El vicepresidente de la República, Tareck el Aissami, sorprendió a más de uno al llegar a la sede de la Asamblea Nacional opositora para cumplir con los actos de este miércoles 5 de julio, día de la Independencia de Venezuela.
El Aissami llegó al Palacio Federal Legislativo en horas de la mañana con todo un tropel de asistentes, simpatizantes del chavismo con camisas rojas y escoltas. La Guardia Nacional, que resguarda el lugar, le abrió las puertas de par en par, constataron los periodistas presentes en el lugar.
El vicepresidente llegó directamente al Salón Elíptico, un lugar que según las leyes depende del Ejecutivo venezolano, para abrir el arca donde se encuentra el acta de la independencia de Venezuela.
Los diputados opositores calificaron de «provocación» y un «asalto» la asistencia el número dos del Ejecutivo al Palacio Federal Legislativo con la anuencia de los militares que resguardan el lugar. Sin embargo, su presencia había sido notificada horas antes a la secretaría de la Asamblea Nacional, informó a El Estímulo una fuente parlamentaria.
El Aissami promovió la polémica Asamblea Nacional Constituyente, rechazada por la oposición, acompañado de ministros y funcionarios del Gobierno que también llegaron al lugar. Uno de ellos fue el ministro de Defensa, Vladimir Padrino López.
El vicepresidente dijo que los funcionarios llegaron al Salón Elíptico para «reivindicar» a los mártires y la «historia viva» contra aquellos que, según él, «pretenden entregar la patria a los intereses oscuros del imperialismo».
«¡Chávez vive!», gritaban los simpatizantes del vicepresidente, algunos de los cuales portaban banderas de Venezuela.
El Aissami también invitó a los «revolucionarios» a acudir a la sede de la Asamblea Nacional para conmemorar el día de la independencia.
«Al pueblo de a pie a que venga a este salón a tomar juramento de nuevo y asumir esta proclama para conducir en los tiempos futuros nuestro país hacia una gran victoria. Es la hora de los pueblos, (…) es la hora de los revolucionarios», apuntó el vicepresidente.
Celebración en dos tandas
Poco después de la asistencia de los funcionarios del Gobierno al salón, los diputados y la directiva de la Asamblea Nacional participaron en otro acto solmene en el mismo lugar.
Julio Borges, presidente del legislativo ,dijo que en Venezuela «existe un dictador que pretende imponer un fraude Constituyente para aniquilar la Constitución».
«Hoy hace 206 años después de aquella soberana decisión de ser una república civil existe entre nosotros un dictador cuyo régimen nos hace extraviar el rumbo de nuestra existencia constitucional, un dictador que pretende desafiar nuestras capacidades d e pueblo para vivir como civiles y para alcanzar el progreso en libertad».
Los parlamentarios luego se trasladaron hasta el hemiciclo de la la Asamblea Nacional para asistir a un discurso por el día de la Independencia, ofrecido por la historiadora Inés Quintero, miembro de la Academia Nacional de la Historia.
Estos actos se hacen en medio de temores de que grupos de colectivos, civiles armados afines al chavismo, permanezcan en los alrededores de la la sede parlamentaria para amedrentar a los asistentes al acto.
En medio de la crisis política que se encamina hacia sus 100 días, se descarta la presencia de líderes chavismo y de los poderes públicos en el acto, pues desconocen al parlamento manejado por la oposición.
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Que Tareck El Aissami había caído en desgracia en la versión política venezolana de la serie Game of Thrones, ya lo sabíamos desde marzo de 2023. Su aparición pública este 9 de abril parece abrir otra etapa de la vendetta que se vive puertas adentro del chavismo
"Con Independencia o sin Independencia, terminamos llegando al mismo punto y es que parece que en nuestro caso, más que el efecto mariposa opera ´el defecto mariposa´: todo pequeño cambio en el sistema produce, al final, el mismo defecto. Celebremos, pues, el 5 de julio y mejor no hagamos futurología del pasado".
El Acta de Independencia de Venezuela, esa que fue aprobada el 5 de julio de 1811, estuvo perdida por 96 años. Durante todo ese tiempo la estuvieron buscando gobernantes e historiadores. No solo en Venezuela, hasta Inglaterra fue a dar una comisión persuadida de que allí estaría el “sagrado libro”. La búsqueda llegó a convertirse en un asunto de detectives, hasta que el 23 de octubre de 1906 el legajo apareció sano y salvo. Había sido conservado por dos mujeres valencianas que se alternaron en su cuido por casi un siglo.
