Los perdonavidas
Nos hemos especializado en evadir las responsabilidades, somos demasiado indulgentes con nuestros fracasos y nos solazamos en concederle al adversario toda la conmiseración de la que somos capaces. No nos gusta llamar las cosas por su nombre, y resguardamos nuestras propias ilusiones a pesar de las evidencias proporcionadas por la realidad.