Mujeres

Ariagny Daboín, belleza y conciencia social para conquistar al mundo

Ariagny Daboín viaja este viernes a la India con el objetivo de traer la séptima corona del Miss Mundo para Venezuela y con la mente puesta en que se conozca su proyecto educativo "Vidas brillantes". El concurso comienza el 18 de febrero con la llegada de las participantes y culmina el 9 de marzo.

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Ariagny Daboín, psicóloga clínica y actual Miss Venezuela Mundo, deslumbra por su belleza y por la seguridad con la que afronta sus retos. Su mirada es firme y dulce, pareciera que puede percibir la esencia del otro para conectar de inmediato.Este viernes 16 de febrero, la maracayera de 27 años de edad, parte hacia la India, donde se celebrará el certamen de Miss Mundo 2024. La acompaña su preparación, su fe, su proyecto “Vidas brillantes” y seis maletas cargadas de apoyo y talento nacional. Numerosos diseñadores venezolanos serán los responsables de su vestuario en esta aventura. Sin recurrir a amuletos, su creencia se centra en su relación directa con Dios.

Se siente confiada y segura con la extensa preparación que ha recibido para el certamen. Está capacitada para comunicarse en inglés en la noche final si así se lo dictan sus emociones en el momento. Además, destaca su carácter competitivo, su formación en un colegio militar y su rol como instructora de pole dance y baile como factores que le brindarán una ventaja para dar lo mejor de ella en cada una de las disciplinas en las que será evaluada.

Ariagny asegura que pondrá todo su esfuerzo. Uno de sus desafíos es destacar en el reto “Head to Head” de la competencia, donde aspira posicionar su labor en “Vidas brillantes” como un proyecto viable para replicar en cualquier parte del mundo.

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El «Head to Head» es uno de los desafíos más esperados por las candidatas, quienes tienen el chance de medirse y debatir por grupos sobre la belleza con propósito. Allí entra Ariagny con “Vidas brillantes”, un proyecto -reconocido por la Unesco- que tiene como misión incorporar la educación emocional en el sistema educativo de los niños desde la gestión de emociones, partiendo de que “a mayor inteligencia emocional, menores posibilidades de suicidios en la adolescencia, trastornos psicológicos (…)”.

La candidata tiene altas expectativas: “Que ‘Vidas brillantes’ resuene en el mundo, que más personas se enteren de que esto existe, que en más países lo apliquen porque esto no es nuevo, simplemente lo estamos aplicando y adaptando a nuestro país. Y segundo, yo voy a dar mi máximo en todas las competencias. Me gustan todos los retos. Creo que el reto más importante para mí es “Head to Head” porque es lo que más me ha costado, es lo más bonito, es la parte de la que me siento más orgullosa, así que es en el que espero que triunfemos”.

Sobre su próxima visita a la India, Ariagny Daboín comparte su emoción y nerviosismo: «Estoy muy emocionada de conocer la cultura, es la primera vez que salgo así del país. Conocí a Colombia, pero nunca había ido tan lejos. Entonces, estoy bien, bien emocionada».

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¿Qué estrategias utilizas para mantenerte calmada y centrada durante la competencia?

—Siempre he dicho que compararnos es injusto para nosotros mismos. Entonces, sinceramente, no me enfoco en mis compañeras. Cada quien tiene su labor, o sea, cada quien tiene bien ubicado ese qué voy a hacer con mi vida y cuál es mi propósito en el mundo. Así que todas son merecedoras de cualquier premio. Voy enfocada en mí, en qué tengo para ofrecer, en cómo trabajo mis debilidades para que se vuelvan fortaleza y cómo me aprovecho de mis fortalezas para obtener este trabajo, porque es un puesto de trabajo. A mí me encanta trabajar. Soy… además resiliente, me adapto con facilidad. Así que yo espero que eso sea lo que estén buscando este año y voy a trabajar full para que toda esa esencia se haga notar.

Empiezo a reforzarme positivamente porque nosotros tenemos un amiguito tóxico en la cabeza que a veces nos fastidia y comienza: ‘Y si te equivocas, y si no les gustas y si te quedas callada y si no sabes qué decir’. Lo que hago es tratar de que ese amiguito no me sabotee, de callarlo con mi propio pensamiento porque nosotros decidimos en qué pensamos y lo que sentimos.

—¿Puedes dar algún ejemplo que te haya transformado a través de tu proyecto “Vidas brillantes”?

—Es bastante complicado identificar un solo momento con el que sienta que todo vale la pena y que realmente estamos aportando algo bonito, pero sí lo tengo. Me vino a la cabeza una de las docentes que estaba con nosotros y que me dijo: ‘Hace unos días estaba en el salón de clases, con mis estudiantes y me sentía mal. Estaba triste. Daba mi clase igual, normal y los niños se dieron cuenta y me dicen: ‘Maestra, ¿qué tiene?’ ‘Estoy un poquito triste’, respondí. Ahí se pusieron todos alrededor de mí, me dicen: ‘O sea, vamos a trabajar, cierren los ojos’. Y la profesora, me cuenta, estaba como incrédula, pero cerró los ojos y se hizo la dinámica. Ella explica que fue tan bonito porque pensaba que era que ella quien tenía que ayudar y enseñar a sus niños y al final terminaron siendo ellos quienes reconocieron esa emoción en ella y tuvieron la empatía y la conciencia de ayudarla. Entonces, con esas cosas yo digo: ‘Mira, Vidas brillantes sí funciona. Vidas brillantes hace vidas más bonitas’.

¿Por qué Vidas brillantes es una fortaleza?

—Yo creo que Vidas brillantes se hizo con la facilidad de que fuera replicable en el mundo y no solamente para la mujer, sino para el ser humano como tal, porque yo siento que no hacemos nada apoyando a la mujer, pero sin que el hombre tenga las herramientas para también apoyarle y para trabajar y funcionar bien para que todos estemos en una civilización. No podemos llamarnos civilización si a la mujer se le sigue negando la educación, hay tantas brechas de género a nivel laboral y si se le sigue acosando y asesinando. Entonces, para que eso no pase, ¿a quién tengo que educar y abordar también? Al hombre y cómo piensa, por ejemplo.

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¿Cómo logras ese cambio desde Vidas brillantes?

—Con la gestión emocional, con la inteligencia emocional. Uno de los problemas más graves que tenemos a nivel mundial y no solamente no enfocándonos en un género, es la violencia, que es ira mal canalizada. Si soy consciente de mi estado de ira, de cómo funciona en mí porque nosotros sentimos la emoción en algún lugar de nuestro cuerpo y sale porque tiene que salir, es como la corriente. Si yo me electrocuto, la corriente tiene que salir por algún lado de mi cuerpo. La emoción es así, o sea, es como una bolita de energía que llega a nosotros por un estímulo externo y tiene que salir, a veces con la felicidad gritamos, brincamos, abrazamos, pero con la ira a veces nos la podemos guardar: gritamos, a veces rompemos cosas, golpeamos cosas. Entonces, ¿cómo hago que esa ira salga de mi cuerpo pero de manera efectiva y adaptada al ambiente? Si con la gestión emocional yo sé canalizar correctamente, disminuye la violencia.

—¿Qué mensaje te gustaría dar a las jóvenes?

—La educación es el primer paso, por supuesto. Todas tenemos un propósito y yo creo que para cumplir nuestras metas tenemos que identificar quién soy, a dónde quiero llegar y cómo lo voy a hacer y asegurarme todos los días de estar haciendo cosas que me acerquen un poco más a ese propósito.

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