Ver al cadáver fotografiado
Es personalísima la decisión de acercarse a un féretro abierto, ver o no la mueca del adiós. Pero las redes sociales impiden el libre albedrío. Hay fotografías de cadáveres por doquier: victorianas, de personajes célebres, de asesinados. No basta cerrar los ojos, mover el cursor. Y cuando se trata de un amigo muerto, su imagen es un zarpazo para siempre