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Donald Trump comparece en una histórica audiencia ante el juez en Nueva York

El expresidente, que técnicamente estará bajo custodia, deberá someterse al trámite habitual para un imputado, como la toma de huellas dactilares y fotografías para la ficha judicial

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AFP

Donald Trump llegó este martes al tribunal donde se dispone a declararse no culpable de los cargos en su contra por un soborno a una actriz porno, en la primera imputación penal a un expresidente estadounidense.

Al bajarse del vehículo que lo trasladó desde su residencia en la Torre Trump en la 5ª Avenida, Trump levantó el puño con semblante serio en señal de saludo a sus simpatizantes, antes de desaparecer dentro del tribunal.

El expresidente, que técnicamente estará bajo custodia, deberá someterse al trámite habitual para un imputado, como la toma de huellas dactilares y fotografías para la ficha judicial.

Tanto el magnate republicano como sus abogados han insistido en el despropósito de la causa, cuyos cargos, todavía sellados, leerá el juez de origen colombiano Juan Merchán.

La prensa especula que serán una treintena, relacionados con falsificación de registros comerciales.

Trump está señalado de pagar 130.000 dólares a la estrella porno Stormy Daniels en la recta final de la campaña electoral de 2016 para que callara una supuesta relación extramarital ocurrida diez años antes y que él siempre ha negado.

Su entonces abogado Michael Cohen fue el encargado de hacer el pago y el magnate le reembolsó la suma fraccionada presuntamente haciéndola pasar como minutas profesionales.

«Caza de brujas»

En plena campaña electoral para conseguir la nominación del Partido Republicano para las elecciones de 2024, el magnate de 76 años denuncia que es víctima de una «caza de brujas».

El caso de Trump, que ya fue objeto de dos intentos de destitución por el Congreso estadounidense como presidente (2017-2021), se juega también en los medios de comunicación.

Decenas de periodistas de todo el mundo pasaron la fría noche en vela para asegurarse un lugar en la sala donde conocer al mismo tiempo que Trump los cargos que le imputa la fiscalía de Manhattan.

A diferencia de otros estados, donde las cámaras de televisión están permitidas en las salas de audiencia, el juez Merchán no hizo una excepción en esta ocasión. Solo permitirá a los fotógrafos plasmar este momento histórico durante unos minutos antes de que se inicie la audiencia.

Frente al tribunal, la policía neoyorquina, en máxima alerta, instaló vallas metálicas para separar a las decenas de seguidores del magnate, arengados por la congresista de la extrema derecha Marjorie Taylor Greene, y a un puñado de detractores en una metáfora de la división política del país.

«Trump o muerte» o «Haz Estados Unidos Grande de Nuevo» (su lema, MAGA, en inglés), rezaban pancartas, banderas, gorras y camisetas de algunos. «Trump miente todo el tiempo» o «Enciérrenlo», proclamaban los opositores.

Paulina Farr llegó desde la cercana Long Island, un feudo republicano donde el expresidente pidió que se traslade el caso para tener un juicio «justo», para «mostrar apoyo a nuestro presidente Trump».

La enfermera jubilada dijo a la AFP que había estado también el 6 de enero de 2021 en Washington cuando miles de seguidores irrumpieron en el Capitolio, pero esta protesta «es muy diferente».

«En su camino»

En un intento de politizar el caso y motivar a sus seguidores, que han respondido enviándole más de 7 millones de dólares para su campaña desde que se anunció la imputación el pasado jueves, el magnate recordó en la red Truth Social lo que ya usa como un lema: «No vienen por mí, vienen por ustedes. Yo estoy simplemente en su camino».

Es «IMPOSIBLE que yo tenga un Juicio Justo» en Nueva York, agregó sobre su ciudad natal gobernada por demócratas, tras la decisión del fiscal Alvin Bragg de imputarlo el pasado jueves, al confirmar la decisión de un gran jurado.

Bragg tiene previsto ofrecer una conferencia de prensa tras la audiencia de Trump en el juzgado. El magnate a su vez, también ha anunciado que hablará a la prensa.

El caso de Daniels es solo una de las investigaciones que amenazan al expresidente, bajo escrutinio por presionar a funcionarios para anular la victoria de Joe Biden en 2020, con una llamada telefónica grabada en la que pedía al secretario de Estado «encontrar» suficientes votos para revertir el resultado.

También es investigado por su posible papel en la insurrección del 6 de enero de 2021 en el Capitolio estadounidense, así como por el manejo y custodia de documentos clasificados tras abandonar la Casa Blanca.

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