Amor en tiempos de crisis: La primera cita
Cuando alguien guapo me echa los perros, sospecho. Primero descarto que no me escriba desde un perfil falso; luego, que no sea una apuesta; y, por último, que no sea un traficante de órganos. Esa noche, Arturo me dio cinco “Me gusta” en Instagram. Le devolví la misma cantidad, aún creyendo que se había equivocado. Me dio otros cinco toques. Hice lo propio para confirmarle que iba pendiente, el Código Morse del coqueteo digital.