El extremista de ultraderecha que el 15 de marzo provocó un baño de sangre en dos mezquitas de Nueva Zelanda, donde mató a tiros a 50 fieles, hizo el signo de los supremacistas blancos ante el tribunal de la ciudad de Christchurch, que este sábado lo inculpó por asesinatos.
Luego de los recientes ataques terroristas de París, el precandidato presidencial republicano Donald Trump dijo el lunes que analizaría cerrar ciertas mezquitas en Estados Unidos cuyos líderes sean radicales.
Los cuerpos de los ejecutados yacen en la escena del crimen. El ataque fue llevado a cabo por islamistas que buscaban revancha por el cierre de cuatro mezquitas en Mombasa. Los asaltantes bajaron a los 60 tripulantes del autobús y separaron a los musulmanes de los no musulmanes para matar al segundo grupo.