El alma perpetua de Sentimiento Muerto
El espectáculo "Pablo Dagnino: el último sentimiento" se presentó la noche del jueves 8 de mayo en el Centro Cultural Chacao. Un show para los fieles seguidores de la legendaria banda caraqueña

El espectáculo "Pablo Dagnino: el último sentimiento" se presentó la noche del jueves 8 de mayo en el Centro Cultural Chacao. Un show para los fieles seguidores de la legendaria banda caraqueña

Paseo por la nostalgia, claro está. Nada sigue igual. Los del público tenemos menos pelo y más kilos. Abundan las franelas negras y las calvas. Las chaquetas de cuero son nuevas. Un viejo pin con el corazón cruzado por la línea negra. Hay encuentros y reencuentros, saludos de fila a fila. De balcón a patio. En la espera, todos revisan sus teléfonos: las nuevas adicciones. Aquí no hay monte para fumar y al teatro Chacao no puedes entrar con una cerveza en la mano: hay Instagram, X, WhatsApp. Y hay que ponerse los lentes de presbicia.
Sí, el tiempo pasa. En la tarima también.
No dejo de pensar en aquella vez que vi a Sentimiento Muerto en la Casa Rómulo Gallegos. Google me dice que fue en 1989. YouTube me muestra a Cayayo cantando “Un agradable calor”, a Pablo usando una elegante falda, a Wincho siempre medio escondido en el escenario. 1989 fue hace mucho.




“El último sentimiento” no es ni será el último, ya se sabe. Este show concebido por Pablo Dagnino fue estrenado en 2003. Era un homenaje a Cayayo. Y lo es. También es el empeño en mantener vivo el relato de una parte importante de la historia musical del país. De conectar con la vigencia renovada de muchas de estas canciones: el cielo sigue teniendo agujeros. De volver a interpelar al poder desde una mirada de adolescente aburrido. Porque el aburrimiento generaba estas cosas: chispazos de creatividad, el impulso de querer hacer algo.
¿Se aburre usted señor alcalde ahí sentado chateando durante todo el concierto?


Más que concierto, “El último sentimiento” es un show, quizás un documento. Apoyado en recursos audiovisuales, en un libreto que conduce por los hitos de Sentimiento Muerto y en una banda impecable -Claudio Leoni, Tito Fierro, Pablo Fernández y Yoncarlos Medina-, Pablo es cantante y maestro en una ceremonia que arrancó con “Culebrón” y terminó con “Sin sombra no hay luz”, pasando por ese momento hermoso junto a Wincho -invitado y coprotagonista de este relato- para hacer “Alma perpetua”.
El público está: ya lo saben. Y esa audiencia tiene ganas de no quedarse sentados en una butaca. Hace falta ese otro momento que los reúna, que traiga a SM al menos por una noche y entonces, sí, será la última -y poderosa- vez.
«Pablo Dagnino: El último sentimiento», contó con la producción general de Ventura Producciones y Oz Shows, con promoción de Álvaro Ruiz de EventoyMedio.