Pero la cultura de unión ha sido impermeable en otros. Pese a su esfuerzo por hacer de la disciplina una vía de escape a conflictos de orden social, aún hay mentes primitivas que atentan contra la integridad de los atletas. No son pocas las denuncias de insultos racistas en contra de sus jugadores, caso que llevó a los jerarcas del equipo a tomar acciones poco comunes.
En la jornada del domingo 26 de mayo, cuando se midieron al Algaida, su uniforme mostró lo que nadie quiere leer. En lugar de que el dorsal acompañara el apellido de cada elemento, los motes ofensivos fueron el distintivo del encuentro que los vio caer por 1-6.
“Gorila”, “Mono”, “Sudaca”, “Gitano, “Indio”, “Esclavo”, “Sin Papeles”. La forma, tal vez, no fue la más grata, pero tampoco lo son los gritos desde las gradas contra los no nacidos en España que en lugar de lidiar contra el rival tienen a su verdadero contrincante en una tribuna pronunciando palabras que solo manchan el espectáculo.
La mayoría de los extranjeros provienen de naciones africanas, quienes ven en la salida hacia otras latitudes la oportunidad para escapar de la crisis y así aspirar a una mejor vida. En julio de 2018, el medio español El Mundo compartió datos del Instituto Nacional de Estadística, organismo que afirmó que en el país hay más de 1.100.000 personas oriundas de dicho continente en sus fronteras.
Desde el deporte, el esfuerzo de Alma de África no ha sido en vano. En 2016, el Ayuntamiento de Jerez reconoció la labor de sus directivos a través del “Ciudad de Jerez”, enalteciendo por el puente que la Asociación tiende desde su fundación a los migrantes, especialmente a los africanos, en territorio español, brindando opciones y, sobre todo, demostrando con hechos todo aquello que pregonan.
El racismo en el fútbol sigue siendo una constante. La discriminación, un enemigo palpable en la cancha, no debería tener espacio en ningún ámbito; sin embargo, y a pesar de distintas campañas para dar coto a la problemática, el deporte aún sufre una epidemia que parece no encontrar salida a corto plazo.
Fotos: La Voz de Cádiz