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#Buscando a Nemo

Un océano de revocatorios entre Nemo y Dory

Los jóvenes que fueron niños en julio de 2003, cuando se estrenó la primera película submarina de Pixar, reconstruyen una época en la que la sociedad civil también luchaba por un referéndum. “Mi familia era clase media, mi papá trabajaba en Aeropostal y todos los años me compraban colores Faber-Castell y zapatos Kickers nuevos”, recuerda una estudiante de la Universidad Monteávila que perteneció a la generación de Yu-Gi-Oh! y las Chicas Superpoderosas.¿Habrá revocatorio? El miércoles 9 de julio de 2003, cuando un pez payaso de 10 centímetros iniciaba en los cines venezolanos una travesía de 2.000 kilómetros desde los arrecifes australianos para encontrar a su hijo Nemo, los venezolanos opuestos a Hugo Chávez también sentían que les separaba un océano para la consulta popular de mitad de mandato garantizada por la Constitución de 1999. Conflicto de poderes: el MVR y la Coordinadora Democrática (todavía no había PSUV ni MUD) eran incapaces de llegar a un acuerdo para elegir a los nuevos rectores del CNE que luego serían lanzados a la anémona del referéndum. Casi dos meses después, ante la omisión de la Asamblea Nacional, el TSJ presidido por Iván Rincón nombró a Jorge Rodríguez, Sobella Mejías, Oscar Battaglini, Francisco Carrasquero y Ezequiel Zamora.

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