«Ayer llamé al canciller (de Ecuador) a darle la noticia de que habíamos encontrado los cuerpos de los periodistas asesinados, están hoy precisamente en Cali en ese reconocimiento para entregárselos a sus familiares», dijo Holguín a periodistas en el paso fronterizo con Venezuela de Paraguachón, donde inauguró una casa lúdica.
El equipo del diario quiteño El Comercio, compuesto por el periodista Javier Ortega, el fotógrafo Paúl Rivas y el conductor Efraín Segarra, fue secuestrado el 26 de marzo en una zona rural de la parroquia de Mataje, provincia de Esmeraldas, fronteriza con Colombia, a donde se habían desplazado para cubrir la inseguridad creciente en la zona.
El grupo disidente de las FARC autodenominado «Frente Oliver Sinisterra» que lidera Walter Patricio Arizala, alias «Guacho», autor del secuestro, los asesinó días después, según confirmó en su momento el propio presidente ecuatoriano, Lenín Moreno.
En este sentido, Holguín explicó que los dos Gobiernos están trabajando en el caso.
La labor conjunta no sólo se ocupa del caso de los tres miembros del equipo periodístico, sino que también están «tratando de unir esfuerzos en esa lucha contra el narcotráfico» en la frontera común.
Sobre el cuarto cuerpo encontrado este jueves, las autoridades no dieron información.
Por su parte, el ministro de Defensa, Luis Carlos Villegas, explicó que la zona en que fueron enterrados los cadáveres fue minada para que nunca fueran encontrados los cuerpos.
«Los asesinos de estas personas enterraron los cadáveres de tal modo que nunca fueran encontrados», aseveró a periodistas en la base de la Policía de San Luis, municipio del departamento del Tolima, en donde asistió a una demostración de nuevos mecanismos para erradicación de cultivos ilícitos.
Los cuerpos fueron hallados después de dos meses y 18 días de búsqueda por el grupo antisecuestro de la Policía (Gaula) y las Fuerzas Especiales del Ejército en una zona selvática de Tumaco, municipio del departamento de Nariño fronterizo con Ecuador.
Villegas también aseguró que los asesinos de esas personas buscaban sumir «en la incertidumbre permanente» a Colombia y Ecuador.
El ministro detalló que gracias a la información de inteligencia y a perros amaestrados se logró llegar a la zona en donde estaban las fosas con los cadáveres.