Consistencia. Así define Stefany Hernández su carrera como bicicrossista. Y la puso en evidencia este viernes en el Centro Olímpico de la ciudad de Deodoro, donde, ante una inmensa Mariana Pajón, se colgó la presea de bronce en ciclismo BMX, la primera de Venezuela en la disciplina, de por vida.
La guayanesa, de 25 años de edad, no la tuvo fácil. Debió afrontar una reñida y accidentada semifinal.
Tras culminar segunda su primer heat (35.282), la nativa sufrió una aparatosa caída en el segundo período, que la ubicó séptima (52.695), y la obligó a cruzar la meta caminando. No obstante, como el ave fénix, emprendió la tercera ronda con la rapidez que la caracteriza.
¿El resultado? Llegó segunda, con crono de 34.912, mejorando por más de un segundo su registro inicial, y accediendo a la final de la prueba, con el tercer mejor tiempo.
La venezolana, que se quedó en puertas de la máxima cita en Londres 2012, arrancó la instancia decisiva con un solo plan en mente: el podio. Y lo consiguió.
En medio de la algarabía de la arena carioca, Hernández conquistó la medalla de bronce; segunda de Venezuela en Río.
Así, la guayanesa, que figuraba como una de las grandes esperanzas criollas, cumplió su palabra, tras asegurar par de meses atrás que su objetivo era traer una presea al país.
El triciclo de la Sirenita
Su destreza y resultados se han incrementado conforme pasa el tiempo.
En pocos años, aquella pequeña ciclista, que se inició en el BMX siguiendo los pasos de sus hermanos, ha demostrado que tiene madera para traer grandes alegrías al país; y una fortaleza mental importante.
En la final de los Juegos Panamericanos de Toronto 2015, la criolla protagonizó un complicado episodio, al ser impactada por su similar colombiana Mariana Pajón, y sufrir una caída que la dejó fuera de la competencia, donde se vaticinaba que subiría al podio.
No obstante, el accidente no se convirtió en un obstáculo para su creciente carrera. Hernández se levantó del suelo y se planteó un nuevo reto: el Mundial de Bélgica.
El día llegó –apenas dos semanas después- y la nativa consiguió un triunfo histórico: se tituló en Zolder, con registro de 37 segundos y 530 milésimas y escribió su nombre en las páginas doradas del ciclismo venezolano, como la primera –y hasta ahora única- venezolana en proclamarse monarca mundial.
Camino a Río, y con una ventajosa posición en el ranking de la Unión Ciclista Internacional (UCI), la oriunda de Bolívar accedió a cuatro finales consecutivas en Campeonatos Mundiales, durante la temporada 2016.
Su desempeño le valió para ubicarse sexta en la clasificación de la especialidad, sellando su plaza a Río, los segundos Juegos Olímpicos de su trayectoria.
Así, la niñita que descubrió su pasión por los pedales sobre un triciclo morado de “La Sirenita”, logró vestir los colores de su bandera en Río, dejar el nombre de Venezuela en alto y traer al país su primera medalla en ciclismo, el deporte de sus amores.