Por más que dude, y no niego que dudo mucho, de las verdaderas intenciones del gobierno, no me cuento entre los que están ligando que la negociación en Santo Domingo fracase, por darme el gusto mezquino, necio y a la postre inútil de decir “se los dije” o que tenía razón.
Las condiciones sobre las cuales obra el tablero de negociaciones de la MUD están impuestas por las circunstancias. Son, como en un secuestro, una obligación perentoria y desagradable. El resultado de un cuadro que configura, por eso mismo, una emergencia nacional. La MUD no se lo trajo todo para la casa en la primera sentada. No sabemos si eso será posible. Con el acompañamiento internacional, la MUD podría andar camino para lograr citas electorales en el mediano plazo, ya más corto que mediano. Los acuerdos políticos que acá se consoliden, si se consolidan, configuran una especie de cuenta de ahorros para encarar los escenarios electorales, pero sobre todo, los restos políticos que se avecinen.
Los primeros acuerdos de un diálogo que busca resolver la crisis política y económica en Venezuela dejaron a la oposición dividida y al gobierno con más oxígeno para para mantenerse en el poder, según analistas.
Mientras los venezolanos siguen esperando un cambio, la Mesa de la Unidad Democrática (MUD) se debate entre distintas herramientas políticas. marchas, conversaciones, juicio político, todas prometedoras pero sin resultados aún irrefutables. Y desde el Gobierno acusan terrorismo, mentiras y avientan provocaciones.
El periodista experto en la fuente electoral, Eugenio Martínez (@puzkas), considera como un error de la dirigencia opositora que no se concibe que el diálogo y la vía de calle son herramientas que puedan coexistir y que a su juicio, la MUD debe superar sus diferencias internas para poder fortalecer su estrategia política.