Deslave Guatemala: 9 muertos y decenas de casas enterradas

Por lo menos 68 viviendas quedaron bajo 15 metros de tierra.

El vocero de la Coordinadora Nacional para la Reducción de Desastres, Julio Sánchez, dijo que han recuperado los cuerpos de nueve personas, que han sido llevados a una pequeña morgue provisional instalada en el lugar. Informó que hay 36 heridos.

El alcalde auxiliar de Cambray II, Raúl Rodas, dijo que en la zona del derrumbe vivían aproximadamente 150 familias, pero dijo que no se podía decir aún cuántas personas estarían desaparecidas

Sánchez informó que 15 máquinas retroexcavadoras trabajan en el lugar en la remoción de escombros.

El derrumbe se registró la noche del jueves 1 de octubre en la comunidad Cambray del municipio de Santa Catarina Pinula, a unos 15 kilómetros al este de la capital.

La parte del cerro que se deslavó tiene una altura de 120 metros y un ancho de 60 metros, dijo Wenderley Pérez, ingeniero de la Coordinadora.

La comunidad colinda con un pequeño río que tras las lluvias de la temporada se desbordó y ha dificultado las labores de rescate.

Marleni Pu, de 25 años, llegó al lugar con su rostro hinchado de tanto llorar, busca a 25 de sus familiares que habrían quedado soterrados tras el derrumbe. Dijo que:

«Ahí están tíos, primos, sobrinos, toda mi familia, son seis casas en total de mis familiares que quedó bajó el cerro. Mis papás lograron salir, ellos escucharon ruidos y sintieron temblores previo al derrumbe».

Horas después, Rony Pu, de 23 años, fue rescatado y llevado a un centro asistencial.

Uno de los fallecidos es Quani Bonilla de 18 años, seleccionado nacional de Squash, quien vivía en el lugar.

En el lugar se encuentran varios cuerpos de socorro, de la policía y del ejército apoyando el rescate. La Coordinadora instaló un puesto en el lugar, que declaró en emergencia.

Los cuerpos de socorro han instalado cordones de seguridad, en prevención de más derrumbes.

La comunidad soterrada estaba ubicada al final de una pequeña carretera; en el lugar hay casas vacías que habían sido deshabitadas por temor a un derrumbe.

A la morgue improvisada siguen llegando familiares que al reconocer los cadáveres de sus familiares gritan y lloran en su desesperación.