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Doctor sueco es acusado de encerrar a mujer en un búnker

La mujer se desmayó luego de que él le dio fresas cubiertas con chocolate acompañadas con Rohypnol, también conocido como la "droga de violación".

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Foto: AP

Un doctor sueco fue acusado de violación y secuestro tras confesar que drogó a una mujer con fresas que tenían sedante y la encerró en un búnker a prueba de sonido donde intentaba mantenerla durante años, informaron los fiscales el lunes.

La abogada defensora del hombre de 38 años describió que el caso derivó de un plan para encontrar novia que se complicó. Agregó que el caso emergió el 18 de septiembre pasado cuando el médico entró a la estación de policía con la mujer, supuestamente para mostrarles que ella estaba bien.

«No había visto un caso como éste. Creo que es inusual», declaró el fiscal Peter Claeson a The Associated Press.

La abogada defensora Mari Schaub dijo que su cliente confesó todas las acusaciones menos la de violación. Dijo que busca que el cargo por secuestro se reduzca a un cargo menor de privación de la libertad.

De acuerdo con la denuncia, el acusado construyó lo que estaba destinado a parecer como un almacén de maquinaria al lado de su casa de campo en el sur de Suecia. Adentro había un búnker de concreto con dos puertas de metal.

«El propósito de la construcción era mantener a una persona privada de la libertad durante mucho tiempo sin que fuera detectada», según la acusación.

El doctor, cuyo nombre no fue publicado en Suecia en línea con las normas de privacidad, presuntamente hizo contacto con la víctima por teléfono y se reunió con ella una vez antes de secuestrarla en Estocolmo el 12 de septiembre, después de preparaciones cuidadosas.

La mujer, cuya edad no fue proporcionada en la acusación, se desmayó luego de que él le dio fresas cubiertas con chocolate acompañadas con Rohypnol, también conocido como la «droga de violación». Los fiscales dijeron que tuvo sexo con ella mientras estuvo inconsciente, lo que su abogada defensora negó.

Luego la llevó a su carro en una silla de ruedas y manejó 530 kilómetros (330 millas) hasta su casa en los suburbios de Knislinge, suministrándole medicamentos intravenosos durante el viaje para mantenerla sedada. Los fiscales afirmaron que también compró dos máscaras de goma «de un hombre y una mujer mayor» para evitar ser reconocido.

Cuando llegaron la mañana siguiente, el acusado encerró a la mujer en del búnker, donde permaneció hasta el 18 de septiembre, excepto por unas breves ocasiones cuando la llevaba esposada a su casa para que se duchara, según la acusación.

Schaub describió a su cliente como una «persona muy triste y depresiva que quería una compañera» y dijo que el médico lamenta profundamente lo que sucedió. «Nunca quiso hacerle daño a nadie», aseguró Schaub.

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