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El partido de Erdogan pierde la mayoría absoluta en el parlamento turco

El partido islamista conservador del presidente turco Recep Tayyip Erdogan perdió este domingo en las elecciones legislativas la mayoría absoluta que tenía en el parlamento desde hacía 13 años, un fracaso para el hombre fuerte del país que quería reforzar su poder.

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El Partido de Justicia y del Desarrollo (AKP), en el poder desde 2002, obtiene 259 escaños de diputados de un total de 550 con el 41% de los votos, mientras el partido kurdo HDP (Partido democrático del pueblo) obtuvo 12,5% de los votos y enviará 78 diputados al Parlamento, según resultados con el 98% de los sufragios escrutados citados por las cadenas de televisión.

Esto enterraría el proyecto de Erdogan para reformar la Constitución y reforzar así su poder de presidente. En las últimas legislativas de 2011 ganó 49,8% de los votos.

«Hemos logrado una gran victoria (…) quienes quieren la libertad, la democracia y la paz ganaron, quienes quieren el autoritarismo, que son arrogantes y se consideran dueños de Turquía perdieron», declaró el líder del partido kurdo, Selahattin Demirtas, durante una conferencia de prensa en Estambul.

Sirri Sureyya Önder, del mismo partido, dijo antes a la prensa que «estos resultados representan la victoria de la libertad sobre la tiranía, de la paz contra la guerra». El HDP tenía en el parlamento saliente 29 diputados.

Los dos principales rivales del AKP, el Partido Republicano del Pueblo (CHP, socialdemócrata) y el Partido de Acción Nacional (MHP, derecha), obtendrían respectivamente un 25,2% y un 16,5% de los votos (131 y 82 escaños, respectivamente).

La participación en el escrutinio fue del 85%.

Los colegios electorales cerraron a las 17H00 locales (14H00 GMT) al término de una jornada marcada por una fuerte participación, a pesar de un atentado con bomba que provocó el viernes dos muertos y más de un centenar de heridos durante un mitin del principal partido kurdo en su feudo de Diyarbakir (sureste).

El partido islamista conservador se presentaba por primera vez debilitado ante los electores, víctima del declive de la economía y de las críticas por su giro autoritario.

Después de 11 años como primer ministro, Erdogan fue elegido jefe de Estado en agosto pasado y devolvió en teoría las llaves del ejecutivo y del partido a su sucesor, el exministro de Relaciones Exteriores Ahmet Davutoglu.

Pero, decidido a mantener las riendas del país, milita desde entonces por una presidencialización del régimen y un fortalecimiento de sus poderes.

A pesar de las críticas, el jefe de Estado hizo abiertamente campaña por «su» reforma y su partido, en contra de la Constitución que le impone un estricto deber de neutralidad.

Para lograr su objetivo, Erdogan necesitaba una amplia victoria electoral. Si el AKP conseguía los dos tercios (367) de los 550 diputados, podía votar en solitario la reforma constitucional para reforzar los poderes del jefe del Estado. Si sólo obtenía 330 diputados, podía someterla a referéndum. Sino, sus ambiciones se verían frustradas.

– ‘Ya no confío en ellos’ –

«La AKP no perdió las elecciones pero Erdogan perdió toda esperanza de hacer de Turquía un país de sistema (casi exclusivamente) presidencialista», comentó el universitario Ahmet Insel.

Erdogan continúa siendo muy popular en el país. «Les he votado de nuevo [al AKP] porque quiero que Turquía esté dirigida por un presidente fuerte», confió a la AFP Mehmet Köse, de 50 años, vendedor de fruta en Estambul.

Pero aunque hay que tomarlos con prudencia, los sondeos sugieren que Erdogan podría perder su apuesta.

«Voté por el AKP en las elecciones anteriores porque hicieron un buen trabajo. Pero ya no confío en ellos», dijo Murat Sefagil, de 42 años, otro votante de Estambul.

De izquierda, moderno y preocupado por las minorías, el partido kurdo está liderado por un cuarentón carismático, Selahattin Demirtas, que espera aprovechar su papel clave en estas elecciones para ampliar su público tradicional.

«He votado por el HDP porque es un partido dinámico capaz de aportar un cambio real», declaró Hazal Öztürk, de 19 años, que votaba por primera vez en Estambul.

Los otros dos grandes partidos de oposición, el Partido Republicano del Pueblo (CHP, socialdemócrata) y el Partido de Acción Nacional (MHP, derecha) denunciaron durante la campaña la voluntad de Erdogan de instituir una «dictadura constitucional» y esperan privar también al AKP de su mayoría absoluta.

«Hemos vivido una campaña perfectamente desigual», lamentó el jefe del CHP, Kemal Kiliçdaroglu, al depositar su papeleta en una urna en Ankara. «Espero que estas elecciones permitan aumentar la democracia y nuestra libertad».

Más de 400.000 policías y gendarmes fueron desplazados para asegurar la seguridad de los comicios, según los medios turcos, que no señalaron más que algunos incidentes aislados.

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