido en «más que un jugador». Algo que ya tiene nombre en Barcelona: la ‘Messidependencia’.

Peso en el vestuario

Poco a poco, este jugador parco en palabras, tan tímido fuera del césped como atrevido dentro de la cancha, fue ganando peso en el vestuario culé, convirtiéndose en influyente capitán en 2018.

Algunas de sus declaraciones los últimos tiempos contribuyeron a romper su imagen moderada y su perfil bajo. Algo que siempre le había situado en las antípodas de su gran rival Cristiano Ronaldo.

Cuando el planeta fútbol descubrió a Messi, se emocionó por el destino de un chico que abandonó Rosario para encontrar en el Barça un club que financiase su tratamiento médico para solucionar sus problemas de crecimiento.

Y esa imagen apenas ha cambiado a pesar de su condena a 21 meses de prisión (que no tuvo que cumplir) y la multa de 2,1 millones de euros en 2017 por fraude fiscal, semanas antes de su boda con Antonella, su novia de toda la vida, madre de sus tres hijos (Thiago, Mateo y Ciro).

Con residencia en la localidad de Castelldefels, a las afueras de Barcelona, Messi parecía haber encontrado un equilibrio familiar y profesional en Cataluña, pero ahora será con otra elástica como tratará de prolongar su leyenda. En París su reto es dar a su nuevo empleador su primera Liga de Campeones, que sería la quinta para él.

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