¿La pandemia de coronavirus precipitará el estallido de la burbuja en el fútbol-negocio? «Sí», estiman los expertos. Esto ocurrirá «a corto plazo» si no se implanta una «regulación» para limitar la inflación dominante la última década.
El próximo ‘traspaso del siglo’ deberá esperar. A falta de compradores, las joyas Kylian Mbappé (21 años), Jadon Sancho (20 años) o Erling Haaland (19 años), principales candidatos para batir el récord de Neymar (222 millones de euros en 2017), cuentan con muchos boletos para permanecer donde están, salvo que haya una improbable rebaja en su precio de traspaso.
«Por una razón sencilla: los clubes sufrirán graves problemas de tesorería. Con la incertidumbre sobre los derechos de televisión y los ingresos por patrocinio se hará muy complicado acometer compras de calado, especialmente en Inglaterra y en España, campeonatos que mandaron en los mercados estos últimos años», explica Jean-Pascal Gayant, economista del deporte.
«Pagar 100 millones de euros por un jugador la próxima temporada, nadie ni lo imagina en España», apoya su homólogo Fernando Lara, profesor de la Universidad de Navarra.
Dinamitado en el loco verano europeo de 2017, el montante global de los traspasos pasó de 2.660 millones de dólares en 2012 a 7.350 millones en 2019, según un informe de la FIFA. Una cifra casi tres veces mayor en el espacio de siete años.
«Las cantidades no podrán permanecer en el nivel actual en los dos o tres próximos años, porque todos los países estarán afectados», apunta el antiguo presidente del Bayern de Múnich Uli Hoeness.
‘Efecto dominó’
Según un estudio del Centro Internacional de Estudios del Deporte de Neuchâtel (Suiza), la crisis sanitaria, que provocó la interrupción de las competiciones, podría conllevar un descenso de 28% en el valor de traspasos de jugadores de las cinco grandes ligas europeas. De ser así, pasará de 3.270 a 2.340 millones de euros.
Como ejemplo, el PSG vería cómo el valor de su efectivo cae en 302 millones de euros (-31,4%), el Real Madrid 350 millones de euros (-31,8%) y el FC Barcelona 366 millones de euros (-31,3%) en el peor de los escenarios.
Así pues, se produciría un fuerte frenazo en el mercado de ‘jugadores top’. Esto causaría un efecto dominó sobre los otros segmentos desde los «jugadores intermedios hasta los más modestos», estiman varios actores del mercado.
¿Principales víctimas de la desaparición del encantamiento dorado de los traspasos? Los campeonatos como Portugal, Bélgica, Holanda o Francia, basados en un modelo económico dependiente del traspaso de jugadores gracias a unas acertadas políticas de captación y formación.
Según un informe de la vigilancia financiera en el fútbol francés, la mitad de los clubes de la Ligue 1 obtuvieron plusvalías de más de 20 millones de euros. Todo esto ocurrió gracias a los traspasos en la temporada 2018/2019.
Para equipos como el Mónaco o el Marsella la perspectiva es poco esperanzadora. Ambos contaban con ventas en el próximo ‘mercato’ para disminuir su masa salarial.
«Vista la situación internacional, un club será menos proclive a pagar la suma que necesitamos», vaticina el vicepresidente del Mónaco Oleg Petrov.
¿Un simple paréntesis?
¿Es preocupante a largo plazo? «Cuando el fútbol vuelva a recuperar su posición, volveremos a esta inflación con salarios cada vez más altos, traspasos aún más onerosos. No creo que esto haga tambalear considerablemente el sistema», estima Jean-Pascal Gayant.
«Una de las razones es que no creo que exista posibilidad de una regulación mundial o supranacional para que se haga de otro modo. Y el Brexit disminuyó aún más esa posibilidad en Europa», añade.
Para tratar de poner coto al exponencial crecimiento de salarios y de precios de traspasos, instancias como la FIFA y la UEFA consideran nuevas medidas, pero sin haber pasado a los hechos.
Entre las ideas, un «impuesto de lujo» para los clubes que gasten demasiado o la limitación de las comisiones de los agentes.
Es cierto que el fair-play financiero, órgano de control impulsado por la confederación europea en 2011, permitió sanear las cuentas de los clubes.
Pero «deberá probablemente adaptarse a una época diferente», reconoció el presidente de la UEFA Aleksander Ceferin a comienzos de marzo. Esto debe suceder ante su incapacidad para impedir la concentración de talentos en las grandes ligas.
«Podemos quizá aprovechar la crisis para reformar el fútbol dando un paso atrás», lanzó Gianni Infantino, presidente de la FIFA, hace unas semanas en La Gazzetta Dello Sport. ¿Un anuncio de grandes cambios a la vista?