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In Memoriam de Haydée Cisneros de Salas: una líder con humor y humanidad

Hoy se cumplen 10 días del fallecimiento de Haydée Cisneros de Salas, una de las mayores impulsoras de las telecomunicaciones en Venezuela. Por José Alí Vivas

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Haydée Cisneros de Salas
Foto |cortesia

«Chachita, ¿cuál es tu secreto?» —le pregunta Rafa—. «Ser buena con todo el mundo».

El recuerdo de Haydée Cisneros de Salas me llega a través de dos hitos fundamentales en mi vida profesional, momentos que revelan la esencia de quien fuera no solo una gran líder del sector empresarial de telecomunicaciones, sino también una persona excepcional y una querida amiga.

El primer hito: La factura electrónica venezolana

Corría el año 1999. Haydée era vicepresidenta de Telcel y mi firma, Terabrain.xyz, acababa de ser seleccionada como ganadora para desarrollar el componente tecnológico de la factura electrónica venezolana, proyecto auspiciado por la Comisión de Modernización de Fedecámaras. Fue Maritza Escalona, otra formidable líder del sector telecomunicaciones, quien me invitó a participar en este concurso pionero.

Telcel fue designada para financiar la consultoría tecnológica, con el decidido respaldo de Haydée. Las reuniones en su oficina corporativa para discutir alcances, impacto y estrategia del proyecto se convirtieron en verdaderas clases magistrales de liderazgo. Allí, junto a Maritza y otros miembros del equipo, Haydée conducía las sesiones con una soltura vigorosa, inteligente y llena de humor, mientras Maritza validaba y sugería los puntos clave de esta iniciativa en la que Venezuela era pionera, algo que yo mismo confirmaría más tarde al presentar el modelo en Ginebra. La visión estratégica ya era global desde el principio.

Haydée Cisneros de Salas
Haydée Cisneros de Salas. Foto cortesía


En una de esas reuniones memorables, un profesor del IESA, invitado por un miembro del equipo, nos presentó la propuesta de crear una Cámara de Comercio Electrónico en Venezuela. Haydée, con su característico humor y tino certero, afirmó al final de la exposición: «No hay comercio electrónico sin una factura legal». Nos miró a todos y, finalmente, al expositor. Luego, con la sutileza que la caracterizaba, preguntó a Maritza: «¿Apoyamos esta iniciativa, Maritza?»

El expositor, captando inmediatamente la oportunidad, exclamó: «Claro, con la factura electrónica la Cámara tendría un objetivo puntual muy claro para iniciar».

Lo que sucedió después fue extraordinario: cuatro miembros del proyecto nos convertiríamos en cofundadores de la futura Cámara de Comercio Electrónico, donde yo dirigiría la Unidad de Investigación y Desarrollo para darle seguimiento al proyecto. Este episodio ejemplifica la fuerza de su liderazgo y el respeto que el sector le profesaba. Con un par de comentarios sutiles pero agudos, el proyecto ya formaba parte de una nueva cámara donde Maritza Escalona quedó elegida como vicepresidenta y, al año siguiente, como presidenta.

En septiembre de 2003, en un evento patrocinado por Telcel y con Haydée al frente, el proyecto de la Factura Electrónica Venezolana fue entregado formalmente a la autoridad estatal regulatoria, con el auspicio de Cavecom-e. Haydée tenía una máxima: lo que comenzaba, lo terminaba.

Vale mencionar que Haydée Cisneros de Salas presidió Casetel (la cámara que agrupa al sector más competitivo y regulado de las telecomunicaciones) entre 2000 y 2003, siendo la primera mujer en ocupar ese cargo. Más adelante, repetiría este hito al presidir la Cámara de Comercio de Caracas durante 2020-2022. Junto a Maritza diseñaron la Ley de Telecomunicaciones más moderna de Latinoamérica, permitiendo que Internet en Venezuela creciera de manera sostenida gracias a una mejor regulación del sector.

El segundo hito: ZDITI y el homenaje a Maritza Escalona

El 24 de octubre de 2006, mi firma culminó uno de los proyectos de software más sofisticados que había emprendido hasta entonces: un ecosistema de desarrolladores, creadores de startups e inversionistas que denominé Zonas Dinámicas de Incentivos de Tecnologías de Información (ZDITI), en honor a Maritza, la entrañable amiga y colega de Haydée. Ella había partido en el 2002.

Haydée Cisneros de Salas
Haydée Cisneros de Salas durante el homenaje a Maritza Escalona. Foto cortesía José Alí Vivas

¿Quién mejor que Haydée Cisneros de Salas para pronunciar las palabras de reconocimiento a Maritza? Nadie. El evento era también para ella. Ambas mujeres simbolizaban la fuerza del emprendimiento, la creatividad y los logros en políticas regulatorias en ambientes altamente competitivos. Entregamos una placa de reconocimiento a Maritza que recibió su hermano Aroldo, entonces rector de la UNA.

Las palabras de Haydée fueron una elegía al talento. Anécdotas llenas de humor sobre la furia creativa de su amiga, sobre el valor del emprendimiento. Pero fue más que eso: fue una pieza retórica que invitaba al emprendimiento tecnológico, a invertir en tecnología y a creer en el talento venezolano del sector.

Mostró solvencia y conocimiento sobre los alcances que una plataforma como esta podría tener, y orgullo no solo propio sino de su amiga al ser objeto de tal honor. La audiencia —amigos, emprendedores y otras figuras— aplaudió largamente. Simple, profundo y emotivo. Superó todo lo que esperaba de ese día.

Al despedirla, en el lugar elegido para el evento (un sitio especializado en vinos), le obsequié una selección de botellas que había escogido personalmente. «¡No es para tanto, José Alí!», expresó sonriendo.

Mi segundo hito profesional lo había inaugurado ella. Más adelante me enteraría de que Haydée realizó el primer evento de Transformación Digital cuando presidía la Cámara de Comercio de Caracas, demostrando una vez más su visión pionera.

Su legado

Haydée Cisneros de Salas nos deja un legado, no un vacío. De esos legados que llenan todos los días: su capacidad de liderazgo con humor y humanidad, su habilidad para tejer alianzas estratégicas con elegancia, su compromiso inquebrantable con lo que emprendía, y sobre todo, su secreto revelado a su hermano Rafa: ser buena con todo el mundo.


Descansa en paz, querida Haydée. Tu ejemplo permanece.

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