Cultura

El negocio global de "Los nuevos dueños de la tierra"

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Foto: Alberto Campi

Ediciones Puntocero publicó en este 2014 que ya se va la primera edición en español de Land Grabbing, un formidable trabajo de investigación del periodista italiano Stefano Liberti en torno al fenómeno del acaparamiento de tierras fértiles y el inquietante rediseño del mapa agroindustrial mundial

Para los gobiernos y corporaciones multinacionales que adquieren vastas extensiones de tierras agrícolas en el Tercer Mundo, se trata de “alquiler de tierras”, pero sus detractores prefieren llamarlo land grabbing (acaparamiento de tierras) y lo definen como una nueva forma de colonialismo.

El alza desmesurada en los precios mundiales de alimentos básicos produjo la crisis alimentaria de 2007-2008, con su buena dosis de protestas y revueltas a lo largo y ancho del planeta. Como consecuencia directa de aquellos sobresaltos, grandes corporaciones agroindustriales y gobiernos de países ricos se lanzaron a una carrera sin precedentes: la adquisición o el arrendamiento a largo plazo de tierras cultivables en varios países en desarrollo.

El resultado es que el gran capital internacional, en su onda expansiva, está demarcando nuevas fronteras en la geografía agroalimentaria global y con ello se está materializando entre el Norte y el Sur una nueva brecha que muchos ven con horror: la mitad del planeta padece hambre para poder alimentar a la otra.

Inscrito en la tradición del periodismo narrativo que tuvo en Oriana Fallaci a una exponente de excepción, el italiano Stefano Liberti realizó un periplo investigativo que lo llevó por todo el globo a las fuentes mismas del fenómeno del land grabbing y que condensó en un libro de igual nombre. Publicado por primera vez en español por el sello venezolano Puntocero bajo el título

Los nuevos amos de la tierra (Caracas, 2014), sus páginas recogen la travesía del periodista por los entresijos del poder agroindustrial y las nuevas realidades que se derivan del acaparamiento de tierras.

Granjas modelo holandesas que producen para la exportación alimentos en las fértiles tierras de un país donde el hambre es tradición, como Etiopía; una conferencia en Riyad adonde acuden funcionarios de gobiernos africanos corruptos ávidos de atraer a inversionistas saudíes; reuniones de organismos internacionales en Roma y Ginebra donde se debate por enésima vez la lucha contra el hambre en el mundo; una incursión con visos de misión secreta en ese templo sagrado de la especulación mercantil global que es la Bolsa de Comercio de Chicago, donde los amos del mercado deciden virtualmente qué comemos; las tierras de los Sem Terra en Brasil y el océano de maizales de las llanuras estadounidenses son los escenarios por donde viaja Liberti en busca de verdades y de los que sale con un haz de inquietudes que necesita compartir para mover a la reflexión.

En un mundo de vértigo, agitado sin tregua por las mareas y resacas del capital, Los nuevos amos de la tierra nos recuerda que la supervivencia no conoce principios y nos advierte, con no poca premonición fatalista, que la “tormenta perfecta” alimentaria puede estallar en cualquier momento para devastar las mesas del mundo.

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