¡Dejemos que Peñaranda se divierta!
Krychowiak salía jugando en la mitad de cancha sevillana. Pronto se complicó tanto como su apellido, sin percatarse que a la derecha tenía a un cachorro disfrazado de bestia hambrienta.
Krychowiak salía jugando en la mitad de cancha sevillana. Pronto se complicó tanto como su apellido, sin percatarse que a la derecha tenía a un cachorro disfrazado de bestia hambrienta.