Moda

Truekin: la ropa de segunda mano ahora es pre-loved

La fundadora de Truekin, Celeste Lubo, cuenta aquí el proceso que la llevó de la pasión por la ropa vintage a su emprendimiento en línea de compra y venta de prendas de vestir y accesorios

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Dicen que la ropa refleja por fuera quién eres por dentro. Si ese es el caso, Celeste Lubo, fundadora de Truekin, sería vintage de pies a cabeza. Hace dos meses que salió al mundo su proyecto emprendedor en Caracas, y ya su web cuenta con más de 600 suscriptores.

Truekin es una plataforma en línea de compra-venta de ropa de segunda mano. Al suscribirse, el usuario puede vender su prenda o comprar lo que desee.

“Nuestra plataforma relaciona a vendedores y compradores, particulares o personas que son profesionales informales en la ropa de segunda mano. Cada quien publica su venta, y tenemos un espacio de chat donde las personas acuerdan entrega y modo de pago. La idea es que los pagos se puedan hacer desde la plataforma, pero esa es una funcionalidad que vendrá en los próximos meses”, explicó Lubo a UB.

Con pago en la página o sin él, para haber empezado a inicios de noviembre, Truekin avanza a buen paso. En Instagram, tiene 19 mil seguidores. Y sus sorteos -donde regalan tarjetas con dinero para gastar en la página- llegan a tener más de 400 comentarios.

La idea de Truekin comenzó cuando Celeste era menor de edad y una situación complicada con su familia la llevó a salir de su casa. Viviendo en París desde niña, tuvo que encontrar alguna manera de ganar su propio dinero. En ese momento, decidió apegarse a un oficio informal que se relacionara con su gran pasión: la ropa de segunda mano o -como le dice ella- vintage. Empezó en el colegio y ya no paró.

“Siempre tuve pasión por la ropa vintage y me vestía con ese tipo de prendas. Me dije: ‘Ok. A veces, la gente me pregunta dónde compré las prendas y me dicen que tengo unos súper looks. Voy a tratar de comprar dos o tres prendas y venderlas con las compañeras de clases en el colegio donde me quedaba. Y me empezó a ir bien. Compré más mercancía, vendía más. Empecé a vender al mayor. Así fue cómo empezó la iniciativa”.

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Celeste Lubo, de la pasión por la ropa, al negocio en viaje directo

Esta modalidad funcionó por un tiempo, pero después de hacer una especialización en Economías Latinoamericanas y una maestría en Emprendimiento y Proyectos Innovadores, Lubo se dio cuenta de que vender ropa sola no le iba a dar la estabilidad que quería.

Por eso se inspiró de las aplicaciones que usaba ella misma para vender sus prendas –Vinted y Marketplace- para crear Truekin. Y no fue ni el primero, ni el segundo, sino el tercer modelo web el que funcionó.

“Dos intentos no funcionaron desde acá, en París. El primero no tuvo el resultado esperado porque no pude formalizar bien la idea. El segundo no resultó porque la página web no tenía todas las funcionalidades que quería. Entonces, el primer intento fue en marzo del año pasado, el segundo fue en junio, y este intento de Truekin como tal, de la página web, lo logramos tener a finales de octubre y principios de noviembre. La página tiene como objetivo modernizar la ropa de segunda mano –vintage- o como le decimos nosotros, pre-loved”.

Nacida allá, la fundadora de Truekin ha vivido en Francia casi toda su vida. Sin embargo, cuando los primeros proyectos fallaron, decidió que era momento de enfocar su emprendimiento en su país de origen: Venezuela.

“Mis padres son venezolanos y yo crecí con la cultura venezolana a pesar de que estaba en Francia”, comentó Lubo, añadiendo que quiere regresar a Venezuela porque “sé que mi emprendimiento puede tener un impacto muy positivo, un impacto social importante. Y estoy comprometida con hacer cosas que tengan sentido y que puedan ayudar a las personas. En Francia todo está desarrollado, no tienen las mismas problemáticas”.

Ahora la cuestión no era dónde, sino cómo sería el proceso de traslado para ella con la página ya funcionando en el país.

“El proceso ha sido un poco complejo porque trabajo con personas que ya están en Venezuela. Nuestra community manager y nuestro desarrollador están allá. Entonces, he estado trabajando con cambio de horario. La idea sería ir a Venezuela para entender ciertos puntos del consumo local para hacer esa transición de una forma segura y una solución más estable”, explica.

Y una vez que consiga resolver el traslado, buscará arreglar puntos débiles de la página, para luego soñar en grande.

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“Por el momento, no hemos querido escalar mucho el proyecto porque queremos encargarnos de todos los procesos de transacciones y asegurar bien el método de pago antes de decir ‘ok, vamos a hacer algo nacional. Vamos a escalar’. Tengo ese valor de querer que las transacciones sean seguras. Pero el plan final sería tener algo nacional, que todo el mundo tenga la aplicación de Truekin en el celular. Vamos a ver”.

Avanzar en el mercado no sólo sería positivo para la compañía, sino para el bolsillo de la fundadora, quien no ha recibido ganancias desde que abrió Truekin. Como no quiere cobrar comisiones por venta, Celeste Lubo tuvo que pensar en cómo generar ganancias con la plataforma a futuro. Al final, se le ocurrió una idea ingeniosa.

“Queremos tener un modelo freemium que de más posibilidades premium a los vendedores profesionales. Particularmente, que ofrezca más visibilidad a sus prendas y que tenga perfiles verificados, con un proceso de verificación de identidad”.

El modelo freemium –en el que un servicio se ofrece de forma gratuita con la propuesta de un pago para obtener mayor funcionalidad- operaría mediante una suscripción mensual. En sus historias de Instagram, la cuenta de Truekin ha realizado encuestas para observar cuánto estarían dispuestos a pagar sus usuarios por un servicio así. Por ahora, los precios posibles varían entre 2 y 5 dólares.

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Celeste, sin miedo a la competencia: todo lo contrario

Pronto se presentó otro problema: la competencia. A pesar de que el mercado de segunda mano en Venezuela -salvo excepciones- no ha sido muy explorado, sí existen alternativas. Por sólo citar dos ejemplos, están El Garaje de Sol, que es un mercado de ropa y objetos de segunda mano que se hace en el centro comercial Plaza Las Américas, y Circular Caracas, una venta en línea de ropa de niños usada.

Pero la emprendedora no está muy preocupada por eso. Al contrario, lo ve como una oportunidad para que los vendedores profesionales de segunda mano se visibilicen en su página.

“Siento que en Venezuela hay mucha oferta y los vendedores a veces tienen dificultades para darse a conocer y tener visibilidad en redes sociales. Por ejemplo, si tomo las páginas Instagram, hay muchísimas que se llaman ventas de garaje, el garaje de María, etcétera. Y esos vendedores tienen muchos problemas para ser vistos. Entonces, creo que la página (Truekin) responde a ese problema de dar oferta y demanda sobre una problemática específica que es tener acceso a ropa vintage o de segunda mano de forma segura”.

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