La victoria de Mauricio Macri ha despertado un par de interrogantes en Venezuela, Argentina y el resto de Suramérica ¿Este triunfo de la oposición argentina representa la muerte de un esquema político? ¿Constituye esta una nueva etapa o un cambio en la geopolítica en la región?
La victoria de Mauricio Macri a la presidencia significa un cambio «profundo» para Argentina, pues supone «el fin del peronismo» en ese país y un vuelco en la relaciones entre los países que conforman el Mercado Común del Sur.
El internacionalista Félix Arellano destaca que Macri se alineará con las posiciones de los socios menores del Mercosur: Uruguay y Paraguay, quienes, demandan una equidad mayor en el cobro de los aranceles entre los socios del bloque. Esto significará que a «Brasil le va a tocar moverse» para mantener su supremacía en el Mercosur, apunta el especialista en declaraciones a El Estímulo.
Precisamente, Brasil será el primer viaje de Macri al exterior como presidente electo. Su objetivo es darle una «una nueva vitalidad» al bloque regional Mercosur, según ha dicho el dueño del club de fútbol Boca Juniors.
«Esto se traducirá en un mayor dinamismo comercial y económico (…) Será una prueba para los radicales, quienes van a tener que convivir en una región de pensamiento diverso», apuntó Arellano.
El analista ratificó que Venezuela será un objetivo en la política internacional que imprimirá Macri en la Casa Rosada.
Ese cambio de política, según Arellano, será un punto de inflexión en las relaciones comerciales e ideológicas tejidas por los Kirchner durante el chavismo.
Pero, la victoria de la oposición en Argentina no forzará al Gobierno de Nicolás Maduro cambiar su modelo económico o político, advierte el internacionalista.
Fundada en 2008 -durante el segundo mandato de Lula como presidente-, la Unasur quedó paralizada al no poder elegir desde el año 2017 a un nuevo secretario general. Argentina también anunció su regreso a este grupo
Arellano cree que Estados Unidos va a revisar la línea de sanciones, en la medida que Miraflores de señales de cambio en la relación con Moscú. Pero también cree que debe existir cambios internos como el permitir una elección competitiva
El gobierno peronista y kirchnerista pasaría a tener solo 35 de 72 senadores. Hasta ahora había dominado con 41. Esto los obligará a buscar consenso con la oposición
